Tendencia urbana

El tardeo se expande por locales de todo tipo con (y sin) permisos de Interior y con quejas del ocio en Catalunya

Las patronales de discotecas y salas de fiestas denuncian competencia desleal y reclaman más control de la oferta festiva diurna

Expedientado un restaurante del Vallès tras quejas del sector del ocio nocturno

Seis de cada 10 discotecas de Barcelona ya ofrecen sesiones de tardeo

El tardeo se consolida y gana terreno al ocio nocturno en Barcelona

Una sesión de tardeo en el área de Barcelona.

Una sesión de tardeo en el área de Barcelona. / EP

Patricia Castán

Patricia Castán

Barcelona
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Los tiempos en que los jóvenes (y no tan jóvenes) solo salían de fiesta después de la cena son historia. La pandemia avanzó la diversión como marcó la normativa, sin saber que esos horarios revolucionarían los hábitos e impondrían para muchos el ritual del tardeo de forma permanente. Pero lo que irrumpió como un sustitutivo de urgencia del ocio nocturno se ha convertido en una actividad practicada a destajo por muy distintos tipos de establecimientos y no siempre ajustada a su licencia. Tantos, que las patronales del sector se han rebelado contra lo que consideran una competencia desleal, en tanto que en muchos casos no se cumplen muchas de las estrictas condiciones que el colectivo reglado sí debe acatar, aducen.

Las federaciones Fecasarm y Fecalon han solicitado a la Generalitat y los Mossos d'Esquadra que pongan coto a la actividad irregular. Fecalon enfatiza que “el ocio está atrapado entre la ley y la competencia desleal”, porque ven al sector “asfixiado por las obligaciones legales y desbordado por la permisividad institucional”. Consideran que la situación es “crítica” para discotecas, bares musicales, salas de conciertos y cafés teatro porque asumen fuertes inversiones en requisitos técnicos, legales y fiscales.

Desde el departamento de Interior admiten un aumento de la oferta, que inspeccionan sobre todo si hay denuncias previas. Portavoces de la conselleria remarcan "la dificultad de asignar el concepto" tardeo a establecimientos heterogéneos y sometidos a regulaciones también diversas. Aún así, la Generalitat "detecta un cierto incremento del interés por esa franja horaria". El principal rastro administrativo es un mayor número de solicitudes de autorización para realizar activides de carácter extraordinario en locales que no se dedican usualmente al ocio nocturno, "de forma muy destacable en el ámbito de Tarragona".

Fuentes de la Generalitat distinguen el 'boom' informal de la actividad de tardeo que realizan salas de ocio estables (discotecas, salas de baile y salas de fiestas) con carácter ordinario, ya que tienen la posiblidad de abrir en horario de tarde y hasta la madrugada. Simplemente han abierto al público en un horario más amplio, sin necesidad de un "título habilitante". En cambio, los locales que no disponen de permiso permanente para alguna de las actividades que incluiría su propuesta de tardeo deben iniciar una tramitación administrativa.

Decenas de convocatorias cada semana

Los ‘flyers’ digitales que corren por redes sociales dan cuenta de numerosas convocatorias cada fin de semana: bares, restaurantes, escuelas de baile, gimnasios, clubs de pádel, hoteles y hasta parques urbanos se convierten en puntos de encuentro para fiestas, bailes, música y copas en horario de tarde. En algunos casos las concentraciones de gente son masivas. En Barcelona, el ayuntamiento ha impuesto un mayor control de estas prácticas, con precintos y sanciones en algunos locales de las calles de Tuset y de Enric Granados, y prohibiciones en algunos espacios públicos, pero en otros municipios se celebran regularmente sin demasiados obstáculos.

Es el caso de establecimientos situados en zonas aisladas de localidades del área metropolitana de Barcelona y del resto del territorio catalán. Por ejemplo, restaurantes rústicos del Vallès Occidental realizan convocatorias con DJ que aglutinan las tardes de los sábados a cientos de personas. Las patronales del ocio recuerdan que los establecimientos de pública concurrencia pueden realizar extrordinariamente 12 fiestas al año, pero previa comunicación y autorización del municipio correspondiente. En algunos casos las convocatorias son continuas y las cuentas no salen, se queja el sector, que además subraya que en esas fiestas puntuales se deberían igualmente acatar condiciones de seguridad, evacuación, vigilancia, prevención de incendios, insonorización, acceso de menores y cumplimiento de aforo que muchas veces no se dan. “En algunos espacios están entrando mil personas cuando su aforo es mucho menor”, señala el abogado y secretario general de la Fecasarm, Joaquim Boadas, quien subraya que también son necesarias pólizas de responsabilidad civil, entre otros muchos requisitos.

Difícil control

Otra táctica habitual es promoverlas en diferentes espacios rotativos para no superar la docena anual en cada escenario, llegando a celebrarse en hípicas, señala la misma patronal. Ha notificado la situación tanto al área de Espectacles del Departament d'Interior i Seguretat Pública, como a la unidad central de este ámbito de los Mossos d'Esquadra. El sector teme que tenga que producirse una desgracia en alguna de las celebraciones para que se imponga un mayor control.

Desde Fecalon, Fernando Martínez, director de sus servicios jurídicos y secretario general, añade que esas 12 posibles convocatorias “se han convertido en una triquiñuela para muchos espacios no regulados”. También lamenta que hay distintas interpretaciones sobre esta figura, que entrañan “desigualdad territorial y discrecionalidad administrativa”. Y pone sobre la mesa las actividades municipales impulsadas en algunas localidades, donde se programan conciertos, DJs y barras “sin los mismos controles” que se exigen al sector privado.

Esta proliferación de tardeos, en algunos casos irregulares y en otros simplemente con menores exigencias que las que se aplican al ocio reglado, llega en un momento de cansancio en el sector. Lleva años esperando una nueva ley de espectáculos y un catálogo de actividades y horarios que se ajuste a los nuevos tiempos. La Generalitat no ha asumido aún esta promesa y las cifras del ocio preocupan a las patronales.

La Fecalon ya alertó en 2023, según un estudio de la Diputació de Barcelona, de que la provincia sumaba poco más de 600 locales de ocio nocturno repartidos en 119 municipios, mientras que 192 no contaban con ninguna opción. La concentración del 76% en solo 31 municipios agravaba la situación, por la cobertura “insuficiente” para la demanda. Ese déficit abona ahora el auge de tardeos y fiestas informales que han conquistado a miles de jóvenes y a usuarios de mediana edad.

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