El 'DAFO' de Ada Colau

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disecciona las opciones de los alcaldables de BCN

EL PERIÓDICO disecciona las opciones electorales de los principales aspirantes a ocupar la alcaldía de Barcelona los próximos cuatro años con una colección de análisis DAFO en formato multimedia. 'DAFO' son las siglas de "debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades", cuatro claves muy útiles para entender el presente y futuro de todo proyecto.

ADA COLAU

La actual alcaldesa de Barcelona y líder de los 'Comuns' opta a un tercer y último mandato en las elecciones municipales 2023. Su DAFO está marcado por los aciertos y tropiezos de ocho años ininterrumpidos al frente del gobierno local, que le permiten una posición de partida privilegiada pero también la exponen mucho más a las críticas de sus adversarios. Estos son sus puntos a favor y en contra.

Ocho años en el poder han erosionado el halo de rupturismo y alternativa con el que los 'Comuns' llegaron a las instituciones. La alcaldesa ha cosechado un importante frente de detractores en varios ámbitos, desde la movilidad hasta la empresa privada, que se encargan de recordar al público y rivales los desaciertos de los dos últimos mandatos.

Dos incógnitas de futuro sobrevuelan su campaña: ¿Quién liderará a los 'Comuns' cuando Ada Colau termine su tercer y último mandato? ¿Dejaría Colau el Ayuntamiento antes si se quedara en la oposición? La falta de una sucesión clara erosiona la candidatura.

Un goteo de querellas, denuncias e investigaciones ha manchado los ocho años del gobierno Colau. Los tribunales han torpedeado varios proyectos estrella, desde el dentista público hasta el PEUAT. En cambio, han sido archivadas una decena de querellas que los 'Comuns' consideran 'law fare', es decir, acciones judiciales sin fundamento que solo buscan la 'pena del telediario'. Unas y otras han causado un ruido mediático que confunde al electorado.

La preocupación ciudadana por la suciedad en las calles es un problema político de primer orden para cualquier alcaldía, ante el que Barcelona ha reaccionado tarde y a regañadientes. Colau ha tardado meses en reconocer el margen de mejora en este campo, que ha vivido desajustes por los cambios de hábitos de la pandemia, el estreno de un nuevo contrato de residuos y limpieza y la accidentada recogida 'Puerta a puerta' en Sant Andreu.

La lucha contra la contaminación del gobierno Colau ha puesto en jaque la movilidad en Barcelona, en especial la interurbana, que sigue siendo la gran olvidada del transporte público. Los conductores por obligación o con malas alternativas se sienten perjudicados por proyectos como la 'Superilla' del Eixample, el 'embudo' ante el túnel de Glòries, la pacificación de la Meridiana o la pérdida de carriles generalizada en favor de la bicicleta.

El malestar vecinal por el turismo de masas ha regresado tras enfriarse durante la pandemia. De nuevo el centro de Barcelona y sus iconos se abarrotan de visitantes, que ponen en evidencia que la parada técnica por la Covid-19 no ha servido en absoluto para cambiar el modelo económico. Sin novedades significativas en la gestión del impacto turístico, los movimientos 'antiturismo' que le eran próximos ahora le reprochan tibiez a Colau.

La base electoral de los 'Comuns' es firme. Encuesta tras encuesta, los partidarios de la alcaldesa se mantienen en su apoyo a un tercer mandato. No son una moda pasajera. Además el partido vive un momento tranquilo de puertas para adentro, en especial en comparación con la agitación fuera de Catalunya entre Podemos y el proyecto 'Sumar' de Yolanda Díaz.

La vivienda sigue siendo un problema en Barcelona, por los altos alquileres y la falta de vivienda pública, pero el gobierno Colau ha logrado afianzar un relato favorable en este campo. Ante las críticas por no haber llegado a construir los pisos que prometió en 2015, Colau reivindica el presupuesto y los esfuerzos que ha invertido el consistorio y cuestionar el compromiso demostrado por el resto de administraciones.

La otra cara del enfado de los conductores es el posicionamiento sin matices de los 'Comuns' sobre el cambio climático. Colau puede atraer el voto ecologista mucho más fácilmente que el resto de candidatos, por ejemplo con un simple recuento de los kilómetros de carril bici estrenados los últimos ocho años.

La irrupción de Xavier Trias como alcaldable beneficia sin duda a Ada Colau al proporcionarle un fácil antagonista. Le quitó la vara a Trias en 2015 con un programa político opuesto al suyo y ahora puede apelar a esta contraposición para intentar polarizar la campaña. El voto útil podría ayudar a ambos a deshacer el cuádruple empate que pronostican las encuestas electorales.

Los 'Comuns' han podido gobernar estos cuatro años sin tener que estar pendientes del retrovisor izquierdo. La CUP no ha tenido representación este mandato y tampoco parece levantar cabeza estas elecciones según los sondeos, por lo que deja campo a Colau para situarse como la alcaldable más a la izquierda. ERC ha tratado de jugar esta carta en diferentes momentos del mandato pero lo ha lastrado la centralidad que le exige liderar el Govern catalán.

Ganar o no ganar ya no es el principal factor para lograr la alcaldía de Barcelona, después de la operación de Manuel Valls en 2019 para investir a Colau y aguarle la victoria a Ernest Maragall. En un escenario reñido como anticipan las encuestas, la alcaldesa tiene opciones de reválida mediante un pacto de izquierdas con el PSC solo o con PSC y ERC. Puede ayudarle la Moncloa: a PSOE y Podemos les ayuda lucir proximidad en Barcelona antes de las elecciones generales de otoño.

Un reportaje de
EL PERIÓDICO

Textos: Meritxell M. Pauné
Diseño: David Jiménez
Coordinación: Rafa Julve