Testimonios personales

Los policías catalanes que luchan contra el estigma LGTBI: "Hay mucho prejuicio, siempre vamos con miedo"

Miembros de la asociación Gaylespol explican a EL PERIÓDICO la falta de referentes gais para avanzar en las políticas LGTBIQ+

“Nos faltan referentes gais”: Bombers, Policías y Agents Rurals alzan la voz contra la LGTBIfobia interna

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Retratos a Sergi Olivé Lázaro, Agente de Policía Local Cerdanyola del Vallès y Isabel Tapia López, Agente de Policía Local Sabadell, Son miembros de la asociación Gaylespol para denunciar la LGTBIfóbia que se vive dentro del cuerpo

Retratos a Sergi Olivé Lázaro, Agente de Policía Local Cerdanyola del Vallès y Isabel Tapia López, Agente de Policía Local Sabadell, Son miembros de la asociación Gaylespol para denunciar la LGTBIfóbia que se vive dentro del cuerpo / ZOWY VOETEN

Clàudia Mas

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Barcelona
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"Nos faltan referentes gais para derribar las barreras LGTBIfóbicas dentro de los cuerpos de emergencia y velar por todas las identidades dentro y fuera", afirma Sergi Olivé, agente de la Policía Local miembro de la junta de Gaylespol, la asociación que desde 2006 agrupa a profesionales LGTBIQ+ de básicamente policías y en menor representación de Bombers y Agents Rurals. Aunque en los últimos años se ha avanzado en materia de derechos, los estigmas y estereotipos siguen pesando sobre las espaldas de quienes visten uniforme y no esconden su orientación sexual o identidad de género. EL PERIÓDICO ha hablado con diferentes miembros de los cuerpos de seguridad, Policías y Agents Rurals en el marco del Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+.

La imagen hegemónica del "superagente" –fuerte, masculino, infalible y, por supuesto, heterosexual– aún marca la percepción colectiva dentro de muchos cuerpos. Y detrás de esta construcción simbólica, persiste una inercia histórica que cuesta desmontar. Así lo afirman quienes lo viven desde dentro.

"En el caso de la policía, sigue pesando la imagen represiva que quedó marcada durante la dictadura franquista, cuando las personas del colectivo éramos perseguidas, detenidas y torturadas simplemente por ser quienes éramos", explica Isabel Tapia, fundadora de Gaylespol y agente de la Policía Local en Sabadell, con más de 34 años de servicio.

Tapia recuerda que la asociación nació tras asistir a una conferencia internacional en la que agentes LGTBIQ+ de otros países compartieron sus experiencias. "Allí vimos claro que teníamos que crear un espacio de apoyo y visibilidad. En otros países ya existían colectivos similares. Aquí no había ninguno, y era importante demostrar que no éramos casos aislados", asegura.

"Ahora son más necesarios que nunca. Hay que seguir a pie de calle, batallando por nuestros derechos"

Isabel Tapia

— Fundadora de Gaylespol y agente de la Policía Local en Sabadell

La Ley 11/2014 obliga a las administraciones públicas catalanas a formar en diversidad a su personal, pero en la práctica, denuncian desde Gaylespol, esa formación es escasa. "No llega ni al 15 % de los cuerpos", estima Olivé. De las 218 Policías Locales que existen en Catalunya, solo unas pocas han adoptado el protocolo de actuación ante casos de LGTBI-fobia aprobado en 2019. "En muchos casos ni siquiera se conoce la vía administrativa para sancionar un insulto", lamenta.

Sergi Olivé e Isabel Tapia, miembros de la asociación Gaylespol para denunciar la LGTBIfóbia que se vive dentro del cuerpo. FOTO de ZOWY VOETEN

Sergi Olivé e Isabel Tapia, miembros de la asociación Gaylespol para denunciar la LGTBIfóbia que se vive dentro del cuerpo. FOTO de ZOWY VOETEN / ZOWY VOETEN

Para el subinspector del cuerpo de Agents Rurals y subjefe del Área Regional del Alt Pirineu Marc Gálvez, el avance ha sido desigual. "En la policía se ha avanzado bastante, los bomberos se han quedado atrás y los Agents Rurals estamos a medio camino", resume. Cuando él entró en el cuerpo hace cinco años, no se había trabajado nada en este ámbito. Fue el primer agente rural abiertamente gai.

"No dudé en decirlo y me convertí en un referente sin quererlo", admite. Desde entonces, trabaja con el gabinete de políticas transversales para impulsar medidas internas: "Estamos dándole forma a la idea de crear una comisión propia o integrarnos en la ya existente de igualdad, para poder organizar actuaciones puntuales, campañas informativas, distintivos, dar visibilidad al colectivo dentro del cuerpo".

Aunque salió del armario a los 20 años y asegura no haberse escondido nunca, Gálvez es consciente de los prejuicios latentes: "Más que problemas reales, lo que existe es mucho prejuicio por parte nuestra, fruto de lo que hemos vivido. Siempre vamos con miedo. A veces tienes la sensación de que te están observando, que tienes que demostrar más solo por pertenecer al colectivo".

Insiste en que la clave está en generar ambientes seguros: "Para que salgan referentes, es esencial que el área general de cada cuerpo manifieste explícita y frecuentemente que todo el mundo es bienvenido, sea cual sea su orientación. Eso da cobijo a quien lo está dudando".

Gálvez defiende que es fundamental habilitar espacios donde se pueda hablar abiertamente. "No se trata solo de reaccionar ante problemas. A veces la gente no se atreve a hacer ciertos comentarios por miedo a ofender. Eso genera silencios, o que no te pregunten por tu vida privada porque se percibe como un terreno incómodo. Si abrimos espacios de diálogo, será más fácil que cualquier persona pueda salir del armario y mostrarse tal como es".

"Valoramos mucho la valentía de quien entra en un incendio o en una situación de peligro, pero salir del armario siendo agente, bombero o policía y vivir tu vida abiertamente también requiere coraje. Es otra forma de ser valiente. Y no menos valiosa".

Marc Gálvez

— Subinspector del cuerpo de Agents Rurals y subjefe del Área Regional del Alt Pirineu

¿Qué pasa en Bombers?

En los parques de bomberos, los estereotipos también actúan como freno. A día de hoy no se conoce ningún bombero gai que haya salido públicamente del armario. Carme Romero, caporal del cuerpo, recuerda que cuando se presentó a la promoción interna solo lo comentó a dos personas. "Pero en los parques todo el mundo lo sabía. Es difícil pasar desapercibida siendo mujer", apunta. Tapia coincide: "En la policía todavía pesa ese modelo de 'superagente' que no se asocia a la sensibilidad. Y eso condiciona tanto la visión de las mujeres como la de las personas LGTBIQ+".

Los datos tampoco acompañan. Entre 2020 y 2022, un 63 % de los delitos de odio registrados por los Mossos d’Esquadra tuvieron como presuntos autores a jóvenes de menos de 35 años. Desde Gaylespol subrayan esta cifra como un síntoma alarmante que evidencia la necesidad de reforzar la educación en diversidad desde etapas tempranas.

Otro de los temas pendientes es la representación dentro de los cuerpos. "Conocemos a alguna chica lesbiana, pero apenas hay chicos abiertamente gais", admite Gálvez. "Para un hombre sigue siendo más difícil. A una mujer se le valida más, pero a un hombre que dice que le gustan otros hombres se le considera menos hombre, menos digno de ser policía, bombero o agente rural".

Gálvez insiste en que no basta con permitir, hay que promover: "Las formaciones de calidad son clave. Lo vimos con la reserva de plazas para mujeres en los Agents Rurals. Siempre pudieron presentarse, pero no lo hacían porque pensaban que no era para ellas. Cuando se hizo el esfuerzo y se lanzó el mensaje de que sí, que podían serlo, hubo un boom de solicitudes, aunque solo dos entraron con reserva de plaza. Con el colectivo pasa lo mismo. No es que no haya personas LGTBIQ+ en los cuerpos, es que muchas no se atreven a decirlo".