Movilidad

Barcelona pierde coches, gana motos y solo le quedan un 15% de turismos sin etiqueta ambiental

El parque de vehículos dibuja una ciudad cada vez más sostenible en la que los conductores abandonan el diésel, en favor de los híbridos, pero se resisten a olvidarse de la gasolina

El Eixample lidera la caída de coches censados en Barcelona mientras se disparan en Zona Franca y la Barceloneta

El coche ya supone menos del 20% del total de desplazamientos en Barcelona

Coches y motos circulan por la calle de Aragó de Barcelona

Coches y motos circulan por la calle de Aragó de Barcelona / Joan Mateu Parra

Carlos Márquez Daniel

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Barcelona
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La metáfora del transatlántico aplica a la perfección cuando se quiere hablar sobre el devenir de las ciudades. Modificar el rumbo de estos inmensos barcos -y de las grandes urbes como Barcelona- requiere de maniobras suaves y sutiles. Se necesita tiempo. Sucede con la movilidad, que suele ser un reflejo de la sociedad. A no ser que haya un elemento disruptivo (el adiós de los tranvías en los primeros años 70, el nacimiento del Bicing en 2007 o la zona de bajas emisiones de 2020), el modo de desplazarse ha ido basculando lenta y progresivamente hacia una mayor sostenibilidad. También el parque de vehículos ejerce de espejo ciudadano: cada vez hay menos coches y más motos y cada vez son más verdes (si este es un concepto que pueda aplicarse a los turismos).

Tráfico en la Ronda de Dalt, en una imagen de archivo.

Tráfico en la Ronda de Dalt, en una imagen de archivo / Elisenda Pons

El Ayuntamiento de Barcelona acaba de compartir los últimos datos disponibles sobre el número de vehículos censados en la ciudad. Son un total de 813.465 y vaya por delante que esto no significa que todos estén circulando. Sería, de hecho, insostenible. E iría en contra de lo que dice otra estadística municipal, la del reparto modal: el vehículo privado ya supone menos del 20% (el 19,9%, para ser exactos) de los desplazamientos en una Barcelona en la que el 42,1% de los viajes se hacen a pie y el 34,2%, en transporte público.

Motos más potentes; ojo

Si se compara con 2020, se han perdido por el camino 8.746 vehículos (un 1,1% menos), que les parecerá poca cosa pero es, por ejemplo, la flota de taxis que a diario surcan las calles de la ciudad. Hay, sin embargo, diferencias significativas: hay un 2,3% menos de turismos y un 7,6% más de motos, porcentaje este último que se entiende al comprobar que los ciclomotores han caído un 26,6%. Esto último tiene una lectura paralela, puesto que las motos tienen más potencia que los ciclomotores, con lo que eso puede implicar para la siniestralidad. Y no es cosa menor, ya que en los últimos 15 años, y a pesar de que las motos representan el 7% de la movilidad, la mitad de los fallecidos en el asfalto de Barcelona eran motoristas.

Motos mal aparcadas, en la calle de Balmes

Motos aparcadas (en batería, pero deberían estar en paralelo a la calzada), en la calle de Balmes / Ferran Nadeu

No ayuda, además, que la antigüedad de las motos haya aumentado. La media en 2016 era de 10,8 años, mientras que ahora está en 12,3 años. También los turismos han ido a peor en este aspecto a pesar de la renovación para cumplir con los requisitos de la ZBE. Solo en el último año se han matriculado cerca de 39.000 coches, cosa que no ha evitado que se haya pasado de 10,5 a 11,6 años de media en la última década. Con barrios, como el Raval o Vallbona, en los que la renovación se hace más cuesta arriba y se llega a los 14 años.

Las motos son cada vez más potentes, un dato inquietante, puesto que suponen el 7% de la movilidad pero el 50% de la mortalidad en siniestro de tráfico en la ciudad en los últimos 15 años

En cuanto a la propulsión del motor, también ha habido cambios significativos en el último lustro. La gasolina sigue mandando con un 62,7% del parque de vehículos, por un 26,2% de diésel (casi cinco puntos menos que en 2020). Pero la evolución más significativa está en los menos contaminantes, con un aumento de los 100% eléctricos del 71,3% desde 2020 y un incremento aún más significativo, del 146%, de los híbridos. A pesar de estos porcentajes, solo hay algo más de 20.000 vehículos eléctricos (sobre todo motocicletas y ciclomotores, unas 13.000 unidades), el 2,4% del total.

Los que sí circulan

Pero, como decíamos al principio, una cosa es el censo total y otra muy distinta, el parque circulante real. Ahí es donde echan una mano las cámaras de la ZBE y los datos presentados el pasado enero. El 29% de los coches que circulan por Barcelona blanden en su cristal una etiqueta ECO o Cero, un porcentaje muy superior al peso real que tienen los vehículos menos contaminantes en el parque total. Es decir, salen menos los más sucios y seguramente veteranos, se ven más los que más nuevos y empáticos con el cambio climático.

Sábana de coches en Gran Via con Espanya en sentido Baix Llobregat

Sábana de coches en Gran Via con Espanya / Ferran Nadeu

Otro cantar es el global de etiquetas. Aunque en ese aspecto también se han dado pasos importantes, como el hecho de que los vehículos sin distintivo hayan pasado de 209.650 de finales de 2019 a los 123.366 de la actualidad (el 15% del total). Unos coches y motos, estos últimos que no pueden circular dentro del ámbito de las ZBE entre las 7 y las 20 horas de lunes a viernes. Son, en buena medida, los vehículos que menos salen de su plaza de aparcamiento. Si es que salen, porque no es raro que alguien guarde en un parking una moto o un coche antiguo que ni molesta ni supone una gran inversión mantenerlo.

El parque más envejecido

En cualquier caso, los distintivos más respetuosos con el medio ambiente (Cero, ECO y verde) han ido ganando posiciones y ya suponen el 62,9% del parque. En cuanto a los vehículos de dos ruedas, un 77,2% de las motos y un 30,8% de los ciclomotores circulan con una de las identificaciones más eficientes, pero los modelos más envejecidos, sin etiqueta, siguen teniendo un peso importante: un 13,9% de las motos y un 30,4% de los ciclomotores.

¿Y cuántos vehículos tocan por habitante? Cruzando este censo con el de habitantes, salen a 477,7 vehículos por cada mil barceloneses, pero la cosa no está muy bien repartida. Si se miran los turismos, la media de Barcelona es de 275,1 coches por millar, aunque en Ciutat Vella son solo 154,6 y en Sarrià-Sant Gervasi, 376,5. También el tema de la movilidad motorizada va por barrios.

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