Investigación en marcha
Una decena de afectados por cáncer denuncian a la fábrica de Tenneco en Badalona: "Lo hacemos por nuestros hijos"
Diez personas afectadas por cáncer y una por asma que viven en el entorno de la fábrica de frenos se han personado como acusación particular en la causa abierta por el Juzgado de Badalona
El juez que instruye la investigación ha acordado que un médico forense examine a varios de los denunciantes para determinar si las enfermedades que padecen pueden deberse a las emisiones de la empresa
CONTEXTO | Un juzgado investiga si una empresa de Badalona emitió sustancias cancerígenas
MOSSOS | Los Mossos acusan a la fábrica de frenos de Tenneco en Badalona de causar un "riesgo inaceptable" de cáncer

Nico, Emiliano, Ana y Silvia, vecinos del Remei que denuncian a la fábrica de frenos Tenneco de Badalona porque aseguran que sus emisiones les han provocado enfermedades, como cáncer / ZOWY VOETEN


Jordi Ribalaygue
Jordi RibalayguePeriodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.


Gerardo Santos
Gerardo SantosPeriodista de información local. Durante diez años trabajé como redactor freelance para diversas publicaciones y para medios como los diarios Línia, centrado en el Barcelonès Nord.


J. G. Albalat
J. G. AlbalatRedactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Premio del Col.legi de l'Advocacia de Barcelona a la Trayectoria en el Periodismo del Sector Legal 2023. Colaborador de publicaciones jurídicas. Ha ejercido de profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
La peste crece mientras avanza la tarde. Va expandiéndose por varias calles del sur de Badalona, impregnando una zona empobrecida del área metropolitana de Barcelona con tufo a rueda quemada. Es habitual que el olor se acentúe por la noche, en momentos de inversión térmica o después de llover. Provoca picor de cuello, sequedad de boca, taponamiento de nariz y dolor de cabeza, enumeran los vecinos. Temen que los efluvios que achacan a la fábrica de pastillas de freno de Tenneco ―instalada desde 1958 en el polígono adyacente a las viviendas― hayan sembrado los casos de cáncer que han aflorado en los alrededores. Algunos de ellos son especialmente agresivos.
Cuando EL PERIÓDICO acudió recientemente al barrio de El Remei, el hedor se percibía intenso delante de la empresa, señalada por un atestado de los Mossos d’Esquadra por excederse en la dispersión de nueve contaminantes y entrañar supuestamente un “riesgo cancerígeno inaceptable”.
El 26 de junio, diez personas afectadas por cáncer y una por asma que viven en el entorno presentaron un escrito al juez que investiga las emisiones de la empresa solicitando ejercer de acusación particular por las afectaciones que sufren. Todos ellos disponen de un estudio médico con diagnósticos de enfermedades que sospechan que pueden haberse incubado por la proximidad con la factoría. También ha comparecido la viuda de un hombre que murió en 2024, medio año después de que se le detectara un cáncer. Recientemente, el juez, tal como solicitaron los Mossos d'Esquadra, ha acordado que algunos de los afectados que presentan patologías sean examinados por los forenses para determinar si sus enfermedades pueden deberse a las emisiones de la compañía.
Tras la publicación de este reportaje, la empresa ha precisado en un comunicado que "los componentes químicos utilizados en el proceso de producción de pastillas de freno de Tenneco están oficialmente autorizados y cumplen con la legislación europea". Recuerdan asimismo que en marzo pidieron al juez el archivo de la causa, y niegan "cualquier vínculo entre su actividad y las enfermedades mencionadas por algunos vecinos".
“He llegado a bajar a la calle pensando que el olor se debía a que se estaba quemando un coche, pero llega un momento en que el cerebro lo asimila como si fuera normal”, confiesa Manuel, habitante de la zona. Trabajó en Tenneco un verano de hace unos 20 años: cuenta que hundía los brazos en un depósito para remover la mezcla que levantaba polvo, protegido nada más que con una mascarilla que se arrancaba para no asfixiarse. Luego, al escupir y al sonarse la nariz, “salía todo negro”, dice. El agua también se oscurecía al ducharse tras acabar la faena: “Si no lo hacías, la piel escocía”, da fe.

Polvo negro depositado en la persiana de un restaurante, justo enfrente de la fábrica de frenos Tenneco de Badalona / ZOWY VOETEN
Unos diez años después, Manuel expulsó un coágulo de sangre y, durante la pandemia de 2020, le extirparon el pulmón izquierdo. “Desde que me lo quitaron, no valgo para nada”, se duele este vecino, que ha optado por denunciar a Tenneco. Alega que su cuadro clínico puede haber sido inducido por la actividad de la planta: “Espero que la justicia se lleve a la empresa de aquí”.
Pruebas de la polución
En 2023, la entidad Airenet y la Asociación de Vecinos de El Remei presentaron la denuncia por la que se investiga a la empresa. Los resultados de los primeros informes han reavivado la sensibilidad con la polución en un barrio que la ha sufrido de lleno: con la silueta de la térmica de las Tres Xemeneies de fondo, el vecindario fue conocido como el “barrio del infierno” durante décadas, por el humo con que las fábricas lo cubrían.
Conchi vive en la calle Príncep d'Astúries, una pequeña vía de unos 40 números, a 300 metros de la fábrica: "Mi calle está llena de 'la enfermedad', en casi todas las puertas hay casos", advierte. Ella padeció un cáncer de tiroides en 2013 y otro de mama en 2024, del que asegura "estar saliendo". Dice que se involucró más en la lucha de la asociación de vecinos a partir del último diagnóstico: "Viendo el estudio de la UB, que los Mossos hablan de un 'riesgo inaceptable de cáncer', las personas afectadas que hay en tan poco espacio... ―enumera Conchi―. Son indicios de que aquí hay algo".
“Hace dos años no estábamos tan asustadas, porque no teníamos las pruebas que tenemos ahora”, manifiesta Silvia Jordán, presidenta de la asociación de vecinos. Como muestra de lo que se respira en el barrio, pasa una servilleta por una repisa y la observa. “Se ve claro: esto verde es polen, esto marrón es polvo normal, y esto negro es Tenneco”, distingue.
Jordán fue diagnosticada de un cáncer de mama triple negativo, que ha superado. Se trata de un tumor violento y poco habitual, que también desarrolló otra de las denunciantes, Inma, en agosto de 2024: "Pasé un mes en la UCI y de poco no salgo, de hecho decían que no iba a salir, pero salí", dice, satisfecha. Sus dos padres, vecinos como ella de Sant Adrià, fallecieron de cáncer. Un estudio genético concluyó, explica Inma, que el cáncer de ovario que sufrió su madre y el de vejiga de su padre no eran hereditarios.
El resto de los denunciantes padecen o han padecido otros tipos de cánceres de mama, tiroides, o pulmón. “¿Por qué una empresa tiene la capacidad de jugar con nuestra vida y la de nuestros hijos? Vine a vivir a una zona residencial, no a Chernóbil. Esa fábrica debería estar lejos de la población”, resuelve Jordán.
A menos de 800 metros
Todos los perjudicados que han solicitado poder acusar a Tenneco residen en un radio de menos de 800 metros de la planta. Denuncian que esa proximidad les marca el día a día: desde la constante limpieza, hasta el hecho de ventilar sus casas. Procuran mantener en todo momento las ventanas cerradas, para evitar que la peste y el polvo entren en sus hogares. En verano, sin embargo, todo se hace más difícil. Las hay como Inma, que con el tiempo ha dado con la tecla para controlar las corrientes de aire abriendo y cerrando las ventanas de cada extremo de su casa; o como Ana, que padece de asma grave y confiesa abrir apenas 10 minutos las ventanas para ventilar la casa porque tiene "psicosis" de que entre el polvo negro; o como Silvia, que contrarresta las ventanas cerradas en las noches de verano con el uso de purificadores de aire para sus hijos.

Imagen del costado de la fábrica de frenos Tenneco de Badalona que da a la calle Guifré / ZOWY VOETEN
Tanto ella como Maite, otra de las denunciantes, insisten en la gravedad de tener que recuperarse de un cáncer viviendo a pocos metros de la fábrica: "Imagínate salir de la quimio, llegar al barrio, y sentir esa peste, ese sabor a metal en la boca", explica Maite, que fue diagnosticada de un cáncer de pulmón en 2020 "inextirpable e inoperable" por la situación del tumor, demasiado cercana al corazón. "Es muy duro llegar de la quimio a casa, tan malita, y tener que seguir respirando esto ―rubrica Jordán―. No puede ser que me prepare el zumo de naranja ecológico y, a la vez, me tenga que tragar lo que entra por la ventana".
"Esta es una lucha a futuro"
Los denunciantes reclaman daños y perjuicios y que se ponga fin a lo que describen como un perjuicio colectivo. Todos ellos, que están representados pro-bono (es decir, gratuitamente) por los abogados Andrés Maluenda y Anna Baró, entienden su personación en la causa como "una lucha a futuro, por los que vendrán". "Nos preocupan los niños que viven en esta zona", dice Nico, que pasó por "todos los tratamientos" para superar un cáncer de pecho por el que actualmente sufre "un montón de secuelas". "Esa es la pena que tenemos, no poder coger y decir que te vas de aquí, si no tenemos dónde caernos muertos", agrega Manuel.
"¿Y nuestros hijos, qué será de ellos el día de mañana", se pregunta Maria, a quien le extirparon un nódulo en el pulmón en 2024. Ana, que solo pudo ser diagnosticada de asma grave tras sufrir un ataque de ansiedad en 2023 que derivó en una parada cardiorrespiratoria, advierte que tanto las afectadas como sus hijos "están muy afectados a nivel psicológico". Inma también lamenta que sus dos hijos "lo están pasando muy mal" con todo el proceso: "Yo, por mí, solo puedo luchar, no puedo tirar el tiempo atrás, pero no quiero que a mis hijos les pase lo mismo". Maite es la más vehemente: "Cada tres meses voy con el culo encogido a la revisión y no puedo disfrutar de mi nieto, así que yo denuncio porque me han jodido la vida", se lamenta. En todo caso, asume Maite, "cada día que pasa es una batalla ganada".
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