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Entrevista

Miquel Vilardell: “La Reial Acadèmia de Medicina necesita una inversión; tenemos carcoma, entra agua cuando llueve”

El médico, presidente de la entidad desde abril, subraya que es vital que el Estado y la Generalitat aporten más recursos para el mantenimiento de la sede de la calle del Carme.

Miquel Vilardell: "El sistema sanitario ha de recuperar los 1.500 millones recortados y mucho más"

Miquel Vilardell, presidente de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, en el anfiteatro anatómico, junto a la mesa de disecciones.

Miquel Vilardell, presidente de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, en el anfiteatro anatómico, junto a la mesa de disecciones. / Jordi Otix

Toni Sust

Toni Sust

Barcelona
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Esto es el anfiteatro anatómico.

¿Tenemos que imaginar a alguien diseccionando un cuerpo aquí?

Y todos mirando. Abajo los académicos, los estudiantes arriba. Aparte de su valor arquitectónico neoclásico, lo importante de este anfiteatro es la historia que se ha vivido dentro. La enseñanza de la medicina en Catalunya se inició aquí. Al lado del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, creado en 1401. En este edificio han enseñado personas tan importantes como Santiago Ramón y Cajal, que también hizo aquí sus primeras investigaciones. Un premio Nobel en esta Reial Acadèmia. Aquí estudió Pere Mata, el creador de la medicina legal y forense de este país.

Vilardell, en la biblioteca.

Vilardell, en la biblioteca. / Jordi Otix

¿Hasta cuándo estudiaron aquí los futuros médicos?

Fue Colegio de Cirugía de 1760 a 1843, cuando se convirtió en Facultad de Medicina, que estuvo aquí hasta su traslado al Hospital Clínic, en 1906. La Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, que data de 1770, se instaló en este edificio en 1929. Hay 60 académicos numerarios, un número fijo. Y luego están los académicos correspondientes, sin límite de número. Hay unos 120. El numerario emérito lo es a partir de los 80 años, no pierde derechos y permite que entre otro académico y así se favorece la regeneración.

"Aquí estaba la mesa de disección. La gente experimentaba y describía nuevas partes descubiertas del cuerpo, como Antoni Gimbernat, que descubrió el ligamento que lleva su nombre"

Un atril y una mesa de mármol. Y el agujero de una cañería por donde se iba parte de los restos. ¿Qué pasaba en esta mesa?

Aquí estaba la mesa de disección. La gente experimentaba y describía nuevas partes descubiertas del cuerpo, como Antoni Gimbernat, que descubrió el ligamento que lleva su nombre. Describir un ligamento nuevo era importante. Este anfiteatro también lleva su nombre. Es la sala Gimbernat. La Reial Acadèmia ha invitado a personas nacionales o extranjeras a aportar su conocimiento.

Vista del anfiteatro desde arriba, donde los estudiantes seguían las sesiones.

Vista del anfiteatro desde arriba, donde los estudiantes seguían las sesiones. / Jordi Otix

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, vino Fleming (descubridor de la penicilina). A hablar desde donde yo estoy ahora (delante del atril). Los grandes catedráticos de la medicina catalana, española y diría que internacional han pasado por aquí. La academia acoge toda la historia de la medicina, la deposita en archivos que se dan a conocer mediante la revista de la propia academia y la revista Gimbernat, la única científica 100% en catalán, editada por esta academia. Forman el fondo histórico de medicina más importante en Catalunya.

"Tres o cuatro académicos numerarios y entre cinco o seis académicos correspondientes. Para entrar tienes que ser elegido. Te tienen que proponer tres o cuatro numerarios y luego hay una votación secreta"

¿Cuántos socios ingresan cada año?

Tres o cuatro académicos numerarios y entre cinco o seis académicos correspondientes. Para entrar tienes que ser elegido. Te tienen que proponer tres o cuatro numerarios y luego hay una votación secreta. Aparte de eso también tratamos temas transversales: el día 14 de octubre hablaremos de la inteligencia artificial y su relación con la medicina. Otra sesión será sobre la publicación biomédica, que ha cambiado mucho. Hablaremos de las dificultades para publicar. También queremos hacer una sesión sobre la humanización de la medicina. El humanismo permite crear un marco ético y relacional: venga la inteligencia artificial y la tecnología que venga, si no lo humanizas no tiene sentido.

¿El edificio es propiedad de la academia?

No. Es del Ministerio de Ciencia, Innovación. Mantener este edificio tiene un coste muy alto que los académicos no pueden asumir, porque no hay recursos. Y presenta deficiencias relevantes. En el anfiteatro hay carcoma y por las vidrieras del anfiteatro entra agua cuando llueve. Necesitamos la ayuda de la propiedad, del ministerio, del Estado, y también la de la Generalitat. La Diputación de Barcelona es quien nos da más apoyo juntto con la Conselleria de Salut, que no está obligada a ello. Dependemos de la de Justícia. Con el ministerio tenemos un convenio que fija que tenemos que hacernos cargos del mantenimiento con la excepción de que las deficiencias que supongan un riesgo generen una factura que supere los 500.000 euros. También precisamos de más mecenazgo.

"Soy médico porque mi padre era médico de pueblo, sin duda. Era el médico de Borredà (Berguedà). Lo vi desde pequeño salir a caballo. Tenía una yegua. Lo veía feliz. Y pensaba: ‘este hombre, haciendo esto, y la gente le quiere’"

Hablando un poco de su trayectoria, ¿usted es médico porque es hijo de médico?

Sí, sin duda. Mi padre era el médico de Borredà (Berguedà). Lo vi desde pequeño salir a caballo, no había ninguna carretera asfaltada. Tenía una yegua, y arriba y abajo. Lo veía feliz. Y pensaba: ‘este hombre, haciendo esto, y la gente le quiere’.

¿Ganaba dinero?

No, cero. Posguerra, miseria, y en casa se notaba mucho que no había dinero.

¿Vio claro que sería médico?

Clarísimo. Para ello me fui a los 9 años, a un internado de Vic, el colegio Sant Miquel dels Sants. Estuve hasta el preuniversitario, ocho años, y después a Barcelona a estudiar Medicina.

Después lo ha sido todo en la medicina interna.

No me veía en un campo concreto, quería ayudar de forma general, como un médico de pueblo, y lo más parecido a un médico de pueblo en un hospital es el médico internista. Estudié con el médico Pedro Pons, que también fue presidente de la Reial Acadèmia. En 1969-70 hice el MIR, fue la segunda promoción en hacerlo. Allí empecé una vida diferente de la que quería, porque yo quería ser médico de pueblo.

Vilardell, en el despacho del presidente de la entidad, señala la puerta de la antigua capilla.

Vilardell, en el despacho del presidente de la entidad, señala la puerta de la antigua capilla. / Jordi Otix

Y después ha sido presidente del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona.

Jefe de servicio de Medicina Interna de Vall d’Hebron, presidente de la Sociedad Catalana de Medicina Interna, de la española, del Consejo de especialidad de Medicina Interna, decano de la Facultad de Medicina, Vicerrector de la UAB, presidente de comisiones asesoras del Govern tripartit y luego del de Artur Mas.

"No tengo ningún miedo a la muerte, me gustaría que fuera súbita. Si no es posible, que me ayuden a no sufrir"

¿Cuántos años tiene?

79.

¿Ninguna intención de jubilarse?

Ninguna.

¿Ha visto morir a ricos y pobres?

A ricos y pobres.

¿Miedo a la muerte?

Ninguno. Al sufrimiento. Me gustaría que la muerte fuera súbita. Si no es posible, que me ayuden a no sufrir.

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