Memòria Democràtica
Dos nuevas 'stolpersteine' rinden homenaje a Denise y Joan, barceloneses deportados a campos de concentración nazis
Joan Riba no fue a la División Azul: un adoquín dorado en Barcelona reconoce a una víctima de los nazis
Un adoquín de la memoria en Ciutat Vella homenajea a Joaquín Pastor, víctima del nazismo
Barcelona combate la desmemoria por fin de los campos de concentración nazis

El adoquín en recuerdo de Joan Farré. / JOAN CORTADELLAS


Carles Cols
Carles ColsPeriodista
Nunca es tarde. Barcelona acaba de sumar dos nuevas ‘stolpersteine’ a sus aceras, una frente al número 84 de la calle de Aribau y otra delante del 220 de la calle de Aragó. Allí nacieron Denise Corkidhi y Joan Farré Rebola. Ella, en 1924. Él, en 1904. Quizá en alguna ocasión se cruzaron por la calle o coincidieron en la cola de una panadería del Eixample. Su mínimo denominador común es otro. Fueron víctimas de los nazis, no mortales, porque en ambos casos lograron sobrevivir en los distintos campos de concentración por los que transitaron, pero por lo que sufrieron durante la Segunda Guerra Mundial son sin duda merecedores de una ‘stolpersteine’, esos minúsculos adoquines dorados, de 10 por 10 centímetros, que un artista alemán, Günter Denmig, comenzó a colocar en 1992 en Colonia y que a día de hoy son más de 70.000 repartidos por toda Europa, media centena en Barcelona.
Se las conoce en todas partes por su nombre en alemán, que traducido viene a significar es que es una piedra con la que se tropieza, pero en su caso no física, sino memorísticamente. La información que proporcionan es escueta: el nombre de la víctima, la fecha de su nacimiento, la de su detención, la de su deportación a tal o cual campo de concentración y, por último, su final, la fecha de su asesinato o de su liberación por parte de las tropas aliadas. Hay casos, por supuesto, más estremecedores que otros, como el de las 14 ‘stolpersteine’ que, como un ramo dorado, fueron instaladas en Hannover frente a la casa donde vivía la familia Fisher. En Barcelona no hay casos así, como mucho el caso de los tres hermanos Sariñena, de Sants, pero tras cada una de ellas hay un proyecto que va más allá del simple homenaje. Los adoquines dorados de Barcelona tienen la mayor parte de las veces los mejores padrinos posibles, estudiantes de institutos de Barcelona que reciben el encargo de tirar del hilo de aquellas vidas, en el caso de Corkidhi y Farré, del Institut Escola Sicília. Desde el curso académico 2021-2022, Amical Mauthausen, Amical Ravensbruck y el área de Memòria Democràtica coordinan esta tarea, no solo un excelente antídoto contra los renovados tiempos de odio que corren, sino también una oportunidad de sacar del olvido episodios sorprendentes. Las dos nuevas ‘stolpersteine’ de Aribau y Aragó son perfectas para demostrarlo.

Una estudiante del Institut Escola Sicília coloca la 'stolpersteine'. / A. de Sanjuan
Denise Corkidhi era barcelonesa de nacimiento, pero junto a toda su familia se trasladó a Marsella, una decisión que terminó por resultar fatal. Francia fue invadida por Alemania y todos los miembros de aquella saga sefardita fueron enviados primero a Drancy y, después, a Auschwitz. Nada más llegar a aquel campo de exterminio, los padres y el hermano de Denise fueron conducidos a las cámaras de gas. Ella pasó la criba. Perdió su nombre. Pasó a ser la interna A-5462, y después, trasladada a Berger-Belsen, su número cambio al 7.800. Recaló más tarde en Buchenwald, presa 67.092, pero lo que quizá haya llamado más la atención de los estudiantes del Institut Sicília tal vez sea que en abril de 1945, con Alemania ya condenada a una derrota inapelable, pasó un tiempo en el llamado gueto de Theresienstadt, una ridícula farsa con la que los nazis intentaron engañar al mundo sobre el trato que dispensaban a los judíos. Llegaron a definir aquel lugar como “una ciudad balneario” en la que los judíos más ancianos podían pasar su “jubilación”. En junio de 1944 hasta redecoraron aquel lugar cara a una visita de la Cruz Internacional. Era todo teatro.

La 'stolpersteine' en recuerdo de Denise Corkidhi, antes de se intslada en Aribau, 84. / A. de Sanjuan
El adoquín dedicado a Joan Farré Rebola es tan telegráfico como los demás, pero a su manera es también un gigante recipiente de información. Nacido en 1904 en el 220 de Aragó, Farré fue uno de los miles de republicanos españoles que huyó a Francia al final de la Guerra Civil. Se enroló en la Compañía de Trabajadores Extranjeros, pero solo por un corto tiempo, el que tardó en ser derrotada Francia por las tropas alemanas. Fue detenido y, tras un primer paso por el campo de prisioneros Stalag XI-B, cerca de Bad Fallingbostel, en la Baja Sajonia, fue enviado al temible campo de Mauthausen. Allí fue el interno 5.904. Su suerte, si es que así se puede decir, es que pasó a formar parte del equipo de trabajo bautizado como Komando Vöcklabruck, un equipo de esclavos del régimen nazi, formado sobre todo por españoles, en el que la mortalidad, pese a las condiciones, fue muy baja.
Fue después destinado a Ebensee, otro destino donde los republicanos españoles se revelaron como unos supervivientes notables. Ebensee fue un proyecto encargado personalmente por Adolf Hitler a la vista de que Alemanía comenzaba a ser bombardeada con eficacia por la aviación alemana. El plan era producir en fábricas subterráneas los proyectiles V2, todo ello a las órdenes del brutal comandante Anton Ganz, bajo cuyas órdenes llegaron a morir 20.000 presos. Pudieron ser más, Farré entre ellos. Ante la inminente derrota, pretendió encerrar a todos los deportados en los túneles, más de 16.000 personas, y dinamitar después las instalaciones. No lo consiguió, huyó y logró esconderse bajo una falsa identidad hasta que 1967 fue detenido. Pasó unos meses en prisión provisional y, aunque en 1972 fue condenado a cadena perpetua por sus crímenes, fue puesto en libertad por su estado de salud. Una vergüenza. Farré falleció cuatro años más tarde, en 1976, así que tuvo que soportar aquella indignidad. La ‘stolpersteine’ que lleva su nombre intenta poner las cosas en su sitio.
- Barcelona cierra la fuente ornamental de Glòries convertida de facto en piscina infantil
- Llega de noche a Barcelona la esperada rueda gigante de la tuneladora que excava la L9 del metro
- La venta a peso de 'cajas sorpresa' de Amazon llega al centro de Barcelona: 'Es como una lotería
- Barcelona exige a Airbnb borrar anuncios ilegales en 48h: 'No puede haber un anfitrión que se llame James Bond
- Vecinos de Badalona y la oposición municipal protestan contra la proliferación de pisos turísticos en la ciudad
- Tensión en la Fiesta Mayor de Terrassa al enfrentarse Vox con el resto de grupos: 'Acciones como estas son inaceptables y contrarias a los valores democráticos
- El cierre de una pollería casi centenaria de Badalona ilustra la desaparición de estos comercios de barrio
- La fuente cerrada en Glòries se ideó inicialmente como transitable y apta para niños