Barcelona celebrará del 12 de mayo al 28 de junio su 'fiesta mayor' de la arquitectura

Tras cautivar a más de 50.000 personas en la edición de 2024, regresan entre el 12 de mayo y el 28 de junio las Setmanes de l’Arquitectura de Barcelona, una ‘grande bouffe’ cultural (resulta obvio por el nombre) con la arquitectura como pilar vertebral de un sinfín de actividades. Dura el Festival Grec cada verano una docena de días y la Mercè, mayúscula fiesta mayor de la ciudad, con una programación inabarcable salvo que se tenga el don de la ubicuidad, menos de siete días. Lo que se avecina a partir del 12 de mayo son nada menos que siete semanas consecutivas de actividades organizadas por el Ayuntamiento de Barcelona, la Fundació Mies van der Rohe y una veintena de instituciones vinculadas de un modo u otro a la arquitectura. No es fácil condensar en pocas palabras lo que se avecina, pero quizá una palabra con gancho para resumir el conjunto del programa es que es un largo, paciente y elegante estriptís de una de las señas de identidad de Barcelona, su ecléctica arquitectura, a veces aún por descubrir.

Lo ha explicado la primera teniente de alcalde, Laia Bonet, en una presentación del programa realizada en auditorio único, el Pabellón Mies van der Rohe. “La arquitectura es una forma de mejorar la vida de las personas”. Es cierto que a lo largo de la historia ha sido capaz justo de lo contrario, pero, según Bonet, hay escuela barcelonesa, “una forma de hacer las cosas”, y ha puesto como ejemplo, por inmediato en el tiempo, el reciente estreno del parque de las Glòries.

Primera semana

Hay que insistir en ello. Es aconsejable sumergirse en el programa, pero la arquitecta en jefe de Barcelona, Maria Buhigas, ha desgranado, semana a semana, algunos de los momentos imperdibles.

Todo comenzará con un desembarco de 108 arquitectos en 111 centros educativos de primaria y secundaria para sembrar la curiosidad por este oficio en unos 9.700 alumnos. No es que falten vocaciones, pero la arquitectura es, sin duda, una manera de formar y de distinguir distintas corrientes que es posible conocer en la ciudad. Visitar de la mano de profesionales de este campo el Dispensari Antituberculós de Josep Lluís Sert es una manera de aproximarse al racionalismo. Visionar el documental ‘La delirante historia de la Pagoda’ es una forma distinta de conocer a obra de Miguel Fisac, un arquitecto de vida casi novelesca que se despegó del racionalismo en busca de un sello más popular.

En esa misma línea, el Col·legi Oficial d’Arquitectes de Catalunya (COAC) celebrará su fiesta anual en el recinto de las Llars Mundet, con visitas guiadas y con un homenaje a la ‘volta catalana’ como técnica constructiva.

Segunda semana

Las cooperativas de viviendas y las nuevas formas de habitar un hogar serán el hilo conductor de la segunda semana de programación, que coincidirá en el tiempo con la celebración de la feria Construmat entre el 20 y el 22 de mayo. Y ese último día de la feria se presentará un libro que de un tiempo a esta parte ya ha causado una grata sorpresa en el gremio, ‘Pere Falqués’, el arquitecto municipal de la Barcelona modernista’. Ya fue reseñado en estas páginas, porque Falqués fue el autor de un proyecto fallido para ‘vaticanizar’ la plaza de Catalunya, y es realmente estupendo.

Tercera semana

Música y arquitectura. Ese es el maridaje propuesto para llegar al ecuador de las siete semanas, con propuestas, por ejemplo, como la de visita de la mano de dos arquitectos una de las obras de Rafael Moneo en la ciudad, el edificio de la ESMUC. La ruta terminará de las más natural de las formas, con un concierto de clarinete y electrónica.

La tercera semana será también una oportunidad para acercarse al cine documental relacionado con la arquitectura, con una semblanza de Louis Sullivan, un puntal de la Escuela de Chicago, y también para nuevas presentaciones editoriales, como la del libro ‘Ingenio Modernista’, de Ignacio Paricio y Marc Cabello, en el Palau Güell.

Si de acceder a espacios habitualmente inaccesibles se trata, la oportunidad que brinda el programa es la de acceder al edificio que Álvaro Siza levantó junto al Port Olímpic al Pabellón de la República de Sert, recuperado también con motivo de los JJOO.

Cuarta semana

En 1974 proyectaron Alfonso Milà y Federico Correa la arquitectura de un restaurante referencial de la ciudad, Il Giardinetto, y durante la cuarta semana del festival se celebrará allí la primera sesión de lo que en el programa han sido bautizadas como las ‘Converses desenFADas’, charlas entre dos profesionales del gremio distanciados por la edad.

La cuarta será también semana de visitas guiadas (Gustau Gili, Jardins Laribal, la Pedrera..) y de talleres para toda la familia, una fórmula ensayada con notable éxito en la edición de 2025.

Quinta semana

El 10 de junio entregará el FAD sus prestigiosos premios a la arquitectura, el diseño y el interiorismo y esa misma semana dará 48H Open House una muestra de su gran oficio a la hora de descubrir Barcelona a los propios barceloneses. Bajo el siempre atractivo título de ‘Espais ocults’, los organizadores del festival Open House explicarán la historia de Montjuïc a partir de la visita a 10 rincones ocultos de la montaña.

Sexta semana

Barcelona Regional, el gran ‘think tank’ nacido tras los JJOO y que, desde la sombra, ha estado detrás de los grandes proyectos del área metropolitana, celebrará unas jornadas sobre la ciudad y sus equipamientos vinculados a la salud. Y, en un ejemplo de que el programa tiene una profundidad abisal, esa misma sexta semana será una ocasión para visitar la exposición temporal ‘Un altra casa’, dedicada a Metropoliz, es decir, a cómo en las afueras de Roma una antigua fábrica de salami renació como un museo de arte alternativo.

Séptima semana

La despedida dará cabida a la danza en lugares insospechados, como el Centre Cívic Can Deu, Ca l’Alier o la antigua cárcel Modelo. Y la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de Barcelona celebrará, también con una exposición, sus 150 años de historia.

En resumen, con más de 200 actividades previstas regresa una cita cultural que se consolida año tras año y que en esta ocasión sirve de preludio a un 2026 en el que Barcelona será la capital mundial de la arquitectura.