Un plan de 673 millones y una decena de nuevas plantas combatirán el suspenso en reciclaje del área de Barcelona

Las ciudades del área de Barcelona están cansadas de no alcanzar los objetivos europeos de reciclaje. El suspenso se ha cronificado: según datos del pasado 2024, 30 de las 36 —el año anterior fueron 27— ciudades que integran el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) volvieron a quedarse por debajo del 55% de recogida selectiva que marca Europa. En algunos casos muy por debajo, en torno al 25%. Para combatir esa tendencia, el AMB ha presentado este 9 de octubre un plan de 637 millones de inversiones para impulsar una decena de nuevas plantas de reciclaje y virar hacia instalaciones que prioricen la materia orgánica.

"Apostamos por un nuevo modelo de infraestructuras con dos ideas fuerza: priorizar la prevención y adaptar los ecoparques a mejorar la materia orgánica", ha explicado el consejero delegado de Acción Climática del AMB, Guille López (Comuns), en la planta de triaje de envases de Gavà-Viladecans (SEMESA). Todo ello en un contexto en que la generación de residuos incluso se ha incrementado ligeramente en el área de Barcelona, pasando de los 421,7 kg a los actuales 422,4 kg por habitante y año, debido al crecimiento demográfico.

López ha insistido en el "estancamiento" en torno al 40% de media de la recogida selectiva en el perímetro de los 36 municipios metropolitanos. Un umbral que, ha detallado, el AMB espera que mejore con la implantación de contenedores inteligentes en las ciudades, entre las que ha destacado los buenos resultados de El Prat de Llobregat y la intención de impulsar pruebas piloto de Cornellà de Llobregat y Barcelona a principios del 2026. También Santa Coloma de Gramenet lo estudia.

En el millonario plan inversor presentado por el AMB también deberán participar la Generalitat y la Agència de Residus de Catalunya. Con ellas está en conversaciones la administración metropolitana para ver qué proporción de gasto asume cada una. Algo que se resolverá con la próxima aprobación del plan de infraestructuras de residuos de Catalunya.

Entre las nuevas diez infraestructuras que el AMB proyecta, el director del área de Acción Climática del AMB, Frederic Ximeno, ha puesto el foco en un nuevo centro de lavado de envases, previsto para antes del 2032, y en dos nuevos centros de recuperación de material, uno en el área Besòs (2030) y otro en la del Llobregat (2028).

"La idea es que mucho material del que llega a nuestros ecoparques pueda reutilizarse antes de convertirse en residuo", ha señalado Ximeno. También están previstas una nueva planta de limpieza viaria antes del 2038 y dos plantas auxiliares de materia órganica, también en el Besòs (2028) y Llobregat (2030). "La orgánica es el gran reto: únicamente somos capaces de recoger selectivamente un 35%", ha lamentado el consejero López.

"No cumplimos ningún objetivo"

El plan de remodelación del AMB busca adaptar las infraestructuras de residuos "a la nueva realidad", ha afirmado López. En gran medida, porque "no cumplimos ninguno de los objetivos normativos de reciclaje", ha agregado el director Ximeno. Por ejemplo, si las directivas europeas exigen reducir la generación de residuos en un 10% con respecto al 2010, el AMB está en un 5,6%. Otro ejemplo: el vertido de residuos a depósito controlado debería estar por debajo del 10%, pero en el AMB está en el 21,7%.

Pero la joya de la corona del incumplimiento de objetivos es la recogida selectiva. En el área de Barcelona, sólo están por encima del mínimo europeo Tiana; Santa Coloma de Cervelló; Corbera de Llobregat; Torrelles de Llobregat; Sant Just Desvern; y El Papiol. Todos ellos territorios delimitados con contenedores inteligentes o bien recogida 'puerta a puerta', mecanismos mucho más difíciles de implantar en grandes municipios con elevadas densidades de población.

Un ahorro potencial de 20 millones de euros

El AMB ha calculado que si los municipios "despliegan sistemas de recogida selectiva más eficientes", el coste del tratamiento podría llegar a disminuir en 20 millones de euros anuales a causa del ahorro por la disminución en el tratamiento de la fracción resta y en el impuesto sobre el vertido controlado o la incineración. Este impuesto lo cobra la Agencia de Residuos de Catalunya, y la penalización por el envío de residuos a tratamiento finalista –vertederos y valorización energética– sirve para financiar la recogida selectiva y las instalaciones de tratamiento de residuos, especialmente de la fracción orgánica.

El ente metropolitano tilda de "muy importantes" las diferencias económicas entre municipios en lo que se refiere a la recogida selectiva. El índice de reciclaje modula el importe que los habitantes de cada municipio pagan en concepto de tasa metropolitana de tratamiento. "Los municipios que recuperan más pueden pagar hasta tres veces menos que los que separan peor", apuntan desde el AMB. Actualmente, el coste de tratamiento oscila entre los 60€ y 140€ por hogar y año, en función de la generación de residuos y el índice de reciclaje.

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