El futuro de la plaza dels Àngels, a debate: cinco arquitectos reflexionan cómo reformar la plaza dura más famosa de Barcelona

La plaza dels Àngels de Barcelona, conocida internacionalmente como 'la plaza del MACBA', ha abierto una etapa de obras decisiva. Por un lado, el museo de arte contemporáneo ya tiene en marcha la construcción del pórtico que permitirá ampliar el espacio expositivo a costa de una franja de espacio público. Por otro lado, progresan los trabajos de transformación de la capilla de la Misericordia en nueva sede del CAP Raval Nord.

Una vez ambas obras hayan finalizado, una en abril de 2027 y la otra a inicios de 2028, el Ayuntamiento de Barcelona tiene previsto reformar esta famosa ‘plaza dura’ para hacerla más verde y amable. Lo anunció hace ahora 13 meses el alcalde Jaume Collboni, junto a la arquitecta jefe del consistorio, Maria Buhigas. La intervención sigue hoy en fase de diseño, confirman fuentes municipales. EL PERIÓDICO ha consultado a cinco expertos cómo abordarían este reto.

El núcleo de la remodelación será eliminar el zócalo de 1.100 m² que hay delante del MACBA y que tanto gusta a patinadores de medio mundo. Dará paso a vegetación y bancos o sillas para atraer usos vecinales. Varias recreaciones virtuales dibujaban tres opciones para la sustitución, sin que ninguna sea aún definitiva. Este estudio preliminar, por cierto, lo firma Meier Partners, el bufete del arquitecto Richard Meier rebautizado tras su jubilación en 2021. Suya es la fotogénica sede blanca del museo, que la institución denomina Edifici Meier.

El gobierno municipal no esconde que un objetivo fundamental es acabar con el monopolio skater. ¿Cómo? Eso es justo lo que ahora se dirime en los despachos municipales. La letra pequeña no es baladí, pues en Ciutat Vella el urbanismo tiene un gran impacto en la contención o atracción del incivismo, como puede verse en plazas vecinas como la de la Gardunya. 

Aciertos y errores preolímpicos

La reforma tiene también una vertiente simbólica para el ecosistema de arquitectos y urbanistas de Barcelona. Algunos de ellos participaron en la gran operación de los años 80 y 90 para ‘esponjar’ el Raval norte mediante un sistema de plazas que enlaza grandes equipamientos culturales y educativos como el CCCB, el propio MACBA o las facultades de la UB y la Blanquerna. 

La plaza dels Àngels es la piedra angular de un recorrido peatonal paralelo a la Rambla que conecta el Eixample con el corazón de Ciutat Vella. Nació prácticamente de cero -derribos mediante- a través del innovador plan Del Liceu al Seminari de Lluís Clotet y Oscar Tusquets. Tocar Àngels es, en definitiva, abrir una reflexión sobre los aciertos y errores en la creación de esta cadena de espacios públicos. 

Algunos están inacabados o en revisión, como la plaza Castella en la calle Tallers, con obras de mejora este 2024. O la Gardunya, que se beneficiará de los planes de Ayuntamiento y Generalitat para relanzar el antiguo hospital de la Santa Creu. También la pista de baloncesto eternamente provisional en la plazoleta Terenci Moix, que esconde una subestación eléctrica. Tendrá una oportunidad cuando se mude a la Misericòrdia la actividad sanitaria que hoy ahoga el aclamado Dispensario Antituberculoso de Josep Lluís Sert.

No puede descartarse un giro de guión judicial, puesto que los vecinos contrarios a la ampliación del MACBA la han llevado a tribunales. Por extensión, rechazan la reforma municipal al entender que la pérdida de un millar de m² de espacio público no quedará suficientemente compensada por el millar de m² del zócalo reinventado y los 349 m² del mirador que coronará el pórtico. Esta oposición también será determinante para el destino de la zona.

En definitiva, el próximo mandato el Raval norte estará en la palestra. Y la hoja de ruta se fragua ahora. Cinco arquitectos que conocen de cerca los secretos de la plaza dels Àngels reflexionan para El PERIÓDICO sobre su presente, pasado y futuro. 

La receta de Guim Costa: racionalizar usos

El decano del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC), Guim Costa, ve “loable” que el consistorio aproveche la coyuntura para “revisar todo el entorno” de la plaza dels Àngels. Vive en el barrio Gòtic desde hace 25 años y le encanta esta área: “¡Qué gozada, tanto atractivo internacional!”. No obstante, coincide en la conveniencia de diluir la hegemonía skater porque “se ha roto un poco la armonía”. Confiesa que él mismo cruza la plaza “rápidamente” porque tiene sensación de “estorbar”. Así, recomienda “racionalizar usos” para que “los vecinos no pierdan” con la operación.

El pórtico, desde un punto de vista arquitectónico, le parece acertado: “El MACBA crecerá bien”. Y aplaude que el consistorio haya compartido sus primeras ideas para la reforma con el despacho de Richard Meier. “Los edificios tienen autoría y es muy importante ir a buscarla cuando quieres realizar modificaciones”, señala. 

La receta de Lluís Clotet: árboles sí, parterres no

El veterano arquitecto Lluís Clotet, artífice del plan urbanístico que alumbró esta plaza, es muy crítico con la fórmula elegida para ampliar el museo e incluso con el “aislamiento” del Edifici Meier. “El verdadero problema de la plaza es que no tiene actividad, vida, diversidad de usos. Cuando un espacio público se uniformiza está muerto, tanto si la exclusiva la tienen patinadores como si la tienen bares”, advierte. La clave, a su juicio, sería instalar más “servicios y tiendas” en este entorno.

En cuanto al verde previsto, aboga sin tapujos por incorporar árboles y no parterres de césped, dos opciones contempladas en las recreaciones virtuales difundidas por el consistorio hace un año. “Puedes poner tantos árboles como plazas de aparcamiento estés dispuesto a perder debajo: donde estaría el coche del subterráneo, pones una gran maceta de tierra y plantas un árbol impresionante”, describe. En cambio, avisa, “un parterre lo único que hace es limitar aún más la superficie útil de la plaza y en invierno se seca”.

La receta de Ignacio Paricio: sombra y conexión

Ignacio Paricio restauró el Convent dels Àngels en 1984 con Lluís Clotet y Carles Díaz. Aunque el anexo del MACBA “ocultará la fachada medieval” que rehabilitaron, confía en que los autores del pórtico, Harquitectes, “lo harán muy bien”. Pone el foco en el pavimento, que considera “una imposición de Richard Meier, que convenció a Pasqual Maragall” para convertir la plaza en “un podio para su edificio”.

Así que viene de lejos su deseo de reformular este espacio público con un urbanismo “más relajado” y que incorpore sombra para resguardarse en verano. También recomienda mejorar la conexión con la vecina plaza de Joan Coromines, que ve insuficiente: “Era importante para mantener el recorrido peatonal del plan Del Liceu al Seminari”. El plan de Tusquets y Clotet, dice, fue “visionario”, porque anticipaba la importancia de los desplazamientos a pie y del verde urbano.

La receta de Pere Cabrera: compensación y coherencia

Otro conocedor profundo de la plaza es Pere Cabrera, que dirigió el Área de Rehabilitación Integrada de Ciutat Vella (1985), la unidad del consistorio que materializó la reforma del Raval. También ve oportuna la obra del próximo mandato: "En la medida en que se introduzcan obstáculos, los skaters se marcharán y los vecinos ganarán metros de espacio público, aunque pierdan otros por el MACBA", analiza. Confía que los técnicos municipales descifrarán “qué grueso de tierra es necesario” y “si es posible afectar a algunas plazas del aparcamiento” para posibilitar “un arbolado digno”.

Subraya que los patios y plazas nacidos del recinto de la Casa de la Misericordia “forman parte de conjuntos catalogados” y deben mantener una coherencia entre sí. Por ejemplo, “la plaza dels Ángels debe poder interaccionar con el patio de los naranjos” situado tras la capilla de la Misericòrdia. También llama la atención sobre la plaza de Terenci Moix y el antiguo dispensario antituberculoso del GATCPAC: “Es primordial para la arquitectura de Barcelona, pero su entorno está pendiente de rematar desde los años 90”.

La receta de Jaume Carné: abrir el foco

El presidente de la reciente Agrupación de Arquitectos Sénior del COAC, Jaume Carné, ofrece otra visión muy distinta. Es vecino del Raval y ve tan innecesario reformar la plaza dels Àngels como ahuyentar a los patinadores. “Si quieren un cambio de usos deben decirlo y hacerlo, ¡no poner obstáculos y macetas que estropeen la visión de las fachadas!”, exclama. Es pesimista sobre la “envergadura” del árbolado que pueda instalarse y teme “una intervención a medias”.

Urge al consistorio a afrontar de una vez la plaza de Terenci Moix, es decir, la actual pista de baloncesto de la calle de Valldonzella: “Que arreglen esa, que está desangelada y a la intemperie, y dejen la de los Àngels despejada”. En cambio, sí le satisface que Salut quiera mantener usos sanitarios en el dispensario racionalista de Sert: “El CUAP Peracamps bien que tiene dos sedes en Drassanes”.

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