En el Port Vell
El Maremagnum de Barcelona cumple 30 años tras rematar una renovación de 18 millones de euros
El centro comercial y gastronómico celebrará el aniversario en otoño y busca reconectar con el público barcelonés
Así es el Time Out Market, el nuevo mercado gastronómico del Maremagnum de Barcelona
Manual de instrucciones para descubrir el nuevo Time Out Market de Barcelona
/esEl Maremagnum se reinventará con más gastronomía y ganando 5.000 metros cuadrados

El Maremagnum, que cumple 30 años recién reformado, esta semana.iendas dse moda, tienda JD. Time Out Market. - Terraza Paradiso. AUTOR: JORDI OTIX / Jordi Otix / EPC


Patricia Castán
Patricia CastánPeriodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
Con una ubicación inmejorable, en el Port Vell, a los pies del Mediterráneo y al final de la Rambla, el Maremagnum se inauguró en 1995 marcando la apertura de Barcelona al mar en la ciudad posolímpica. Fue el primer centro comercial de esas características a orillas del mar de toda España. Tuvo un éxito meteórico pero problemas con el ocio nocturno que marcó esa primera etapa y obligó a reconducir progresivamente su oferta. Treinta años después, el recinto acaba de culminar una renovación de 18 millones de euros que lo ha modernizado y encarrilado hacia su nuevo concepto: un espacio experiencial que aúna tiendas, gastronomía y actividades culturales y de ocio, abierto los 365 días del año. En la actualidad cuenta con el 96% de su espacio comercial contratado y negocia los últimos locales. Su reto, tras llenarlo de operadores, será reconectarlo con barceloneses que han dejado de bajar al centro de la ciudad.

Interior del Maremagnum, con Levi's, recientemente abierta, al fondo. / Jordi Otix
Desde hace unos meses, el recinto que adquirió Klépierre (empresa inmobiliaria francesa especializada en centros comerciales) en 2015 ha rematado una batería de obras que se iniciaron en 2022 para abrir más sus locales comerciales, hacerlos más luminosos, renovar el suelo de todo el complejo, la fachada norte, la cubierta (que ahora alberga el mercado gastronómico Time Out Market y sus terrazas), añadir accesos --como una escalera mecánica exterior-- e instalar placas solares que generan el 25% de la energía que consume el Maremagnum. Esa reconversión ha ido acompañada de novedades en la oferta, reactivada en los dos últimos años, tras el éxodo temporal de operadores que provocó el cierre por la pandemia.

Eva Adroguer, la nueva gerente al frente de renovado centro comercial / Jordi Otix
Con una nueva gerente desde principios de año, Eva Adroguer, y un diseño mucho más atractivo, el centro aspira a consolidar este año su recuperación comercial y de afluencia. Estiman que sus 11,5 millones de visitantes anuales se componen de un 60% de público local y un 40% de turistas, aunque estos últimos son mayoría durante el verano y fechas punta. Mientras muestra los cambios a este diario, señala que comercio y gastronomía tienen ahora un peso similar. Actualmente hay 34 tiendas y una treintena de marcas de restauración, incluyendo las de Time Out Market en la planta superior.

Zona gastronómica del Time Out Market. / Jordi Otix
Fichajes y novedades
Desde el año pasado se han ido incorporando las firmas Koala Bay, JD Sports, helados Dino, Lovisa, Hawkers, Natura, Adidas y Udon, mientras que este año ha desembarcado Levi's y en las próximas semanas lo harán Juguetos + Lego, Misako, La Casa de las Carcasas (con una estética afín al centro) y una tienda del Real Madrid, ubicada con intención justo enfrente de la del Barça. Otros tres operadores están negociando los últimos locales, detalla.
Pero también es importante que las firmas presentes antes de la crisis sanitaria hayan aprovechado la transformación del centro para ampliar metros y mejorar sus espacios, como han hecho Décimas, Belros, Starbucks, Mango, Courir y Pandora, por ejemplo. Es el caso de Inditex también, con una fuerte apuesta en el centro, que ha dado más aire a Pull&Bear, Stradivarius, Bershka y Lefties. Otras firmas allí presentes son Victoria's Secret, Lacoste, Macson, AW Lab, Desigual, Druni, Primor, Kiko make up Milano, Calzedonia y Sunglass Hut, entre otras.

Las tiendas del Barça y del Real Madrid estarán frente a frente en el Maremagnum. / Jordi Otix
En materia gastronómica, han permanecido antiguos operadores como El Chipirón, Tapa Tapa, El Racó, Taco Bell, Pans and company o McDonald's, mientras que el fichaje principal han sido las 14 cocinas del mercado de Time Out, de 5.250 metros cuadrados, a punto de cumplir un año. En este tiempo, este nuevo espacio ha vivido una buena afluencia en fin de semana y más discreta entre semana, según ha comprobado este diario. Dos operadores con estrella Michelin, BaLó y Jordi Artal, han dejado el recinto al no ajustarse a sus expectativas, y su espacio está vacante mientras sus gestores deciden la mejor opción. En esta zona con grandes mesas y más de 1.100 sillas para comer informalmente, se ubica el único restaurante de estructura propia del mercado, Casa Amàlia, con buenas vistas y la misma cocina con la que han triunfado junto al mercado de la Concepció.
Por debajo, 826 plazas de párking facilitan el acceso. No obstante, la previsión es que la llegada de visitantes --que alcanza su punta los domingos, con tiendas y restaurantes abiertos-- será más cómoda y fluida con las conexiones rápidas del futuro transbordador entre el Moll d'Espanya y el de Pescadors. Adroguer quiere reforzar el concepto de Maremagnum (abierto de 10.00 a 22.00 horas en verano, y hasta las 21.00 en invierno; y hasta la 1.00 en el caso de la restauración) como un destino de "experiencias" para cualquier edad, "donde pasan cosas" además de hacer compras y comer bien, resume. Lo considera un centro comercial "único" en base a su ubicación marinera y sus vistas, un "espacio privilegiado".

Vistas desde una de las terrazas del Maremagnum. / Jordi Otix
Mejor accesibilidad
Por ello, más allá de los locales y de los estands (permanentes o efímero) que se reparten por el interior del recinto, la dirección se esfuerza en mantener una agenda de actividades como la programación regular de música en vivo, exposiciones de artistas, presentaciones de libros, ferias y montajes en contacto con la actualidad, como el reciente estand de merchandising que funcionó durante los días del Gran Premio de Fórmula 1. Los fines de semana se nutren de planes para hacer en familia con niños, aunque en verano se reducen porque aumenta la afluencia foránea. La plaza de la Odisea, que completa el recinto, es protagonista de buena parte de las iniciativas.
La gerente destaca la tendencia "alcista" de visitantes, que este año posiblemente recuperen las cuotas prepandemia --que no precisan--, pero reinvindica que el Maremagnum tenga más visibilidad, porque cree que desde Colón el complejo no se distigue bien por algunas barreras visuales. También señala que las obras de la Rambla y de la Via Laietana no juegan ahora a su favor porque han complicado la accesibilidad temporalmente. A los muchos barceloneses que hace años que no pisan el centro por su saturación turística, y no llegan a la zona, les incitarán a una inmersión a partir de otoño, cuando iniciarán con "sorpresas" la celebración de su 30 aniversario. "Quieren reconectar con ese público", que en algún momento ya disfrutó del centro o que no conoce la nueva etapa.
Cambios en tres décadas
Tras su inauguración como parte de la renovación urbana del Port Vell, el Maremagnum se convirtió ante todo en un destino de restauración y ocio nocturno, que se truncó dramáticamente tras varios incidentes y una muerte en el transcurso de una pelea. A partir de 2002 afrontó su primera renovación y un cambio de guion para convertirse progresivamente en un centro comercial sin ocio. En 2006 la inmobiliaria Corio compró el complejo (explotado en régimen de concesión, en terrenos del Port de Barcelona) y aceleró el cambio. En 2009 ya no existía actividad nocturna, que sería relevada por restauración en los siguientes años. Klépierre lo compró en 2015 y los primeros años se centró en el cambio de concepto, mientras que los tres últimos acometió la reforma de 18 millones. Ahora quiere consolidar su mix comercial.
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