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Entrevista

Janet Sanz: "Si alguna cosa he hecho ha sido recuperar el sueño de Cerdà de una ciudad saludable"

La todavía presidenta del grupo municipal de Barcelona en Comú, que deja el ayuntamiento en diciembre, asegura que el PSC "reconoce los problemas de la ciudad pero no hace nada"

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Janet Sanz, todavía presidenta de Barcelona en Comú en el Ayuntamiento de Barcelona, el pasado martes, en el eje verde de Rocafort con Consell de Cent.

Janet Sanz, todavía presidenta de Barcelona en Comú en el Ayuntamiento de Barcelona, el pasado martes, en el eje verde de Rocafort con Consell de Cent. / JORDI COTRINA

Toni Sust

Toni Sust

Barcelona
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¿Dónde y cuándo nació?

Yo soy de un pueblo de Huesca, Tamarite de Litera, en la franja de Ponent, nací en el Hospital de Lleida en 1984. Hablamos catalán pero es un lugar con una identidad mayoritaria aragonesa.

Allí vivía con sus padres. ¿Hermanos?

Somos tres, yo soy la pequeña. Mi hermana tiene nueve años más que yo y mi hermano, seis. Los dos viven en Lleida. Ella se dedica a temas de trabajo social con mujeres que han sufrido maltrato. Mi hermano, a la logística. Mis padres viven en Tamarite. Están jubilados.

Tenían un bar. ¿Le tocó ayudar en el bar?

Sí, diría que desde los siete u ocho años.

"Hice 3º de la ESO interna en La Seu d’Urgell, en La Salle. Los viernes, venía mi madre a buscarme, íbamos a comprar a Andorra y a casa el fin de semana"

¿Hacía los deberes en el bar?

Hacía los deberes en el bar. Fui a la escuela y al instituto en el pueblo, hasta 3º de la ESO, que cursé en La Seu d’Urgell, en La Salle, interna. Tengo alergias respiratorias y un médico le dijo a mi madre que si iba a vivir cerca de la montaña quizá se me curarían.

¿Y se curó?

No. Sigo siendo alérgica al polen, pero hice muy buen amigos en La Seu, gente de Andorra, de Sort. Para mí fue como irme de casa a los 14 años. Los viernes, venía mi madre a buscarme, íbamos a comprar a Andorra y a casa el fin de semana. El domingo me dejaban en Balaguer o Artesa de Segre y cogía el bus. Mi madre consideró que me iría bien estudiar a partir del año siguiente en Lleida. El primer año iba y venía cada día, después viví con mi hermana. Y allí acabé el bachillerato antes de irme a la universidad en Barcelona.

¿Qué estudió?

Ciencias Políticas y Derecho, las dos en la Pompeu Fabra. Derecho la acabé en 2012, ya era concejala de ICV en Barcelona.

Sanz, en uno de los troncos en Consell de Cent con Rocafort.

Sanz, en uno de los troncos en Consell de Cent con Rocafort. / JORDI COTRINA

¿Como estudiante, dónde vivía?

El primer año, en una residencia de monjas solo para chicas en el Eixample. Después en un piso de estudiantes, también en el Eixample.

¿Su familia es de clase media?

Clase media, trabajadora. Mis padres han sido unos currantes. Su bar fue antes discoteca y pub. Primero, vivíamos encima. Mi padre es una institución en el pueblo, era el hijo del dueño de la sala de baile de Tamarite. No recuerdo irme de vacaciones con mi padre. Él trabajaba siempre. Con mi madre íbamos a Biescas o donde fuera y nos dejaba con mis tíos y mis primos y se iba a trabajar también.

"Soy la primera y única política de la familia. Mi hermana explicó un día en un almuerzo que iba a votar Izquierda Unida, la IU de Anguita, y se removieron las sillas. Sentí fascinación. Yo tenía nueve años"

¿Y cómo llegó de Tamarite al comunismo? ¿Usted es la primera política de su familia?

Soy la primera y única política de la familia. Mi hermana explicó un día en un almuerzo que iba a vota Izquierda Unida, la IU de Anguita, y se removieron las sillas. Mis padres, especialmente mi padre, no eran votantes de izquierda. Sentí fascinación. Yo tenía nueve años. Empecé a tener conversaciones con ella, que sin ser de adoctrinar, me transmitía valores. Además en mi pueblo la socialización de los adolescentes iba asociada al punk y el grunge. Hacíamos una fiesta, la de los Quintos, una semana de gamberrismo con un concierto punk de alto nivel como final. Se llenaba el pueblo de punks y de guardias civiles. Todo esto va configurando un carácter, una curiosidad.

¿Cuándo empezó a militar en ICV?

Yo venía de Aragón, los partidos eran el PSOE, el PP, la CHA y el PAR. No era consciente de lo que era ICV, ERC. CiU sí era conocida. En la UPF, asistí a un acto electoral de Arcadi Oliveres y Joan Herrera, en la campaña de las generales del 2003 y decidí afiliarme a Iniciativa. Entré en las juventudes, me hicieron responsable de universidades y después, del grupo feminista. En 2006, fui asistente de de Laia Ortiz en la campaña de las elecciones al Parlament, luego me fui de Erasmus a Italia y en 2008, me nombraron coordinadora nacional de las juventudes de ICV. En 2010 fui en el número 15 de la candidatura al Parlament, no salí, y el año siguiente, por sorpresa, Ricard Gomà me propuso que fuera la número 4 de la lista al Ayuntamiento de Barcelona.

"En 2006, fui asistente de de Laia Ortiz en la campaña de las elecciones al Parlament, luego me fui de Erasmus a Italia y en 2008, me nombraron coordinadora nacional de las juventudes de ICV"

¿Llega al ayuntamiento en 2011 con 26 años? Se va 14 años después. ¿Ha sido demasiado tiempo? Toda su vida laboral.

En el mundo laboral entré cuando empecé a trabajar en el bar de mis padres. Los primeros cuatro años, el primer mandato en Barcelona, en la oposición, me ayudó mucho a conocer cómo funciona el ayuntamiento. También tuve la oportunidad de ver la primera vez que la derecha gobernaba en Barcelona, con Xavier Trias. Para mí 14 años son muchos, por eso ahora necesito hacer un cambio.

ICV  se inmoló en 2015 para que se estructurara una nueva candidatura en Barcelona con Ada Colau como cabeza visible. Uno de los que la operación se lleva por delante es Ricard Gomà.

Mi padre político. Iniciativa hizo la reflexión de abrirse para superar su propio espacio. Gomà lo resumió al cerrar una asamblea: “¿Si no es ahora, cuándo? ¿Si no es en Barcelona, dónde?”. Hubo un proceso de negociación que no fue fácil. Las personas más significativas de ICV tuvieron que renunciar.

"Mi profesora de Derecho Administrativo era Laia Bonet (hoy primera teniente de alcalde de Barcelona), y tengo que decir que me puso muy buena nota"

Se ha dicho mil veces que en 2015 Barcelona en Comú no esperaba ganar las municipales.

Costaba pensar que ganaríamos a la primera. Pensábamos que tendríamos más opciones en 2019. Yo era la única persona de la lista que había estado cuatro años en el ayuntamiento, y fue una suerte para mí. Fue difícil que el resto no tuviera experiencia, al principio a la gente le costó determinar qué quería hacer. Yo entré y en el minuto cero hice una suspensión de licencias hoteleras y pisos turísticos en toda la ciudad. Porque en la oposición me tocó llevar Urbanismo cuando la concejala Elsa Blasco tuvo que dejarlo por enfermedad. Entonces yo estaba acabando Derecho, hice un intensivo para entender qué puede hacer un ayuntamiento en urbanismo. Acababa de estudiar Derecho Administrativo, mi profesora era Laia Bonet (hoy primera teniente de alcalde de Barcelona), y tengo que decir que me puso muy buena nota.

¿Conocía a Ada Colau antes del 2015?

La conocía poco. De ir a desahucios y saludarla. Recuerdo un desahucio en Sant Andreu, fui con Ricard Gomà, y Ada vino a agradecernos que estuviéramos. Fue el primer día que hablé con ella.

Los planteamientos de Barcelona en Comú eran facilitar el acceso a la vivienda, reducir la aglomeración del turismo. ¿Buenas intenciones con resultados inferiores a los esperados?

Con la correlación de fuerzas que había, gobernando con solo 11 concejales, hemos sacado adelante lo impensable.

¿Cuál es el legado?

Duplicamos la vivienda pública municipal, limitamos el turismo, cerramos 7.000 Airbnb ilegales, paramos 9 de cada 10 desahucios, creamos la eléctrica pública, un millón de metros cuadrados de verde. Evidentemente, siempre quedan cosas por hacer.

"Lo frustrante es ver que un ayuntamiento tiene pocas herramientas para limitar el capitalismo"

Es cierto que incrementaron el parque de vivienda, pero también lo es que ahora es más difícil acceder a una vivienda que en 2015. No hay menos turismo que entonces. Duerme más gente en la calle que entonces. ¿Es frustrante ver estas situaciones?

Lo frustrante es ver que un ayuntamiento tiene pocas herramientas para limitar el capitalismo. El urbanismo, con el que puedes determinar reglas del juego del presente y el futuro de la ciudad, tiene límites, legales, territoriales.

Colau ha tenido grandes detractores que la consideran a usted ejecutora de su política y que sostienen que las dos propiciaron una gran decadencia en la ciudad.

Esa es una acusación falsa a sabiendas, en el marco de una campaña orquestada. En el contexto del ‘Procés’, lo más estable que hubo fue Barcelona, que crecía y cuyo gobierno frenaba al mercado. Me enorgullece que me llamen la de las ‘superilles’.

Algunas entidades denunciaron obras como las de Consell de Cent y Laietana y propiciaron sentencias contra esos proyectos.

Mientras esa gente me criticaba me pedía charlas en sus organizaciones, y algunos, la pacificación de la calle donde ellos tenían una tienda.

La acusan de traicionar al Eixample de Ildefons Cerdà.

Es falso: si alguna cosa he hecho es recuperar el sueño de Cerdà, su utopía de una ciudad saludable donde la gente pudiera caminar.

La concejala, el pasado martes.

La concejala, el pasado martes. / JORDI COTRINA

¿Deshace el PSC la gestión de Barcelona en Comú?

Yo no diría desmontar, diría paralizar. El PSC reconoce los problemas de la ciudad pero no hace nada. La manera de actuar es retrasarlo todo.

Pero esta semana le han apoyado ustedes en la votación inicial los presupuestos y las ordenanzas fiscales del año próximo.

Pusimos dos condiciones y se han comprometido a respetarlas: el veto al alquiler de temporada y mediación sobre el futuro de las familias vulnerables de Vallcarca. Ahora podemos empezar a negociar las cuentas y las ordenanzas.

¿Con quién le ha sorprendido llevarse bien estos años?

Dos personas que me sorprendieron fueron los ‘consellers’ Josep Rull y Damià Calvet. Personas de un partido conservador como Junts.

Se sentó durante un mandato junto al concejal Joan Laporta. ¿Qué tal? ¿Reía mucho?

Muy bien. Solo lo puedo decir riendo.

Ada Colau dejó el ayuntamiento en octubre de 2024. Muchos dieron por hecho que usted la reemplazaría.

Un día después de las municipales de 2023 yo ya le dije a Ada y a gente cercana que no acabaría el mandato. Cuando Ada dijo que había llegado el momento de que se fuera, le recordé que yo también quería. De forma amistosa, me contestó: ‘ya, pero me toca a mí primero’. Y es normal que habiendo sido alcaldesa se fuera antes.

"Me iré en el pleno municipal de diciembre. No sé adónde iré. No tendré paro, tengo ahorros"

¿Cuándo se irá usted?

Dije a final de año. Me iré en el pleno municipal de diciembre.

Sus detractores esperan que eche manos de alguna puerta giratoria. ¿A qué se dedicará?

No lo sé.

¿Tiene ahorros?

Algo de ahorros, y no tendré paro.

"El mercado me ha empujado del alquiler a la compra. Me he comprado un piso en Hostafrancs. Me mudo en noviembre".

Vive de alquiler. ¿Cuánto paga?

Vivo en Poble-Sec. Pago algo más de 900 euros por 70 metros cuadrados.

¿Tiene intención de comprar un piso?

Sí. El mercado me empuja a comprar un piso y me saca del alquiler.

¿Y tiene algo visto?

Ya he encontrado un piso. Y lo he comprado. En Hostafrancs. En noviembre me mudo.

"Después de pasar por la política institucional me siento más marxista que nunca"

¿Pasar por la política institucional ha hecho que sea más conservadora en algún aspecto?

No, la tendencia suele ser más conservador con el tiempo, pero yo después de pasar por la política institucional me siento más marxista que nunca.

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