La policía investiga la reventa de citas para trámites de Extranjería en Barcelona

Los trámites irregulares oscilan entre 30 y 100 euros y lo que parecía una quimera –conseguir una cita presencial en la Oficina de Extranjería de Barcelona en poco tiempo– se resuelve en cuestión de minutos. De un tiempo a esta parte, la Federación Catalana de Entidades Pakistanís denuncia que existen 'hackers' y gestorías que copan las citas previas que se ofrecen para hacer tramitaciones para posteriormente venderlas a trabajadores extranjeros que deben cumplimentar esta documentación para obtener o renovar la residencia o el permiso de trabajo.

La Policía Nacional investiga esta reventa de citas que muchas veces llevan a cabo grupos organizados que operan desde el extranjero. Según los investigadores, a partir de programas y aplicaciones, estas mafias consiguen colapsar las peticiones de cita previa. De esta forma, los extranjeros que deben tramitar cualquier documentación no pueden acceder a corto plazo, lo que abona un ecosistema que acaba alentando este tipo de reventas fraudulentas.

De hecho, según explica a este diario el presidente de la Federación Catalana de Entidades Pakistaní, Khalid Shabaz Akhtar, proliferan los anuncios por redes sociales en los que se ofrecen estas citas y se venden a precios elevados que varían en función del tipo de tramitación que deba realizarse. "He presentado quejas ante el Gobierno por esta situación, ya que estas personas se publicitan libremente y el problema persiste", remarca Shabaz. Semanas atrás, representantes de una decena de entidades paquistanís en Catalunya protestaron ante la Oficina de Extranjería en Barcelona por esta situación.

Grupos que operan fuera de España

Fuentes policiales explican a este diario que han rastreado el origen de quienes ofrecen este tipo de publicidad y se trata de grupos organizados que no se encuentran en España, por lo que resulta difícil actuar contra ellos. Además, apuntan, usan la tecnología para hacerse con todas las citas disponibles de forma rápida.

"Sin cita no te cogen, es imposible, y pagar por este servicio es grave. No tenemos facilidades para acceder", indica Shabaz, quien añade que, para solucionar el problema, en las reuniones mantenidas con representantes del Gobierno ha propuesto que se pida a los solicitantes el certificado digital con una clave pin.

En las comisarías

Según esta federación, ciudadanos paquistanís se encuentran con el mismo problema cuando piden citas previas en las comisarías de Policía Nacional en Barcelona una vez obtenido el permiso de residencia con el fin de seguir regularizando su situación.

Sin embargo, no se trata de una anomalía circunscrita al territorio español. Shabaz cuenta que en la tramitación por reagrupación familiar en la embajada española en Pakistán se han llegaado a pedir hasta 2.000 y 3.000 euros por una cita. Al ser una petición que caduca a los 90 días, muchos trabajadores que residen en España tienen un plazo determinado para traer a sus familias. Ante este apremio, señalan desde la comunidad paquiastaní, hay grupos que se aprovechan de ello.

Empadronamientos falsos

Por este motico, Shabaz también emplaza al Gobierno español a implementar la utilización del certificado digital u otro sistema telemático en el extranjero para facilitar la reagrupación.

Por otra parte, la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra también han investigado casos en los que los solicitantes de residencia han presentado ante la Administración empadronamientos falsos. El pasado mes de enero, por ejemplo, los Mossos d'Esquadra desmantelaron una banda que se dedicaba a alquilar pisos con documentación falsa que después realquilaba de forma irregular a ciudadanos extranjeros. A cambio de diversas cantidades dinero, también se les facilitaba un falso empadronamiento con el que podían acceder a la tarjeta sanitaria y a ayudas sociales, y a trámites para regularizar su situación. La semana pasada también fue desarticulado otro grupo, con más de 30 implicados, que operaba en Palafrugell y cobraba 6.000 euros por reagrupar familias migrantes en Palafrugell.

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