Acción municipal
Barcelona cierra el primer club cannábico de su cruzada contra la droga
El Ayuntamiento ha pedido una orden judicial para precintar otro local al que no dejaron entrar a los inspectores
Albert Batlle: "El negocio criminal de la droga origina toda la actividad delictiva"
Barcelona ordena el cierre de 30 clubs cannábicos y prepara la clausura de la totalidad de locales

Imagen del cierre del primer club cannábico de Barcelona / El Periódico


Germán González
Germán GonzálezPeriodista.
Soy licenciado en Historia y Periodismo. Hace casi 30 años que me dedico a informar. He pasado por varios medios y he sido profesor de Derecho a la Información en la UIC durante una década.
Hace unos días, inspectores del Ayuntamiento de Barcelona junto a agentes de la Guardia Urbana notificaron el cierre de un club cannábico situado en la calle Sant Pau, en Ciutat Vella. Después de clausurar la actividad tapiaron la entrada. Se trata del primer precinto ejecutado contra este tipo de locales después de que hace un año el consistorio anunciara que iniciaba los procedimientos sancionadores contra 30 asociaciones cannábicas de la ciudad, lo que implicaba su cierre entre seis meses y dos años.
El ayuntamiento aprobó en 2016 un plan especial urbanístico para la ordenación de clubes y asociaciones de consumidores de cannabis en la ciudad, pero el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) lo suspendió tres años después por considerar que invadía una competencia estatal en materia de legislación penal. En 2021 el Tribunal Supremo (TS) inadmitió el recurso del consistorio y la decisión judicial fue firme.
De esta forma, los actuales responsables del Ayuntamiento pudieron iniciar hace un año su ofensiva contra los clubs cannábicos al emitir órdenes de cierre para la treintena que generan más conflictos por quejas vecinales o en los que se acreditó que se vende dentro. Sin embargo, este proceso de precinto es lento, ya que los responsables de los clubs suelen presentar recursos en los juzgados contenciosos administrativos contra las órdenes municipales y piden suspensiones cautelares del cierre.
En el caso del primer club precintado, situado en Ciutat Vella, no se pidió medida cautelar, por lo que se pudo precintar, tal y como explica a EL PERIÓDICO la gerente de Les Corts y coordinadora del proyecto de inspección de cannábicas de la gerencia territorial del Ayuntamiento de Barcelona, Yolanda Hernández. También recuerda que otro local de Les Corts cerró de forma voluntaria hace meses al recibir la orden municipal de cese.
Una quincena de casos abiertos
El consistorio tiene en este momento una quincena de contenciosos judiciales abiertos presentados por clubs cannábicos y no se descartan más. Cuando el juzgado rechaza la petición para seguir abiertos, los inspectores y los agentes acuden a cerrarlo, como en el caso de la calle Sant Pau. También se intentó con otro en la calle de Freixures, en Ciutat Vella, pero las personas que estaban dentro se negaron a dejar pasar a los inspectores y los agentes.

Imagen del cierre del primer club cannábico de Barcelona / Ajuntament Barcelona
Dado que las asociaciones cannábicas son privadas, únicamente para socios, los propietarios pueden autorizar o no el acceso al local. Sin embargo, el ayuntamiento ha pedido una orden judicial para poder entrar en este inmueble de la calle de Freixures y clausurar la actividad, además de requisar las sustancias que se encuentren. En caso de que no se vuelva a permitir la entrada sería un delito de desobediencia.
La gerente de Les Corts remarca que algún auto judicial argumenta la denegación de la orden cautelar solicitada por los clubs destacando que existe un riesgo para la salud y un perjuicio real para la comunidad si siguen abiertos, por lo que avala el cierre ordenado por el municipio. Además, indica que, al ser asociaciones privadas, pueden montar la actividad en otro lado sin que el cierre provoque necesariamente un agravio en los socios.
También el teniente de alcalde de Prevención, Seguridad, Convivencia y Régimen Interior de Barcelona, Albert Batlle, ha destacado la ofensiva del consistorio contra los clubs cannábicos, ya que los considera una parte de la "lucha contra la droga". Batlle recuerda que estos locales no tienen licencia para poder operar, además de que se encuentran que en algunos de ellos se venden sustancias estupefacientes a personas que no son socias. Por eso, en declaraciones a EL PERIÓDICO, Batlle subraya que el "origen de toda la actividad delictiva es el criminal negocio de la droga" y recuerda que desde el Ayuntamiento se "apretará" para cerrar estos clubs cannábicos en el plazo más breve posible, pese al largo proceso judicial que se desencadena. Un tercio de los 30 locales que deben bajar la persiana están en los distritos de Ciutat Vella y el Eixample.
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