Reforma
Las obras de la Rambla de Barcelona trasladarán las afectaciones al comercio del lado Raval a partir del 15 de junio
Los trabajos del lado Gòtic están en su recta final pero han supuesto caídas de facturación que van del 20 al 70%
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Barcelona iniciará el 17 de junio de 2024 la segunda fase de obras de la Rambla: 10 meses para reformar el lado del Gòtic hasta Canaletes
Collboni se compromete a acabar la reforma de la Rambla en enero de 2027

Comercios rodeados de vallas en el lado Gòtic de la Rambla, este jueves. / Ferran Nadeu / EPC


Patricia Castán
Patricia CastánPeriodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
La reforma de la Rambla, en su nueva versión concentrada en 32 meses de la era Collboni, afrontará a partir del 15 de junio una nueva fase para acometer los trabajos en el lado Raval. Coincidirá durante algunas semanas con la recta final de obras de las aceras del lado Gòtic, que debían estar listas en 10 meses pero se han retrasado aproximadamente dos por los hallazgos arqueológicos en la zona. El calendario final no se verá apenas afectado, según ha asegurado el ayuntamiento a los comerciantes y vecinos de la zona, pero los operadores del concurrido eje han constatado en su facturación los efectos secundarios de las mejoras. La caída general de los ingresos es del 20%, aunque en algunos negocios, sobre todo de restauración, llega al 70%. El problema se trasladará en los próximos meses de acera.
La renovación de la Rambla, fraguada durante años de debates, comenzó en la etapa de la alcaldesa Ada Colau con una planificación de cinco fases y 72 meses, que al llegar Jaume Collboni a la alcaldía se reformuló para concentrar los trabajos que quedaban (ya se había ejecutado de Colom a Santa Madrona) en solo 32 mesos y tres fases. La primera sería de 10 meses en el lado Gòtic, la segunda de otro tanto en el lado Raval, y por última una de 12 meses para el tronco central. La primera debía acabar en abril, pero la complejidad de la excavación y los restos arqueológicos frecuentes en esa zona la han demorado un par de meses.

El estrecho paso que dejan las vallas para paseantes y vecinos en la acera en obras en la Rambla. / Ferran Nadeu / EPC
Esta circunstancia ha complicado un poco más la vida a los comercios de la zona, porque la afluencia de paseantes en las aceras patas arriba se ve muy reducida con las vallas casi pegadas a sus puertas. Hay un espacio de paso escaso que aleja a cualquier cliente o comprador que no acuda expresamente a un establecimiento. El vicepresidente de Amics de la Rambla y responsable de los temas de Urbanismo, Pau Bosch, apunta que algún que otro negocio ha cerrado o no se ha atrevido a abrir en alguno de los locales disponibles, ante el panorama de obras. Pero vincula más la pequeña cuota de persianas bajadas a la moratoria de aperturas que vive la Rambla, que solo permite relevos con las mismas licencias que las que había anteriormente, hasta que se apruebe el nuevo plan de usos.
A mitad del próximo mes, la calzada del lado Gòtic o Besòs quedará liberada (el tráfico se trasladará a esta parte, también en sentido ascendente hacia plaza de Catalunya y restringido), pero todavía habrá afectaciones en las aceras. En concreto, el tramo próximo a la plaza de Catalunya acabará en agosto, mientras que el resto lo harán entre finales de junio y finales de septiembre, progresivamente.

Uno de los pasos que van de lado a lado, sorteando los trabajos de la Rambla. / Ferran Nadeu / EPC
De ese modo, muchos negocios seguirán en las próximas semanas con limitaciones de acceso y afectaciones, de distinta intensidad según la distancia que tienen respecto a los pasos de acceso abiertos para moverse de un lado a otro, lo que hace más engorroso llegar a ellos. Desde Amics de la Rambla detallan que los equipamientos culturales son los menos afectados porque sus usuarios compran normalmente tíquets online y se desplazan directamente para acudir a los espectáculos o exposiciones, a los que llegan pese a que el acceso se complique.
Distintos grados de afectación
Quienes más sufren las consecuencias de las obras son algunos restaurantes, que normalmente captan a clientes que deciden sobre la marcha dónde comer y que eligen los lugares más accesibles o cómodos. Del mismo modo, las tiendas de regalos sufren una caída de compradores. Y los comercios de necesidad, tipo farmacias o panaderías, por ejemplo, se encuentran con usuarios que los dejan atrás a la espera de dar con otro establecimiento cuyo acceso no suponga dar un rodeo a las vallas.
La misma situación se vivirá en los próximos 10 meses --como mínimo-- en el lado Raval o Llobregat, donde ya se han iniciado algunos trabajos de renovación a cargo de AGBA, por pequeños tramos.
Según ha explicado el consistorio a comerciantes y vecinos, en la nueva fase se agruparán varias pastillas con trabajos simultáneos para favorecer el tiempo de ejecución y rendimiento. Y se mantendrán la mayoría de cruces de circulación entre los dos lados, a la altura de Pintor Fortuny, Carme, Hospital, Unió y Nou de la Rambla, en algunos casos cambiando el sentido.

Zanjas y rejas dificultan el acceso a los comercios de la Rambla en los tramos en obras, este jueves. / Ferran Nadeu / EPC
El ayuntamiento ya ha contemplado que los espacios culturales (como el Liceu y el Poliorama) tengan facilidades de acceso y carga y descarga.
La tercera y última fase del tronco central (que podría comenzar en abril de 2026) irá precedida de catas arqueológicas en la Rambla Santa Mónica para mantener en lo posible. Collboni estimó que la nueva Rambla, con más espacio peatonal y tráfico limitado, estaría lista a principios de 2027, aunque visto el calendario posiblemente se remate esa primavera.
El eje tendrá entonces el reto de retomar el pulso que perdió con la pandemia y que no ha podido recuperar por las obras. No solo en términos de afluencia y facturación, sino también de calidad. En Amics de la Rambla esperan que la reurbanización eleve el listón comercial y revalorice el eje, pero instan a levantar cuanto antes la moratoria comercial para facilitar que el relevo de operadores se geste lo antes posible, insiste Bosch.
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