Protesta de Aguicat

Turistas deslomados por el calor a las puertas del Park Güell por las restricciones a autocares y VTC

Los guías turísticos denuncian lo difícil que es reservar una plaza de aparcamiento y piden poder desencochar a los clientes en el párking pagando por ello

El hartazgo de vivir junto al Park Güell no cesa: vecinos exigen la retirada de una parada de taxi

Barcelona presume de quintuplicar su inversión en el Park Güell para calmar a los vecinos

Barcelona presume de quintuplicar su inversión en el Park Güell para calmar a los vecinos / Ferran Nadeu

Toni Sust

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Barcelona
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El Park Güell es fuente de felicidad y también de cierta tensión, que afecta a hasta cuatro colectivos que allí conviven. Uno es el de los vecinos, organizados para denunciar los efectos negativos de las aglomeraciones. Otro es el de los taxistas, que tienen en ese destino una parte relevante de negocio, y que ya han sido vetados en una parte de la zona, la que da a Gràcia, porque no dejaban espacio al día a día de los residentes. Un tercer grupo es el de los turistas, que siguen llegando en masa para ver de cerca la obra de Antoni Gaudí. Y un cuarto, que ahora protesta ante lo que consideran una mala gestión que dificulta su trabajo, es el de los guías turísticos.

Los guías agrupados Aguicat, la Asociación de Guías de Turismo Habilitados por la Generalitat de Catalunya para un Turismo Responsable y de Calidad, que cuenta con casi 500 miembros, están que trinan por los efectos que tienen las restricciones de acceso al parque en sus clientes, en general foráneos que se desplazan en bus y VTC, vehículos que ahora mismo no tienen permiso para llegar a la entrada del Park Güell por el lado del Carmel ni para desencochar.

Las restricciones

En la parte de Gràcia, hasta hace unos meses los VTC y los taxis llenaban la Rambla de Mercedes de una manera insostenible para los vecinos, que pidieron al Ayuntamiento de Barcelona que acabara con aquella situación. De ahí la instalación de una pilona unas decenas de metros más abajo, en el cruce de las calles de Sant Cugat y Padre Jacint Alegre, a partir de donde solo los residentes en la zona pueden pasar en sus vehículos o en taxi. Por ese lado, los turistas deben recorrer a pie un tramo de algo más de 200 metros.

Pero los vehículos suben ahora por el lado de la Carretera del Carmel. En ese acceso hay un párking y una parada de taxi. En la parada no pueden desencochar buses ni VTC. La solución sería que aparcaran en el citado párking, para lo que se requiere una entrada de grupo, que cuesta 18 euros para un periodo de una hora y media.

Un párking que no llena

Sin embargo, los guías sostienen que es prácticamente imposible hacerse con una de esas entradas. Así lo explica Mariona Soler, guía turística e integrante de Aguicat. “Dicen que Barcelona está hecha para los turistas, pero cuando trabajas ves que no es así”, afirma Soler, que precisa que si va en taxi es posible desencochar en la parada, cerca de la entrada, pero que no ve lógica a que ahora, en bus o VTC no haya otra alternativa que hacer caminar a los turistas centenares de metros en subida en plena ola de calor.

“Es un problema de mala gestión, porque no hay forma alguna de llegar al Park Güell sin una entrada de grupo, y por lo tanto no podemos comprar la plaza de un párking que muy a menudo está vacío. Hay muy pocas entradas de grupo”, afirma Soler. Los guías de Aguicat aseguran que las grandes plataformas copan la compra de esas entradas, aunque después en muchos casos no hagan uso de la plaza de aparcamiento que podrían contratar.

El resultado, subraya otra guía asociada a la entidad, Maria Jesús Navarro, es que las plataformas acaban vendiendo las entradas individualmente: “El gran problema es que estás vendiendo una plaza de bus a alguien que no la necesita”.

Sanllehy y disimulando

Todo ello lleva a que los clientes de guías como Soler o Navarro, los que se desplazan en buses y VTC, no tengan más remedio que caminar unos 500 metros en subida desde la plaza de Sanllehy hasta la entrada del Park Güell. Algo que en estos días de calor extremo es un calvario especialmente duro, si bien, argumentan, en una ciudad como Barcelona las temperaturas altas son una constante durante meses, de forma especial en los que más turismo hay en Barcelona.

“De hecho no tenemos permitido desencochar en ningún lugar, ni en la plaza Sanllehy, la Guardia Urbana te puede multar. Tenemos que tirar de picaresca”, dice Soler, que subraya que algunos de los turistas tienen movilidad reducida. El Park Güell cuenta con sillas de rueda de préstamo en su instalación, pero esos 500 metros pueden ser una barrera decisiva para algunos de los clientes de las guías. Navarro cita otro problema: en la parada de taxi de la Carretera del Carmel se agolpan tantos que la Guardia Urbana los multa por la ocupación excesiva del espacio. Los taxistas llevan tiempo molestos con esta situación y lo que muchos hacen es no subir de Sanllehy. También se da el caso de VTC que desenochan en la parada de taxi aunque no puedan, con los conflictos que eso crea entre ellos y los taxistas.

Vecinos se manifestan contra la parada de párking del acceso al Park Güell al Carmel, en junio de 2024..

Vecinos se manifestan contra la parada de párking del acceso al Park Güell al Carmel, en junio de 2024.. / Zowy Voeten

Las propuestas

Aguicat tiene dos propuestas para acabar con esta situación. Una es que los buses y VTC puedan desencochar a los turistas en el párking del Park Güell, sin quedarse en él, y pagando una cantidad. La otra, la implantación de lanzaderas que vayan de puntos céntricos, plaza de Catalunya, por ejemplo, al parque.

Las guías advierten de que si el discurso en Barcelona es que hay que cuidar al turismo de calidad, es decir al que tiene más dinero, no parece lógico hacerle caminar bajo el sol durante un rato largo. Navarro lo expone en estos términos: “Si queremos ofrecer un turismo de calidad, tiene que haber espacio también para los coches de lujo, y para la gente que viene de un crucero, que tiene 80 años y que va con un caminador”. Y prosigue: “Desencochar en Sanllehy es una barbaridad. No podemos hacer que la gente suba con este calor. Un calor que no se acabará ahora, que irá a peor”.

Navarro es consciente de la presión que el turismo supone en algunas zonas de la ciudad –“Yo vivo en Sagrada Família”, recalca- pero insiste en que algo hay que hacer para solventar los problemas que la asociación denuncia. Y recuerda que todos esos turistas caminando hacia el parque también llenan calles. “Al turismo la hace falta inversión y regulación. Los turistas no se evaporarán”, concluye.

La réplica

Barcelona de Serveis Municipals (BSM), empresa municipal que gestiona el parque, recuerda que su aforo está limitado, y que ya solo se venden entradas on line. Todos los operadores tienen el mismo acceso a la compra de entradas, añaden las mismas fuentes, que agregan que la imposibilidad de desencochar que denuncia Aguicat tiene como objetivo reducir el número de vehículos que circulan por la Carretera del Carmel. El consistorio subraya que ha tomado las medidas posibles para mejorar la convivencia en el entorno del parque. Está claro que no es un objetivo fácil de lograr.

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