Centro de arte y diseño
Seis curiosidades del oasis de Palo Alto en Barcelona: de Mariscal al tetramorfo de la Sagrada Familia
La historia de la antigua fábrica ubicada en el Poblenou va más allá de su popular mercado mensual
Así es el nuevo 'hub' audiovisual de Barcelona en Palo Alto: coworking, realidad virtual y tecnologías inmersivas
Palo Market Fest cumple 10 años: "Fuimos pioneros en España en aunar diseño, moda, gastro y música en directo"

Vistas de los jardines Remedios Varo y del recinto de Palo Alto,. / EPC


Judith Cutrona
Judith CutronaPeriodista especializada en información local. Con la mirada puesta en el Ayuntamiento de Barcelona y en las calles de la ciudad. He estado siete años escribiendo noticias en Europa Press. Antes, colaboré con La Vanguardia y Público.
Seguramente muchos barceloneses conozcan Palo Alto por el popular mercado mensual que se organiza cada mes en este espacio tan singular ubicado en el barrio del Poblenou. Pero la realidad es que esta antigua fábrica de Barcelona esconde estudios de diseño, talleres de artistas y espacios de coworking que lo convierten en un centro de arte, diseño y cultura. Con una apariencia moderna y en un entorno único, Palo Alto guarda varias curiosidades quizás no tan conocidas. Destacamos seis curiosidades que envuelven a este espacio, que este jueves ha ganado un nuevo equipamiento: el ‘hub’ audiovisual ‘Barcelona XRLAB’.
La transformación de la antigua fábrica de Palo Alto no habría sido posible sin la visión del alcalde Pasqual Maragall y del diseñador olímpico Javier Mariscal, quienes fueron la palanca para revitalizar este oasis urbano que en los años 80 se encontraba en muy mal estado. Quién descubrió el lugar fue el promotor cultural Pierre Roca que, con la ayuda de artistas como Mariscal, inició su rehabilitación. En los años 90, el ayuntamiento expropió la fábrica y en 1998 entregó la gestión durante 20 años al grupo de idealistas encabezados por Roca y Mariscal a cambio de seguir rehabilitándola y pagar un cánon anual.
Aquella cesión caducó en abril de 2018 y no preveía la posibilidad de prórroga, lo que desencadenó en quejas, polémicas y críticas. El gobierno de Ada Colau diseñó entonces un concurso público para escoger un concesionario privado que se hiciera cargo del espacio durante 15 años, con una prórroga de cinco años más. La fundación creada por Mariscal fue la única que se presentó al concurso municipal y que por lo tanto ganó. Con la concesión renovada, la nueva gestión mantiene a los artistas y creativos que la fundaron en los años 80.
El ladrillo de la antigua fábrica, cubierto parcialmente por hiedra trepadora y buganvillas en flor, es sin duda la seña de identidad más reconocible de Palo Alto y lo que le otorga todo el encanto. Esa fusión entre lo industrial y lo natural es también lo que simboliza la transformación del espacio: de ruina industrial a jardín creativo. Con más de 160 años de historia, el patrimonio industrial que ha dejado también es innegable. Se construyó en 1857 y fue concebido como una fábrica de hilatura de lana bajo la dirección de Josep Bonafont.
Aunque la antigua fábrica se llamó originalmente Fábrica Gal i Puigsech -en referencia a la empresa textil de Ramon Gal y Juan Puigsech que albergó en 1875-, el nombre de Palo Alto se inspiró en la ciudad californiana, de la cual Pierre Roca era un gran admirador. Se adoptó cuando el espacio empezó a transformarse en un centro creativo en los años 90 y Mariscal y otros artistas fueron quienes lo popularizaron. De este modo, el lugar renació con una identidad nueva, más moderna y cosmopolita bajo el nombre de Palo Alto.
Si el creador de la mascota olímpica Cobi fue el artífice de la transformación de la vieja fábrica, su hermano, Pedrín Mariscal, y su sobrina, Paula Mariscal, idearon el Palo Market Fest, una propuesta totalmente revolucionara y pionera que se ha convertido en una de las programaciones de ocio y cultura más exitosas y famosas de Barcelona. Lleva una década siendo una de las citas culturales más estables de la ciudad y más buscadas por los turistas, que recibe unas 10.000 personas cada edición.
Desde los talleres de Palo Alto han nacido algunas de las obras más icónicas del diseño y la creatividad. Más allá del estudio de Mariscal que dio vida a personajes tan emblemáticos como Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, también se encuentra el taller del escultor Xavier Medina Campeny, donde conviven sus esculturas con las maquetas de las esculturas de los tetramorfos que coronan las torres de los evangelistas de la Sagrada Familia, a 135 metros de altura. Además, Mariscal dibujó desde Palo Alto la película de animación ‘Chico y Rita’.
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