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Informe de AXA y Cambra Comerç

Barcelona puede perder un 14% de su PIB por el riesgo de calor extremo en los próximos 25 años, según un estudio

Alrededor del 40 % de los habitantes del centro de la ciudad podrían verse afectados por las inundaciones en 2050

Las elevadas temperaturas representan el "mayor riesgo" para las perspectivas turísticas de Barcelona

Alice vuelve a elevar los avisos por lluvia tras dejar un largo rastro de inundaciones y daños a su paso: "No podemos bajar la guardia"

El cambio climático fue la causa responsable de 72% de muertes estimadas por calor en España

Turistas ante la Sagrada Familia.

Turistas ante la Sagrada Familia. / Ferran Nadeu

Judith Cutrona

Judith Cutrona

Barcelona
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El cambio climático no da tregua y no parece que vaya a hacerlo en las próximas décadas, lo que augura consecuencias a todos los niveles. Un ejemplo de ello es las inundaciones provocadas por la dana Alice en el sur de Catalunya este fin de semana. Otra muestra es el calor extremo que se agudiza cada verano. De hecho, la subida de las temperaturas ya representa el “mayor riesgo” para las perspectivas turísticas de la ciudad y, si se mantiene el ritmo actual, Catalunya y Barcelona podrían perder un 14 % de su PIB per cápita de aquí a 2050.

Son algunas de las conclusiones de las que advierte la Fundación AXA Climate en el informe ‘Adaptarse a la nueva normalidad: Barcelona ante el cambio climático’, que ha elaborado en colaboración con la Cambra de Comerç. Los sectores más expuestos -agricultura, construcción, industria y turismo- ya están sintiendo el impacto. El sector turístico es quien más lo sufre.

Con temperaturas por encima de los 30 grados, los visitantes prefieren destinos más templados, y un 30 % de las estancias pueden suponer riesgos para la salud. No obstante, las inundaciones tendrán mayor impacto material. Con la trayectoria actual de emisiones, se estima que un hotel perderá 16,31% de su valor por daños materiales por inundaciones.

En el campo, el sol castiga la producción y multiplica el esfuerzo físico. En la construcción, donde el trabajo al aire libre es constante, el calor está detrás de más de un tercio de las muertes laborales. Las fábricas y talleres tampoco escapan: los ambientes cerrados y sofocantes aumentan el riesgo de agotamiento, accidentes y enfermedades crónicas. El calor también pasa factura a la productividad. AXA estima que los trabajadores físicos podrían perder hasta dos semanas laborales al año de aquí a 2030, y que el desempeño físico puede caer entre un 15 % y un 30 % cuando el termómetro supera los 35 grados.

De este modo, queda claro que el riesgo que comporta mayores efectos es el calor y los pronósticos que hace AXA Climate auguran un “aumento drástico”. Para 2100, los días de calor extremo en Barcelona se multiplicarán por 11 y las noches tropicales por tres. Apunta también que la ciudad podría registrar más muertes relacionadas con el calor extremo de aquí a 2100, cerca de 250.000 fallecimientos adicionales.

Más inundaciones

El informe también advierte que el aumento de la temperatura del Mediterráneo intensificará tanto las danas como todos los tipos de inundaciones -pluviales, marítimas y fluviales-, elevando la vulnerabilidad del área metropolitana. Según las proyecciones, alrededor del 40% de los habitantes del centro de Barcelona, unos 608.400 vecinos, podrían verse afectados por inundaciones hacia 2050, incluso contando con sistemas de defensa activos. Si estas infraestructuras se degradan o resultan insuficientes, la cifra podría ascender a 637.000 personas.

La experta en gestión de riesgos por inundaciones de AXA Climate, Claudia Ylla, ha recalcado que, a priori, el Puerto de Barcelona y el Aeropuerto del Prat quedarían fuera de peligro al tratarse de instalaciones diseñadas para resistir eventos extremos.“No es una situación que esperemos, pero sí una que debemos tener en el radar”, advierte. Las zonas más expuestas se concentran en torno al río Llobregat, donde confluyen alta densidad de población, industria y actividad agrícola. Ahí, el impacto de las lluvias torrenciales podría tener un efecto en cadena tanto social como económico.

Tras cerca de tres años de sequía en Catalunya, el estrés hídrico se perfila como una de las amenazas más silenciosas para Barcelona. Según AXA Climate, la ciudad y su área metropolitana son ya las zonas más afectadas, y la situación irá a peor: en 2050, Barcelona estará 1,4 veces más expuesta a la falta de agua que hoy. Lo que ahora son episodios puntuales de sequía extrema se convertirán en la norma anual, con la demanda de agua superando casi el doble de los recursos disponibles. El informe concluye que Barcelona debe acelerar su adaptación y mitigación climática si quiere seguir siendo una ciudad habitable.

Inversión para mitigar los efectos

En la presentación del informe han participado el presidente de la Cambra de Comerç, Josep Santacreu, y el director general de Fundación AXA, Josep Alfonso Caro, que han recordado la situación vivida con las inundaciones de este domingo en Tarragona, y han abogado por planificar y hacer las inversiones suficientes para "mitigar los efectos del cambio climático que ya están aquí".

Por parte de la Generalitat, el secretario general de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Jordi Terrades, ha anunciado que a partir de 2026 se iniciarán los trabajos para elaborar el cuarto informe sobre el cambio climático en Catalunya: "Los tres primeros han sido muy importantes para las políticas gubernamentales en este ámbito".

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