Historia medieval
El secreto mejor guardado de la Catedral de Barcelona que pocos conocen
La iglesia atrae diariamente a miles de visitantes, tanto por su valor artístico como por su dimensión espiritual
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La catedral de Barcelona en 2024. / Marc Asensio Clupes
Majestuosa, imponente y cargada de historia, la Catedral de Barcelona -oficialmente conocida como Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulàlia- fue construida entre los siglos XIII y XV sobre una antigua basílica paleocristiana.
La iglesia se alza en pleno corazón del Barri Gòtic del municipio como uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad.
Hoy en día, atrae a miles de visitantes, tanto por su valor artístico como por su dimensión espiritual.
Miles de visitas
En 2022, la Catedral sumó 1,7 millones de visitas, de las cuales 600.000 fueron turísticas, según el Director del Secretariado Diocesano de Turismo, Josep Maria Turull.
Sin embargo, más allá de su belleza y de su relevancia como templo religioso, pocos saben que este monumento histórico esconde un secreto, un detalle que pasa desapercibido para la mayoría, pero que revela una curiosa historia del pasado de la Ciudad Condal.
Un pequeño secreto
En los muros exteriores de la iglesia, cerca de donde se situaba el antiguo mercado, se pueden observar unas pequeñas incisiones talladas en la piedra.
Estas marcas no son para nada aleatorias, sino que tienen una explicación: han surgido de una práctica extendida entre los carniceros medievales.
En la Edad Media, el gremio de carniceros, antes de entrar al mercado a vender sus productos, afilaban sus cuchillos en los muros del templo, una práctica común que ha dejado cicatrices visibles hasta hoy.
13 ocas blancas
Además, la Catedral alberga otros datos curiosos: dentro del claustro habitan 13 ocas blancas.
La explicación se encuentra en los 13 tormentos que sufrió Santa Eulàlia, una de las patronas de Barcelona -junto a la Mercè-, antes de morir, uno por cada año de su vida.
En el siglo IV, la joven cristiana se negó a renunciar a la fe durante la persecución al cristianismo ordenada por el emperador romano Diocleciano, que era fiel al culto pagano romano.
Un espacio lleno de vida
A día de hoy, la Catedral de Barcelona sigue siendo un espacio vivo, tanto en el plano religioso como cultural.
Además de acoger actividades religiosas, el edificio abre sus puertas al público y permite que locales y turistas puedan recorrer sus pasillos, subir a las terrazas o pasear por el claustro.
Visitas guiadas
Los horarios de visita turística son de 9:30 a 18:30 de lunes a viernes a un precio de 16 euros por persona.
Los sábados y las fiestas religiosas siguen un horario similar, abren a las 9.30h, pero cierran un poco antes, a las 17.15h, con la última entrada a las 16.30h.
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