Cómo gobernar la Gran Barcelona de 5 millones de habitantes

Por Manuel Arenas

Líderes de la región metropolitana, de Jaume Collboni a Lluïsa Moret pasando por Meritxell Budó o Ana María Martínez, opinan sobre el rumbo que debe tomar la gobernanza del principal núcleo poblacional y de generación de riqueza de Catalunya.

La reivindicación de una Gran Barcelona de 5 millones de habitantes, entendida como una realidad social y económica que trascienda el perímetro del actual Área Metropolitana de Barcelona (AMB) de los 36 municipios y los 3,3 millones de habitantes, ha redoblado su protagonismo estos últimos años. Desde que asumió la alcaldía de Barcelona, Jaume Collboni no ha dudado en izar la bandera de la Región Metropolitana de Barcelona una y otra vez. Le había precedido en la narrativa metropolitana la exalcaldesa Ada Colau, quien por la propuesta de ese nuevo sujeto político llegó a llevarse el plante de importantes alcaldes socialistas. Y al baile sobre la gobernanza de la Gran Barcelona se han sumado recientemente los agentes económicos, integrados también en el conocido como Pla Estratègic Metropolità de Barcelona (PEMB), que fue ideado bajo la alcaldía barcelonesa de Pasqual Maragall en 1988 para desarrollar el entorno de la capital aprovechando su impulso olímpico.

EL PERIÓDICO ha consultado a una veintena de voces para arrojar luz al debate. Se posicionan agentes económicos, sindicatos, asociaciones municipalistas, académicos, entidades supramunicipales y, sobre todo, los alcaldes de los municipios más poblados de la región metropolitana que han aceptado participar en el reportaje.

Vista aérea del área de Barcelona. Foto: Zowy Voeten

Vista aérea del área de Barcelona. Foto: Zowy Voeten

Primero fue el Cercle d'Economia el que explícitamente instó, en un profuso informe, a ampliar el perímetro del actual AMB para mancomunar políticas metropolitanas en torno a la vivienda, el transporte público o el desarrollo económico. Sólo el AMB genera más de la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) de toda Catalunya, un 55,7%. Subsidiariamente, el Cercle deslizaba la alternativa de desplegar efectivamente la demarcación administrativa de la veguería de Barcelona, por la que optan diversos alcaldes. Esta circunscripción 117 municipios de las comarcas del Barcelonès, Baix Llobregat, Maresme, Vallès Occidental y Vallès Oriental—, más limitada que la provincia 311 poblaciones—, encaja con el sujeto político al que apela Collboni.

El guante lo han recogido recientemente Foment del Treball y Barcelona Global, que representan los intereses empresariales y que tanto en un lucido acto como en este diario han escenificado la necesidad de "derribar las murallas administrativas y mentales" para vertebrar una nueva realidad metropolitana que afronte retos como las infraestructuras o la vivienda porque, aseguran, "existe un creciente consenso". En cualquier caso, el mundo local concurre en responsabilizar a la Generalitat del liderazgo de la gobernanza metropolitana. Y el Govern lo asume.

Pero el consenso no es tan evidente. Ni siquiera en el seno interno de las propias fuerzas políticas, de cuya voluntad depende el desbloqueo de la gobernanza metropolitana. Sí existe una sensibilidad compartida sobre el auge de retos estructurales que exigen una respuesta supramunicipal, y que los municipios de la segunda corona metropolitana sufren un agravio comparativo que merece ser resuelto, pero perviven diferencias sobre cómo concretar la respuesta.

La principal discusión pasa actualmente por cómo integrar en la gobernanza de la Barcelona metropolitana a importantes municipios catalanes de la segunda corona que, sin formar parte del AMB como tal, sí se ven directamente afectados —incluso perjudicados, defienden— por las políticas de la conurbación. Es el caso de Sabadell, Terrassa, Mataró o Rubí, que en 2021 se unieron en la asociación Arc Metropolità precisamente para influir en las dinámicas metropolitanas y "dejar de ser el patio trasero de Barcelona". Aunque hoy en día existen mecanismos de cooperación por ejemplo, a través de la AMTU son parte del Consejo de Administración de la Autoritat Metropolitana del Transport (ATM), pero sin decisión sobre la financiación o tarifas—, no dejan de ser limitados, especialmente en lo que a transporte público se refiere.

El sentir mayoritario de los alcaldes es contrario a ver como solución eficiente una nueva administración pública supramunicipal que aglutine a todos los municipios. Diversos ediles sí orientan el rumbo, aunque de manera genérica, hacia el desarrollo de la veguería, un territorio que hoy cubre la delegación territorial del Govern en Barcelona liderada por Pilar Díaz, exalcaldesa de Esplugues de Llobregat. Incluso académicos como el director del Institut Metròpoli, Ricard Gomà, apuestan por la veguería como alternativa de gobernanza que pueda sustituir a la actual Diputación. Y muy pocos alcaldes se atreven a sugerir tímidamente la ampliación territorial y competencial del actual AMB, que no deja de ser una institución joven (su ley es de 2010 y echó a andar en 2012).

Esta última alternativa es, de hecho, la que genera mayores discrepancias: al tiempo que Collboni —además de alcalde de Barcelona, presidente del AMB— apunta hacia ella, destacados responsables metropolitanos, sin ir más lejos el vicepresidente ejecutivo —y líder del día a día— del AMB y alcalde de Cornellà de Llobregat, Antonio Balmón, han expresado pública y repetidamente que "no es el momento". A las divergencias internas en el PSC se suman simbólicos posicionamientos como el de Xavier Trias, quien como alcalde fue el primer presidente de la entidad metropolitana. Al dejar la política, el exdirigente de Junts hizo un ilustrativo llamamiento a "consolidar el AMB antes de hacer inventos". Y a esa misma corriente se suman otros responsables de pequeños municipios metropolitanos que tampoco están por la labor. Su principal argumento se basa en que, en un potencial AMB ampliado, sus ciudades recibirían menos financiación y quedarían diluidas en la inmensidad de Barcelona y las otras grandes urbes de la región.

Jaume Collboni

Alcalde de Barcelona y presidente del AMB | 1.686.208 habitantes
PSC

"La ciudad de los cinco millones es una realidad, no un ideal"

El alcalde de Barcelona es la voz política que más fervientemente ha defendido la concepción de una potente región metropolitana como nuevo sujeto político. Aunque no ha especificado cómo se articularía institucionalmente, Collboni sí apunta hacia un AMB con mayor soberanía vía 'devolución competencial' a cargo de la Generalitat y los ayuntamientos. “El AMB no está suficientemente considerada por la legislación estatal”, critica. El edil entiende la Barcelona de los 5 millones como una “realidad, no un ideal” en torno a la que "habrá que tomar decisiones el próximo mandato". En la línea de otros alcaldes, el máximo responsable barcelonés critica la "ausencia de política territorial activa de la Generalitat" durante la última década.

ARTÍCULO DE JAUME COLLBONI

Jordi Ballart

Alcalde de Terrassa | 228.294 habitantes
Tot per Terrassa

"Es necesario un espacio como un Consejo de la Región Metropolitana, formado por alcaldes y Generalitat"

Además de la tercera ciudad más poblada de Catalunya, Terrassa es uno de los integrantes clave del conocido como Arc Metropolità, asociación de grandes municipios de la segunda corona que ha irrumpido para pedir su lugar en las políticas metropolitanas. En este contexto, el alcalde Jordi Ballart descarta que la mejor fórmula de gobernanza sea crear nuevas instituciones “que no cambiarán nada”, aunque sí apunta a la necesidad, teniendo en cuenta del peso de la región metropolitana de Barcelona en los PIBs catalán y español, de disponer de un espacio “como podría ser un Consejo de la Región Metropolitana, formado por los alcaldes de la zona y por la Generalitat”.

Ahora bien, apunta Ballart, “no se trata de construir una Gran Barcelona y mucho menos de hacerlo al servicio de intereses partidistas”, en alusión a sus excompañeros socialistas, “sino una Catalunya con siete u ocho realidades metropolitanas clarísimas”. A su juicio, “no hay que complicar más la estructura de las administraciones porque no lleva a ningún lado”, pero sí apuesta por la colaboración entre ayuntamientos en ámbitos como la vivienda, la política industrial o la movilidad. “Más que esta obsesión por configurar un poder metropolitano, lo que hace falta es combinar la visión europea, la nacional y la local”, rubrica Ballart.

Xavier García Albiol

Alcalde de Badalona | 226.219 habitantes
PP

"No habría problema en ampliar el AMB siempre y cuando no perjudicara a los servicios que presta"

El alcalde de Badalona se muestra abierto a explorar la propuesta de una nueva institución que representara a la Barcelona de los 5 millones. Eso sí, no a cualquier precio. Por ejemplo, Albiol afirma que “podría ser una opción interesante siempre y cuando no significara que las ciudades perdiéramos nuestra autonomía e identidad”. En cuanto al escenario de una potencial ampliación territorial del AMB, el edil popular la condiciona a “mantener la calidad de los servicios que actualmente presta”. “No podría ser que, por integrar a las ciudades de la segunda corona, se perjudicara a servicios que ahora son eficientes”, sostiene Albiol. Salvado ese escollo, “no habría ningún problema en que pudieran incorporarse”, remata. 

Pese a ver con buenos ojos la gobernanza metropolitana a través de un nuevo sujeto político, Albiol asume que no resolvería crisis estructurales como la de la vivienda por mucho que se le atribuyera competencia en la materia a la institución. “Esa potencial organización metropolitana no daría por sí misma respuesta al problema de la vivienda, que depende de muchos factores”, declara el popular. En su caso, ve claro que la Diputación de Barcelona no debería ser la institución que liderara esa nueva gobernanza metropolitana, y un posible responsable metropolitano del Govern —más allá de las actuales delegaciones territoriales— “podría ser una buena opción si esa figura tuviera capacidad de decisión y uno fuera una figura meramente institucional y vacía de contenido”, ratifica el máximo responsable badalonés. 

David Bote

Alcalde de Mataró y presidente de la FMC | 130.887 habitantes
PSC

"Ni el clima ni el debate están maduros para abordar la posible ampliación territorial del AMB"

Para David Bote, que además de Mataró lidera desde hace unos meses la Federació de Municipis de Catalunya (FMC), la gobernanza de la Barcelona metropolitana se halla en el ‘mientras tanto’: se debe impulsar la coordinación regional, argumenta, pero “ni el clima ni el debate político están suficientemente maduros para abordar la posible ampliación territorial del actual AMB”. Esencialmente, opina, porque primero hay que "construir un imaginario colectivo y un relato compartido", algo que, entiende, debe vehicularse en el debate del Pla Territorial de Catalunya. El máximo responsable de Mataró, urbe que también participa en el Arc Metropolità, destaca lo “imprescindible” que es la Diputación de Barcelona, que "es mucho más que el AMB", para los municipios pequeños.

Las materias clave que exigen colaboración entre ciudades de cara a mancomunar políticas son, a ojos de Bote, la vivienda, las infraestructuras (agua, residuos, movilidad, energía) y el modelo productivo. “También hay otros debates abiertos, como el de la segregación urbana en los municipios del interior de Catalunya”, advierte Bote. El edil también señala que no pueden obviarse cuestiones como el impacto de la tecnología o cómo evolucionará Europa en el contexto a tener en cuenta para definir el modelo territorial de Catalunya y su gobernanza.

Ana María Martínez

Alcaldesa de Rubí y presidenta del Arc Metropolità | 81.523 habitantes
PSC

"Existen muchos desequilibrios: queremos crecer con Barcelona, no al servicio de Barcelona"

El Arc Metropolità "no contempla en estos momentos" que la región metropolitana de Barcelona se convierta en una nueva administración supramunicipal. Lo afirma en estos términos su presidenta, Ana María Martínez, también alcaldesa de Rubí y presidenta del Pacte Industrial. Martínez apunta a la desigualdad entre los municipios del Arc y Barcelona y su área más próxima. “Existen muchos desequilibrios, especialmente en materias como el transporte público y la movilidad”, sostiene la edil. “Los municipios de la segunda corona queremos crecer con Barcelona y no al servicio de Barcelona”, concluye.

Mientras no se resuelvan esos desequilibrios, “la única opción posible es la colaboración leal entre municipios de la región”, entiende Martínez, que afirma que “la Barcelona de los 5 millones es una realidad informal que hasta ahora no ha beneficiado a los municipios de la segunda corona, desde Mataró hasta Vilanova i la Geltrú pasando por los valleses”. De hecho, la alcaldesa lamenta que a estas urbes “nos ha tocado asumir buena parte de las externalidades negativas de Barcelona y su área metropolitana”. La edil apunta al nuevo PDU Metropolitano, al que sobrevuela otra probable aprobación inicial, como punto de encuentro entre territorios como antesala para completar el Pla Territorial Metropolità. Y, en la línea de otros alcaldes, no duda en criticar que el Govern de la Generalitat “ha estado demasiado tiempo ausente de la realidad metropolitana”.

"El debate no ha de centrarse en la estructura administrativa, sino en cómo se puede vertebrar este territorio para ganar eficiencia, generar oportunidades y redistribuir la riqueza", explica Xavier Amor, secretario de Governs Locals de la Generalitat. En la mencionada jornada organizada por el Cercle, Barcelona Global y Foment, el 'conseller' de Presidència del Govern, Albert Dalmau, ya instó a tomar consciencia de que la Barcelona de los 5 millones de personas "es la ciudad real".

También lo cree así Oriol Estela, coordinador general del PEMB, quien tampoco considera que la prioridad sea pensar en la creación de una nueva institución con estructura administrativa propia. "La ampliación del AMB no es la solución, porque la realidad metropolitana es dinámica y cambiante; nosotros abogamos más por trabajar acuerdos entre los sectores relevantes, sean los 50.000 pisos o las medidas de adaptación a la emergencia climática", agrega Estela. Gomà tampoco apoya la ampliación del AMB, de la que sí comenta que debería "transitar hacia un sistema de elección directa, por tal de superar el actual déficit de conexión con la ciudadanía". Sea como fuere, el responsable del PEMB afirma que la responsabilidad de la nueva gobernanza "cae sin duda del lado de la Generalitat".

El Govern asume ese liderazgo: "La Generalitat debería jugar un papel central en este proceso", considera el secretario Amor. Regidores como Collboni o Martínez critican la ausencia de política territorial del ejecutivo catalán los últimos años. Por su parte, el mundo local independentista también avala el protagonismo del Govern: "El debate es qué mecanismos de gestión conjunta encontramos entre los gobiernos locales y el Govern de la Generalitat", sostiene Budó. El presidente del Cercle d'Economia, Jaume Guardiola, reconoce la reclamación local de una política metropolitana a la Generalitat, pero dice no estar seguro de que esto "pase necesariamente por que haya un responsable de acción metropolitana". Guardiola insiste en que la opción de ampliar el AMB territorial y competencialmente "es la que tiene más sentido y la que seguramente podría dar mejores resultados". En este sentido, los responsables sindicales consultados, Omar Minguillón (UGT) y Liliana Reyes (CCOO), no concretan tanto como los agentes económicos pero sí respaldan la hoja de ruta del PEMB hacia una Gran Barcelona de 5 millones de habitantes.

Josep Maria Vallès

Alcalde de Sant Cugat del Vallès | 98.649 habitantes
Junts

"No creo que los sancugatenses acepten que nuestro municipio pase a ser Sant Cugat de Barcelona"

El alcalde de Sant Cugat del Vallès lo tiene claro: “El concepto de ‘Gran Barcelona’ que plantea el alcalde Collboni diluiría un conjunto de municipios dentro de una administración barcelino-céntrica”. En su opinión, el sujeto político metropolitano de 5 millones de habitantes ya existe y hay que desplegarlo: “Se llama veguería de Barcelona”. Esta es la alternativa que el Cercle d’Economia plantea subsidiariamente a ampliar el AMB. “Creo que ahora no es el momento”, responde Vallès a si se da la aritmética en el Parlament para impulsar una nueva institución metropolitana. En cualquier caso, si se diera la coyuntura propicia, “no creo que los sancugatenses acepten un modelo donde nuestro municipio pase a ser Sant Cugat de Barcelona”, apuntala el dirigente.

Preguntado por cómo vería, tal y como reclama parte del mundo local, que liderara el modelo de gobernanza un responsable de acción metropolitana del Govern de la Generalitat, Vallès asegura: “Yo soy mundo local y no lo reclamo. Digamos las cosas por su nombre: lo reclama solo el mundo local socialista, y no todo”. El alcalde opina que “una Gran Barcelona no mejoraría para nada” la crisis de la vivienda, uno de los principales ámbitos cuyas políticas entienden mancomunables quienes abogan por la Barcelona de los 5 millones. “Los problemas de la Gran Londres o la Gran París son iguales o peores que los que tenemos aquí”, señala el edil, que tilda el ritmo de crecimiento poblacional de “insostenible e inasumible para nuestro estado de bienestar”.

Juan Luis Ruiz

Alcalde de Vilanova i La Geltrú | 70.293 habitantes
PSC

"Primero hay que resolver los déficits estructurales de la segunda corona y desplegar la Ley de Veguerías"

El alcalde de Vilanova i la Geltrú se pronuncia en el mismo sentido que otros líderes políticos representados en el Arc Metropolità: antes de hablar de una posible integración en el AMB, “hay que resolver los déficits estructurales de la segunda corona metropolitana y desplegar totalmente la Ley de Veguerías”. La demarcación de la veguería apela, de hecho, a una demarcación territorial de 5 millones de habitantes. Ruiz tilda de “opción muy lejana” la potencial ampliación territorial del AMB: “Entrar a valorarla sería precipitado”, considera.

El político vilanovino, además, pone el acento en que “si bien la comarca del Garraf tiene una dinámica metropolitana por la proximidad con Barcelona, también tiene una realidad ‘penedesenca’ y cualquier decisión que se tome debe tener presente esta realidad”, aludiendo a las dos almas, Barcelona y Penedès, que conviven en Vilanova. En cuanto a los agravios de la segunda corona con respecto a Barcelona y su periferia, desde las infraestructuras hasta la movilidad o la seguridad, Ruiz sí estima “urgente” ponerles solución.

Lluïsa Moret

Alcaldesa de Sant Boi de Llobregat y presidenta de la Diputación de Barcelona | 84.588 habitantes
PSC

"La Diputación tiene mucho que decir, pero no pueden crearse fronteras administrativas entre la realidad metropolitana y la Anoia, Osona o el Berguedà"

“Hoy por hoy, el debate no debería focalizarse en la creación de una nueva estructura administrativa”. En estos términos se expresa la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Boi de Llobregat, quien apunta al Govern de la Generalitat para liderar el modelo territorial de la región metropolitana. Moret, ahora bien, sí cree que “la Diputación tiene mucho que decir”. Pero, en cualquier caso, la presidenta defiende que, sea cual sea el modelo definitivo, “no puede comportar en ningún caso la creación de una frontera administrativa entre esta realidad metropolitana y las comarcas de la Anoia, Osona, el Berguedà, el Bages, el Moianès y el Lluçanès”, las cuales cubre la Diputación. 

En consonancia con otros dirigentes políticos de la región metropolitana, Moret también ve oportuno el desarrollo estatutario de la ordenación territorial de Catalunya a través de la aplicación de la Ley de Veguerías. “Lo que necesitamos es consenso institucional entre Generalitat, Diputación, AMB, comarcas y ayuntamientos para afrontar los grandes retos”, agrega. Por ejemplo, la edil cita ámbitos clave como el transporte, la seguridad, la vivienda, la promoción económica o la sostenibilidad como especialmente aptos para mancomunar de políticas. Eso sí, siempre respetando la autonomía local, "algo que para mí es primordial".

Alba Barnusell

Alcaldesa de Granollers | 63.897 habitantes
PSC

"Queremos intensificar espacios de gobernanza compartida como el Arc Metropolità"

La alcaldesa de Granollers apela a las alianzas "desde el diálogo" entre municipios para vehicular la gobernanza de la región metropolitana, pero no concreta sobre la ampliación territorial del AMB como posible escenario. Barnusell apela a la promoción de espacios de gobernanza compartida, como por ejemplo el Arc Metropolità, del que forma parte la capital del Vallès Oriental. “Queremos intensificarlos”, subraya la edil, quien apoya la “suma de esfuerzos” para afrontar retos globales “con soluciones más locales y adaptadas a la realidad de cada municipio”.

Los retos compartidos a los que apunta la política coinciden con los diseccionados por los otros alcaldes participantes en el Arc Metropolità: infraestructuras; vivienda; seguridad; ocupación de calidad; formación y movilidad. “Estoy convencida de que, de la suma de esfuerzos, siempre saldrán proyectos y soluciones”, certifica la alcaldesa, que no se pronuncia sobre la posibilidad de que Granollers pudiera eventualmente integrar una Gran Barcelona de 5 millones de habitantes.

Meritxell Budó

Alcaldesa de La Garriga y presidenta de la ACM | 17.277 habitantes
Junts

"Barcelona no puede querer ser una matriz centralista que sólo haría que empobrecer los entornos, como hace Madrid"

La alcaldesa de la Garriga y presidenta de la Associació Catalana de Municipis (ACM) es una de las voces de referencia del municipalismo catalán que más transparentemente se oponen a la idea de la Barcelona de los 5 millones que proponen Collboni y los agentes económicos, para la que entiende que actualmente no hay el suficiente consenso en el Parlament. “No creo que Barcelona necesite un programa de anexiones para crecer”, espeta la también ‘exconsellera’ de Presidència y exportavoz del Govern. A su entender, el modelo que pasa por crear una nueva institución para gobernar la Gran Barcelona “no es el mío ni creo que sea el de la mayoría de alcaldes”. Budó apuesta por que Barcelona “quiera ser el nodo principal de un país con mentalidad de red y no una matriz centralista que sólo haría que empobrecer los entornos, como hace Madrid”.

La edil insiste en la preservación de la autonomía local como garantía para los ayuntamientos y enfatiza la priorización de políticas en los territorios menos densos de la Catalunya interior. “Temo que la Barcelona de los 5 millones pueda dar la espalda a la resta de ciudades y pueblos de Catalunya”, asevera Budó. Si la mirada no es “equilibrada, cohesionada y al servicio del conjunto del país”, agrega la líder municipalista, “estaremos generando ciudadanos de primera y de segunda”. La dirigente de Junts apela a la gobernanza compartida entre el Govern y el mundo local “con lealtad institucional y el respeto a las competencias de cada administración”. Y lo ejemplifica con la vivienda: “Gestionarlo conjuntamente a nivel supramunicipal se puede hacer sin renunciar a las competencias municipales”. 

De la necesidad de ampliar el AMB que esgrimen los agentes económicos se desprende que consideran que las competencias y capacidad de la administración metropolitana han sido superadas por una realidad territorial que, sin dejar de apelarla, la trasciende. Si bien hay que tener en cuenta que el perfil técnico y de poco ruido político del actual AMB está íntimamente ligado a su origen institucional: no se puede pasar por alto la disolución en 1987 de su predecesora, la Corporación Metropolitana de Barcelona (CMB), al ser visto el liderazgo político del alcalde Maragall por la Generalitat de Jordi Pujol como una amenaza de contrapoder al Govern en Catalunya. Ello explica que en el ADN del actual AMB esté el consenso político: los cuatro partidos mayoritarios (PSC, con mayoría absoluta; Junts; Comuns; y ERC) comparten el cuatripartito metropolitano y se reparten las carteras del ente.

Tras disolverse la CMB, dos entidades sectoriales, la Entidad Metropolitana del Transporte y la Entidad Metropolitana de Tratamiento de Aguas y Residuos, asumieron algunas de sus competencias. Posteriormente emergió la Mancomunidad de Municipios del Área Metropolitana, integrada por 31 municipios y que precedió al actual AMB, que empezó a coger forma cuando Maragall asumió la presidencia de la Generalitat en 2003. "Durante el proceso de su diseño institucional, la principal voluntad de muchas élites políticas regionales y locales fue limitar el poder y la centralidad de Barcelona y rebajar el perfil político de la entidad metropolitana entrante", afirman los investigadores Marc Martí-Costa, Mariona Tomàs y Roger Barres en el libro 'Metrópolis sin gobierno. La anomalía española en Europa'. La obra señala como pecado original del AMB que "la voluntad de construir un gobierno metropolitano estuvo más relacionada con un interés pragmático por la coordinación de políticas y servicios que con el deseo de construir un poder político metropolitano".

Más allá de esa inicial fragilidad institucional, el AMB es hoy una administración supramunicipal única en España con el triple de presupuesto que cuando nació. Tiene competencia en urbanismo; gestión del agua; movilidad y transporte público; medioambiente; vivienda; políticas sociales o desarrollo económico, y cuenta con una autonomía fiscal articulada por un recargo propio sobre el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) —el conocido como Tributo Metropolitano—, que es el único impuesto de este tipo recaudado por un ente local de segundo nivel en el Estado. El modelo metropolitano barcelonés, caracterizado por preservar la soberanía local de 36 ciudades y redistribuir los recursos de la capital catalana hacia su entorno, contrasta con el centralista modelo madrileño. El caso de la capital española es paradójico: pese a existir una realidad metropolitana, no hay configurada una institución homologable al AMB para gobernarla, de modo que es la propia Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) la que acaba concentrando competencias típicamente metropolitanas como las de movilidad y transporte público. En Barcelona sí existe una institución metropolitana cada vez más musculada, pero está por ver cuál es exactamente su horizonte.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Texto: Manuel Arenas
Coordinación: Rafa Julve