La Guardia Urbana de Barcelona detecta 145 infracciones en 28 locales por vender gominolas con cannabis

Dentro de la ofensiva anunciada por el Ayuntamiento de Barcelona hace unas semanas de perseguir la venta de golosinas y chocolatinas de cannabis en establecimientos de la ciudad, este jueves más de 75 efectivos, entre agentes de la Guardia Urbana de Barcelona, técnicos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, del Servicio de Inspección del Consistorio e inspectores de Trabajo han realizado un macroperativo de control. Se han realizado registros en 28 locales de los 35 previstos en un inicio. Sin embargo, los responsables de la Urbana tenían constancia que hace unas semanas un centenar de establecimientos vendían estos productos, aunque la mayoría los retiraron cuando entró en vigor la orden del Ministerio de Sanidad que pone coto a la distribución o venta de este tipo de productos en ningún punto de España. 

En total, los agentes han inspeccionado 28 locales, en su mayoría supermercados 24 horas, y han levantado 145 actas de infracción por venta de estos productos. También se investigan a dos personas por delitos de salud pública, como es el tráfico de droga, y se han intervenido 1.800 productos alimentarios. De ellos 873 por la vía administrativa, al tener algún tipo de irregularidad en el envasado o en su venta, y otros 927 por vía penal, ya que hay indicios de que estos productos pueden tener extracto de cocaína o hachís. Los agentes los llevarán a toxicología para su análisis.

Myriam Quiñoa, directora de Protección de la Salud de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, ha explicado que las inspecciones buscan "intensificar" el control sobre los productos con cannabis y sus derivados, aunque ha recordado que antes de la prohibición expresa estaban en un vacío legal y por eso se retiraban ante una denuncia o una intoxicación. El organismo triplicará el número de efectivos para hacer frente a este tipo de inspecciones.

Por su parte, el intendente mayor de la Guardia Urbana, Benito Granados, ha señalado que la nueva normativa les permite tener "más herramientas" para perseguir esta venta, ya que suponen un riesgo para la salud pese a su apariencia "inocua y atractiva", principalmente para los más jóvenes. Las entradas y registros se han focalizado principalmente en los distritos de Eixample, Ciutat Vella y Sant Martí, aunque se han realizado controles en otros puntos de la ciudad, como Gracia o Sant Andreu.

 Granados ha recordado que estas sustancias tienen "una alta capacidad para generar adicción" y "consumo compulsivo" que puede generar que una persona inicie "una escalada en gravedad" hacia otras drogas más potentes y con más impacto en la salud. "A medida que el cuerpo adquiere más tolerancia necesitas más cantidad o diferentes sustancias para provocar lo mismo", ha remarcado Granados quien considera que este tipo de problemática se debe abordad "de forma urgente".

También ha señalado que estas gominolas con cannabis afectan "peligrosamente a la salud" por el compuesto químico que llevan y llegan a públicos, principalmente menores, que "no saben qué están consumiendo", lo que incrementa el riesgo para esta población. Barcelona ha sido de las primeras ciudades en aplicar la normativa contra este tipo de productos y de forma combinada, ya sea con agentes policiales como con técnicos municipales que detectan irregularidades en los locales controlados y con inspectores de Trabajo por si hay empleados en situación irregular.

La macroinspección de este jueves permitirá a los responsables municipales detectar el tipo de sustancias que hay en el mercado para iniciar una investigación más compleja, tanto a nivel administrativo como criminal en el caso de encontrar cantidades de drogas que superen lo permitido en el Código Penal. Además, ante la duda con las sustancias encontradas se incautará para analizar antes de iniciar el expediente o la correspondiente denuncia. 

También se quiere examinar los distribuidores de este tipo de sustancias para advertirles que la normativa lo prohíbe a partir de ahora, ya que contienen ingredientes que no son alimentos. "Este producto favorece un consumo banalizado porque el consumidor lo percibe como inocente", ha remarcado Granados quien ha añadido que tiene forma "atractiva" de gominola, madalena, chocolate o piruleta, entre otros, ya que está pensado "para que una persona joven lo adquiera" pese al importante riesgo para la salud.

"No es un problema de Barcelona ni de España, afecta a toda Europa", ha recordado Granados. La mayoría de este tipo de productos se importan desde los Países Bajos. Gracias a las inspecciones de este jueves "podremos vigilar lo que hay en el mercado y actuar con más contundencia" ha remarcado el intendente mayor.