En dos años

Barcelona hará un simulacro de ola de calor de 50 grados para evaluar la respuesta de la ciudad

El ayuntamiento despliega una estrategia para que la capital catalana gane resiliencia y prevención ante temperaturas extremas

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Barcelona hará un simulacro de ola de calor de 50 grados para evaluar la respuesta de la ciudad

Barcelona hará un simulacro de ola de calor de 50 grados para evaluar la respuesta de la ciudad. Lo explica la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet. / MANU MITRU / VÍDEO: BLANCA BLAY / ACN

Judith Cutrona

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Barcelona
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Barcelona pondrá a prueba su resiliencia ante el calor extremo y hará un simulacro para evaluar la respuesta de la ciudad en un eventual escenario en el que se alcancen los 50 grados. La idea es empezar a trabajarlo en los próximos meses para poder hacerlo dentro de dos años. Aunque de momento sólo se ha pensado y todavía no se han concretado los detalles, la primera teniente de alcalde, Laia Bonet, ha explicado que se hará "en una zona localizada de la ciudad" e involucrará a instituciones, servicios operativos, entidades y a la ciudadanía. La capital catalana toma como referencia el simulacro que hizo París en 2023.

El objetivo es evaluar la capacidad de reacción de Barcelona ante condiciones climáticas extremas y anticiparse a posibles retos, como cortes de energía, riesgos para las personas, afectaciones a la movilidad o dificultad de transporte de medicamentos. De este modo, permitirá detectar qué pasa con elementos clave como las infraestructuras o las comunicaciones si se llegan a picos extremos de temperatura y también identificar los puntos débiles.

Todo ello desembocará en la creación de un protocolo que determinará qué debe pasar en escuelas, equipamientos y espacios frecuentados como el transporte público en caso de que se llegara a una situación en el que el termómetro marcara 50 grados. Por eso es independiente en qué fecha se haga. Es decir, “no hace falta estar justamente en una situación de máxima temperatura”, ha detallado Bonet. Lo importante es poder elaborar un protocolo de gestión de este eventual escenario.

Plan Calor

El simulacro se enmarca en el Plan Calor, la estrategia que ha desplegado el Ayuntamiento de Barcelona para hacer frente al aumento de la temperatura la próxima década, hasta 2035. Ante las proyecciones que apuntan a que este aumento continuará produciéndose y agravándose, el consistorio contempla diversas acciones ya consolidadas, como por ejemplo la red de refugios climáticos -que este verano contará con 400 equipamientos-, y nuevas líneas de trabajo para continuar adaptando la ciudad a diez años vista. Incluye siete objetivos y 47 actuaciones.

Cuenta con un presupuesto inicial de 111,6 millones de euros y permitirá mejorar y poner "al día" protocolos existentes para hacer frente a las olas de calor y, sobre todo, a los periodos de calor sostenida que afectan a la ciudad con frecuencia, como es el caso de la última quincena de junio, que ya se ha colado en el ránking de las tres más altas de la historia. Por este motivo, se trabajará un protocolo amplio que incluya todas las áreas municipales implicadas.

Conscientes de que esta situación puede aumentar la mortalidad y agravar enfermedades crónicas, el consistorio insiste en la necesidad de tener una estrategia consolidada. En esta línea, Bonet ha asegurado que hace falta "ir más allá" para "seguir preparando la ciudad para el futuro" y ha reivindicado las acciones impulsadas hasta ahora.

Algunas de ellas son la transformación del espacio público -con el Programa d’Ombres, que prevé la instalación de cerca de 200 zonas con sombra en la calle en los próximos dos años-, los juegos con agua infantiles -que este año ha doblado las instalaciones- y la climatización de 170 escuelas públicas hasta el año 2029 con el programa Pla Clima Escola. También destaca la instalación de zonas verdes, como la recuperación de los interiores de manzana, una de las promesas electorales del alcalde Collboni.

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