Opinión sobre un sector clave
Tres cuartas partes de barceloneses creen que la ciudad ha tocado techo en turismo pero valoran su aportación económica
La población es cada vez más crítica en los barrios con más viajeros, que vinculan a incremento de precios y problemas de vivienda
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Turistas en el entorno del templo de la Sagrada Família, esta semana. / Ferran Nadeu / EPC


Patricia Castán
Patricia CastánPeriodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
Los barrios más turísticos de Barcelona evidencian a simple vista desde hace semanas la cara y la cruz del regreso del turismo vacacional: tiendas, servicios y restaurantes con efervescencia de clientes, pero calles atestadas de viajeros arriba y abajo. Una dualidad que constata de pleno la última encuesta municipal Percepción del turismo en Barcelona 2024, publicada recientemente, donde destaca el incremento --de 13 puntos en un año-- de barceloneses que creen que la ciudad ya ha llegado a su techo turístico: son un 74,4%, tres cuartas partes.
Por contra, cae hasta un 23,8% la cuota de ciudadanos que defienden que el sector aún puede crecer. Sin embargo, sí se vería con buenos ojos potenciar segmentos específicos, como los visitantes por motivos profesionales y de congresos, así como para eventos deportivos y culturales. Y el aspecto positivo en que coinciden la ciudadanía en general y los moradores de las zonas con más viajeros es la aportación económica. Casi seis de cada diez considera que es el sector que genera más riqueza a la capital catalana, una cifra similar a quienes creen que la actividad es beneficiosa.
Es llamativo, sin embargo, que estos últimos supongan 11 puntos menos que hace un año, y que aumenten hasta el 31,1% los que crean que es perjudicial (el dato más alto de la serie), en contraste con el cuestionario de un año antes, que arrojó percepciones mucho más favorables. La actual radiografía se hizo entre junio y octubre pasados (en pleno furor turístico estival y con la turismofobia de nuevo en el debate público), pero la de 2023 pudo estar influenciada por el deseo de plena recuperación económica de la ciudad tras la larga pandemia y sus efectos.
En cualquier caso, la tendencia en las opiniones es ahora más crítica en casi todas las respuestas, sobre una muestra de 2.250 personas. Poco más de la mitad de cuestionarios se efectuaron en barrios turísticos (todo Ciutat Vella, la Sagrada Família, y otros núcleos como la Vila de Gràcia, el Poblenou o la Vila Olímpica) y el resto, repartidas por el territorio, con resultados globales y también segmentados territorialmente.
Los datos, sin embargo, van en sintonía con las políticas ya impulsadas por el Ayuntamiento socialista de Jaume Collboni y por Turismo de Barcelona, que han virado las estrategias de promoción de la ciudad hacia la selección de sus visitantes, apostando por argumentos específicos (de la cultura a los congresos, pasando por la gastronomía) para primar la calidad en lugar de la cantidad. La ciudad atrajo en 2024 a 15,6 millones de turistas (un 0,2% menos interanual), lo que simboliza un significativo y voluntario freno. En la misma línea, los hoteleros subieron precios y aunque bajaron su ocupación lograron mayores facturaciones. Pero aun con todo, las percepciones de los residentes empeoraron.
La creciente sensación de que los viajeros que llegan a Barcelona están llegando o han llegado al límite (74,4%) está casi 20 puntos por encima de 2022 y unos 50 por encima del ya lejano 2012, por citar otras comparaciones. No obstante, la reivindicación general no es el decrecimiento cuando se interroga a los barceloneses sobre lo que desearían para su propia área. Sube hasta el 27,2% la cuota de vecinos que querrían menos visitantes en sus barrios, pero a un 62,5% les parece correcto el actual volumen. Las respuestas de quienes viven en el ojo del huracán son más contundentes: ganan los que querrían menos turistas en el barrio (49,6%). Y el rechazo depende también de la tipología de turista.
Beneficios y perjuicios
El documento subraya entre sus conclusiones que aunque la actividad siempre se ha valorado como "importante" en estas encuestas --se realizan desde 2009--, lo que "ha cambiado de forma significativa es el cuestionamiento de los beneficios [del turismo] tanto en el ámbito ciudad como en el barrio o personal". Ese 60% que aprecian la conveniencia del turismo para la ciudad están 11 puntos por debajo que un año antes y aunque el 48,4% que creen que el turismo beneficia a su barrio es mayoritario, también ha caído 9 puntos.
En paralelo, el polo más crítico se agudiza, llegando al punto de que en los ejes más visitados un 52,3% de barceloneses creen que la presencia de viajeros perjudica a sus zonas de residencia, e incluso un 47,8% se ven afectados personalmente. Curiosamente, entre los encuestados que habitan en los considerados barrios turísticos, un 74,7% no siente que su zona lo sea.
¿De qué males culpan al éxito turístico? Preguntados sobre varios apartados concretos, el 77% piensan que afecta a la limpieza de las calles; el 67% que perjudica a la oferta gastronómica y comercial y el 54,6% que dificulta a la movilidad de su entorno. Y casi la mitad no creen que añada dinamismo cultural a la urbe. En el lado positivo, un 76,1% conviene en que genera oportunidades económicas y de trabajo para los habitantes locales. Aunque siete de cada diez entrevistados creen que las condiciones laborales no son buenas en el sector.
En la lista general de "aspectos perjudiciales" que se expresan de forma espontánea, cuando residen en las 'zonas calientes' citan en primer lugar (25,9%) el incremento de precios de la vivienda, mientras que en segundo lugar aluden a la masificación (19,2%). Cuando los entrevistados no viven en esos barrios, el orden de estos dos se invierte. No ya porque padezcan la masificación a pie de sus hogares, sino porque sus efectos les hacen evitar algunas zonas saturadas.
En el recuento de todos los encuestados sobre los inconvenientes, tras la masificación (23,7%) se sitúa la cuestión de la vivienda (21,9%), seguida por el incremento general de precios que le atribuyen (9,1%), el "desalojo de los barceloneses de su ciudad" (6,9%, que casi se dobla en los barrios turísticos), el incivismo de los visitantes (6,6%), el turismo 'low cost', la suciedad y otros en menor porcentaje.
Esa idea del encarecimiento de precios en la ciudad debido al turismo, en la que ahondan algunas preguntas, se percibe en un 87,4% de las respuestas, y aun con más fuerza en la Barcelona turística.
Tipos de visitantes deseados
El sondeo también profundiza en las tipologías de visitantes a limitar o potenciar, que son percibidos de forma muy dispar. Un 82,2% de barceloneses entrevistados creen que hay que potenciar el segmento de turistas por motivos profesionales (ferias, reuniones...), así como el de los que llegan por eventos deportivos o culturales (73,4%) y de los que lo hacen por motivos de formación o educativos (90,9%). Por contra, el 55,2% defiende que hay que limitar la cifra de turismo vacacional (que llega al 65,2% en los barrios turísticos), y el 64,6% opina lo mismo sobre los cruceristas.
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