Preparado para el apocalipsis

Ricardo Rubio: la única persona de Barcelona que no se enteró del apagón

Es 'prepper', esa persona a la que te gustaría tener de amigo cuando llegue la invasión alienígena. Tiene en casa placas solares y baterías, internet por satélite, comida para un año, pastillas para purificar el agua, hasta trajes de protección biológica y papel higiénico para un par de pandemias

El juego de cartas viral con el que ayudar a los amigos a salir de relaciones tóxicas

La hija de Ricardo, al fondo, con su mochila de emergencia y parte del kit desplegado: silbato con brújula y espejo de señales, pastillas para purificar el agua, cerillas antitormenta, comida en caja, saco de dormir, poncho, una radio, cantimplora y barritas de luz.

La hija de Ricardo, al fondo, con su mochila de emergencia y parte del kit desplegado: silbato con brújula y espejo de señales, pastillas para purificar el agua, cerillas antitormenta, comida en caja, saco de dormir, poncho, una radio, cantimplora y barritas de luz.    / CARLOS MONTAÑÉS

Ana Sánchez

Ana Sánchez

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Mientras toda España hacía cola para comprar radios, pilas y velas, este hombre ni se había enterado del gran apagón. “Hasta que no vi por la tele que pasaba algo, no me enteré”, dice con el temple de MacGyver durante una hecatombe. Es esa persona a la que te gustaría tener de amigo cuando llegue la invasión alienígena. La casa de los sueños en tiempos de alarma mundial. Tiene placas solares y baterías, internet por satélite, comida para un año, pastillas para purificar el agua, hasta trajes de protección biológica y papel higiénico para un par de pandemias. No, a él el apocalipsis no le quita el sueño. “Nooo, a no ser que se ponga la cosa muy mal… Para estas cosas pequeñitas, no”. 

Ricardo Rubio, 61 años, trabaja en seguridad, claro. Es 'prepper' –así se hacen llamar-, 'preparacionistas'. “La comunidad silenciosa que se prepara para la tercera guerra mundial”, ha titulado algún reportaje. “Todo el mundo se prepara”, se encoge él de hombros. “Mira, todo el mundo se ha ido a buscar una radio, linternas, velas... Tenerlo antes y pagar menos tiene más sentido que no tenerlo que hacer a última hora haciendo colas y pagando más. Lo vas a tener que hacer igual el día que pase algo”.  

A los 12 años ya tenía una mochila de supervivencia preparada en casa. ¿Pesimista? “No, realista –responde-. Lo que no hay que ser es fantasioso: ‘Si me pasa algo, ya me ayudarán’. Si pasa algo, por lo menos saber qué hacer y tener cuatro cosillas”. 

Ruta de escape de Barcelona

“¡Qué razón tenías!”, le dice ahora todo el mundo. “Hasta mi hija”, se ríe. “Debes de ser el único que está tranquilo”, le mandó un whatsapp tras el apagón. Hace años que su hija tiene en casa una mochila de emergencia lista –el kit de supervivencia de 72 horas que ahora recomienda hasta la UE- e incluso una ruta de escape de Barcelona para llegar a la casa familiar (Ricardo y su mujer viven a 25 kilómetros de la capital). Él ya chequeó la ruta una noche: ocho horas andando por el Llobregat.

Ricardo estuvo 12 años ofreciendo ‘online’ desde Granollers Suministros para Emergencias. Su catálogo incluía equipos de protección NBQ (Nuclear, Biológico y Químico), duchas solares, galletas de larga duración, pulseras que destrenzadas se convierten en cuerdas. Cerró con la pandemia. “Luego ya me dio pereza abrir -justifica-. Esto era más un hobby que algo que dé dinero”.

Los que le conocieron entonces aún le siguen consultando por Whatsapp y por correo. “La gente se preocupa cada vez más”, asegura. ¿Qué les dice? “Que de momento no pasa nada”, sonríe. “De momento”, recalca. “Tampoco nos dicen la verdad. Ni nos la van a decir”.

Hay "iluminados", dice Ricardo. "Uno me dijo que había contactado con el capitán de una nave extraterrestre que estaba aparcada detrás de Mercurio"

“Tenía clientes profesores de universidad –cuenta-. Un grupo de catedráticos con una parcela en el Pirineo con suministros por si se ponía mal la cosa en Barcelona”. Hay de todo, asegura. “También hay mucho zumbado. Tengo un amigo, ya examigo, que empezó esto por curiosidad y acabó diciéndome que vendrían los marcianos. Y era un tío la mar de normal”.

Hay “diferentes intensidades” de clientes, distingue Ricardo. Están los preparacionistas, como él, que se preparan para una catástrofe. También hay 'survivalistas'. Más tipo MacGyver. “Son más de irse a la montaña –explica-, más por deporte que por prepararse”. (Supervivencia deportiva y ‘bushcraft’, la llaman). Y luego están los “iluminados”, que dice Ricardo. “Están como una cabra”, resopla. “Uy, de estos hay muchos”. Una vez fue a la reunión de un grupo en Barcelona. “Para vender”, se justifica. “Hicieron una meditación y después uno dijo que había contactado con el capitán de una nave extraterrestre que estaba aparcada detrás de Mercurio”. 

Guerra en Europa

“Al final habrá una guerra aquí en Europa”, sentencia sin titubear. “Eso está claro”. Él no tiene miedo, no. Podría estar viviendo tranquilamente un año con apagón, calcula. “Pero ya veríamos los vecinos qué dirían cuando me vieran a mí tan tranquilo”, se ríe. La semana pasada, de hecho, se comió una lata que había caducado hace 12 años. “Estaba muy buena”, garantiza. “Si cada vez que vas al súper, compras una o dos y las guardas –recomienda-, te puedo garantizar que las puedes tener en tu casa 15 años –se ríe-. También te puedo garantizar que antes de 15 años las vas a consumir todas”.

“No tengo ganas de que se vaya todo al carajo -asegura-. Estoy ya casi jubilado, mi mujer también y vivimos muy bien. Pero al menos si se va, que lo podamos pasar mínimamente decente”. Por cierto, ha publicado un libro: ‘Oscuridad’. “Es precisamente lo que pasó el lunes, pero en lugar de que venga la corriente al cabo de unas horas, simplemente no vuelve”, adelanta. No, no termina muy bien.