Explosión
Una veintena de desalojados por la fuga de gas de L'Hospitalet tardarán varios días en volver a casa: "No he dormido nada"
La estructura del edificio no se ha visto afectada, pero sí ha quedado dañado el sistema eléctrico y algunas zonas comunes
CONTEXTO | Desalojados casi 500 vecinos y una escuela frente al Gran Via 2 de L'Hospitalet por una gran fuga de gas en unas obras

Confinados vecinos frente al Gran Via 2 de L'Hospitalet por una fuga de gas en unas obras en la calle Natzaret / FERRAN NADEU

Una veintena de vecinos del barrio de Santa Eulàlia de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelonès) todavía tardarán varios días en poder regresar a sus casas después de ser desalojados este miércoles 15 de octubre por una gran fuga de gas originada en unas obras frente al centro comercial Gran Via 2 y la explosión que esta provocó en su edificio. Los afectados, que han pasado la noche en casas de amigos y familiares, se han arremolinado este jueves a primera hora de la mañana en las inmediaciones de su bloque a la espera de que los Bombers de la Generalitat les informaran sobre la situación de sus hogares y les dejaran entrar a buscar algunos enseres y medicamentos. Este miércoles por la noche, el cuerpo de emergencias confiaba en que estos vecinos pudieran regresar a sus pisos ya este mismo jueves, pero las previsiones finalmente no han sido tan favorables y estos deberán esperar algunos días más.
Los Bombers han explicado que la estructura del edificio no se ha visto afectada, pero sí ha quedado dañado el sistema eléctrico y algunas zonas comunes. Ante esto, se ha determinado que los vecinos todavía no pueden regresar, por lo que los Bombers han acompañado esta mañana a las diez familias afectadas para recuperar pertenencias. La vuelta a casa está ahora condicionada por el tiempo que tarden las aseguradoras del bloque y de los distintos pisos en ponerse de acuerdo y arreglar las deficiencias fruto de la deflagración. Joan Enric Martí, subjefe de guardia de Bombers, ha explicado esta mañana que todavía quedaba algo de gas acumulado en las alcantarillas de las calles Natzaret y Josep, pero que era residual y "fuera de los límites inflamables". Pese a la magnitud del operativo y la alrma, no hubo que lamentar daños personales.
"No he dormido nada. He pasado la noche en casa de un amigo y no tengo donde estar. En el tiempo que tarden en arreglar todo esto me tendrán que dar un alojamiento o tendré que ir pidiendo favores a mis amigos. Mi hermana vive muy lejos y aquí tenemos que estar cerca para gestionar todo", ha señalado Ruth Peiró, una de las vecinas del número 82 de la calle Blas Fernández Lirola, el inmueble más afectado. Fuentes municipales recuerdan que el equipo de la OMIC se ha desplazado al punto 0 para informar a los afectados y que se les está asesorando en la gestión de los seguros y dónde dormir. Mientras los seguros no se hagan cargo, el Ayuntamiento de L'Hospitalet garantiza que dará alojamiento a aquellos vecinos que lo necesiten. Fuentes municipales explican también que las familias afectadas han pedido un sitio para guardar las maletas y las bolsas de las cosas que han ido sacando y que se ha habilitado una sala del centro cultural de Santa Eulàlia para que puedan guardar sus cosas durante el día. De cara a la noche, el consistorio explica que mantendrán una patrulla de policía a la espera de que la aseguradora del bloque ponga vigilancia privada para evitar pillajes.
En declaraciones a los medios, Peiró ha explicado que ella estaba en su piso, en el ático, en el momento de la explosión. El incidente tuvo lugar a las 10.42 h de la mañana y casi 500 residentes de la zona quedaron afectados por los desalojos y confinamientos en la zona ante los altos niveles de gas detectados. La inmensa mayoría pudieron regresar a sus casas antes de la media noche, una vez los Bombers confirmaron mediciones negativas de gas en los respectivos pisos. "Ya hacía rato que olía mucho a gas y ya estaban aquí bomberos y policía. Lo que no me parece normal es que si ya estaban viendo esta fuga de gas tan grande no dijeran 'eh aquí hay peligro de explosión: vamos a desalojar'. A mí no me afectó tanto porque estoy arriba, pero llega a haber una persona en el ascensor y está muerta. No hay ascensor. No hay portería", denuncia Peiró.
"Yo estaba tendiendo una lavadora y hacía mucho rato que olía a gas. Ya ves coches de policía, bomberos y ambulancia y piensas que aquí pasa algo. Pero no me esperaba que iba a explotar. Cuando abrí la puerta de la casa vi que era toda la finca", ha dicho por su parte Judith Roig, vecina también del bloque afectado. Enric del Peso, otro de los vecinos afectos también ha explicado que el y su familia han tenido que pasar la noche en casa de una amiga y que ahora esperan a que las aseguradoras del bloque y los respectivos pisos se pongan de acuerdo para solucionar las deficiencias que provocó la deflagración y poder volver. Pese a ello, del Peso ha comentado que ya pudo entrar un momento en el piso este miércoles y que se esperaba un escenario peor al que se encontró.
Una inyección de gas durante horas
Enric Pous, jefe de Guardia de los Bombers de la Generalitat, explicaba este miércoles que la fuga se mantuvo activa durante mucho más tiempo de lo habitual y que se trataba de un canal de alta presión, lo que supuso una gran inyección de gas durante muchas horas a espacios como párkings subterráneos y viviendas cercanas. El mismo Pous explicó que la compañía se encontró con muchas dificultades a la hora de localizar el punto exacto y cerrar el escape.
"Era una tubería de alta tensión y la broca de máquina que la ha perforado tapaba parcialmente su salida". La gran cantidad de gas desprendida desde el momento de la fuga provocó una evacuación "en caliente" y llevó a confinar todo el resto del perímetro, así como hacer algo que no es tan habitual, que es "pedir a la compañía eléctrica que corte todo el suministro de prácticamente toda la zona afectada" con el objetivo de evitar males mayores. Pous dijo entonces que no sintieron miedo, pero sí mucho "respeto" por la magnitud de gas vertido y acumulado en algunos puntos.
Toni Varela, dueño del restaurante Casa Varela, el local afectado por la deflagración, agradecía este miércoles el trabajo de los bomberos que, dijo, supuso que no hubiera daños personales. En el momento del suceso no ha habido nadie en el local, lo que evitó también daños personales. Aunque su local fue el origen del incidente, sí fue uno de los peores parados. Pese a ello, Varela incidió en que sus problemas se resumen en una serie de daños materiales a la espera de concretarse, pero que lo importante es "que el bloque esté bien, que la gente pueda volver a su casa a dormir". "Al final esto es un negocio; lo importante es que la gente pueda estar en sus casas y solucionar esto lo mejor posible", añadió.
Ahora, Varela explica que le tocará reforma el salón y que lo que más miedo le da es que las instalaciones de los servicios puedan tener algún problema mayor. Varela insta ahora a ir de la mano con los vecinos y que la constructora que perforó la cañería y provocó la fuga asuma sus responsabilidades. El alcalde de L'Hospitalet, David Quirós, apuntó ya este 15 de octubre que harán un seguimiento de los trabajos que han supuesto la fuga para analizar lo sucedido y, si fuera necesario, depurar responsabilidades.
Escuela afectada
Los Bombers revisaron también la escuela Prat de la Manta, que se desalojó este miércoles, y concluyeron que no hay presencia de gas ni afectaciones. Sin embargo, los alumnos de este centro están dando clase esta mañana en la biblioteca y en un centro cultural. En paralelo a todas estas tareas, se está realizando la reparación de la tubería donde se originó el escape de gas. Los Bombers cuentan con un equipo de prevención mientras la compañía está llevando a cabo sus trabajos.
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