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Nirvana, la perrita marinera de Barcelona que triunfa en Disney+

Ha navegado más de 17.000 millas. Cruzó el Mediterráneo en kayak y ahora se embarca cada semana en un velero en busca de ballenas. Es una de las nuevas estrellas Disney del documental ‘Mascotas’

 Dónde ir a avistar ballenas en Barcelona

Nirvana y Sergi Rodríguez, al timón del 'Ría de Ferrol', el primer barco tradicional que embarca a turistas para avistar ballenas en Barcelona.

Nirvana y Sergi Rodríguez, al timón del 'Ría de Ferrol', el primer barco tradicional que embarca a turistas para avistar ballenas en Barcelona. / Zowy Voeten / EPC

Ana Sánchez

Ana Sánchez

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Nirvana se sienta junto al timón con la mirada resabiada del capitán Jack Sparrow. Lleva chubasquero chillón y cara de tirarte por la borda si le ofreces una Biodramina. Apenas levanta un palmo del suelo, pero te podría contar más batallitas que Jordi Hurtado. Esta perrita tiene más kilometraje a cuatro patas que Froilán de ‘afters’. Hace años que sabe diferenciar proa y popa. Ahí donde la ves, ha navegado más de 17.000 millas. Cruzó el Mediterráneo en kayak. Ahora se embarca cada semana en busca de ballenas. Esta es su quinta temporada de ‘whale watching’ por Barcelona. “¡Guau!”. Se lo acabas diciendo tú a ella.

Nirvana mira un delfín desde la proa del velero.

Nirvana mira un delfín desde la proa del velero. / Zowy Voeten

Se te acerca moviendo la cola sin aires de diva. Parece que la fama aún no se le ha subido a la cabeza. Últimamente la han avistado en formato XXL hasta en vallas publicitarias de Los Ángeles. Es la perrita que sale navegando en kayak en el cartel del nuevo documental de Disney+ ‘Mascotas’, se acaba de estrenar este viernes. Nirvana es una de sus nuevas estrellas Disney de cuatro patas. La suya es una odisea marinera con oleaje, mucho ladrido de “ballena a la vista” y algún susto con lagrimilla. No sale en el documental, pero su dueño acabó llorando ante las cámaras.  

Sergi Rodríguez es el humano que lleva pegado Nirvana desde hace 11 años. La adoptó en Cerdeña durante su travesía en kayak por el Mediterráneo. Ahora es el capitán del 'Ría de Ferrol', un barco de madera de 1949, de esos que crujen con nostalgia. “Queremos recuperar la cultura marinera de nuestros abuelos”, decía Sergi cuando acababa de traerse el velero de Galicia. De eso hace ya cinco años. Mar a la vista, bautizó su proyecto. “Ocio sostenible”, resume el capitán. Es el primer barco tradicional que embarca a turistas para avistar ballenas en Barcelona. Son travesías de 8 horas con una bióloga desde el Port Olímpic (110 €). Hace apenas dos semanas que grabaron la primera de la temporada. De finales de marzo a junio, la costa catalana se convierte en una autopista de rorcuales, el segundo animal más grande del mundo. 

Se necesita un GPS para repasar el currículum de Sergi. Estudió en Irlanda de pequeño, hizo el Erasmus en Inglaterra, acabó la ingeniería industrial en Alemania. Allí encontró trabajo, sí, pero le entró el gusanillo mochilero. “Sergi, ¿tú no querías salir a viajar después de la universidad?”, se recordó a sí mismo. Y cambió la oficina por un kayak. “Me lancé un poco inconscientemente”, recuerda. “Haré la costa catalana”, se propuso. Y se lanzó al mar con un kayak de dominguero. El que conocía, se ríe. Los veranos solía alquilarlos por el Empordà. “El primer día casi naufrago”, se encoge de hombros. “Era más tozudo que experto”. Eso ayuda, garantiza, “mientras no te mates”.  

10.000 kilómetros en kayak

Se compró un kayak bueno. Al mes se le terminó la costa catalana. “Y ahora que has llegado hasta aquí –se dijo-, puedes llegar hasta Gibraltar”. Y fue tirando, tirando. “¿Y si continúo hasta San Sebastián y doy la vuelta a la península entera?”. Allí vivía su hermana. “Me parecía bonito ir a verla en kayak”, se ríe. Tardó 6 meses. E intentó volver a la oficina. “¡Sergi –se dijo-, céntrate!”. Duró un mes. Aún tenía el kayak y mucha costa por explorar. Nueva meta a remar: el Mediterráneo entero. Así se le pasaron cinco años. 10.000 kilómetros a flote.

Sergi se topó en Cerdeña con una perrita callejera. La misma mirada lastimera que Pippin, la de los anuncios sensibleros de los 80s. Nirvana ablandaría hasta a Cruella de Vil. Sergi apenas llevaba un año de viaje en kayak. Le compró un chubasquero y la adoptó como tripulante. “Los primeros días vomitó bastante”, recuerda. Pero aprendió rápido. 

Resumen de la ruta en kayak de Sergi y Nirvana por el Mediterráneo.

Resumen de la ruta en kayak de Sergi y Nirvana por el Mediterráneo. /

Aún entiende su idioma natal. Si le dices “ajò”, se levantará de donde esté. Significa “vámonos” en sardo. Y ahí sigue Nirvana, a pie de timón con 12 años. Ya está en la edad perruna de jubilación. No lo parece. Sigue dando brincos en cuanto aparece un delfín en la proa. Se hace hueco en primera fila sutilmente a culazos. “Le encanta ver saltar a los delfines”, le disculpa el capitán con tono paternal. “Ya sabe diferenciar –asegura- que cuando cogemos los prismáticos es para buscar ballenas y cuando cogemos la cámara es porque ya hemos visto una ballena. Se comporta diferente”. ¿Que si ayuda mucho en el barco? “Emocionalmente”, se ríe Sergi. Aún se hace la remolona cuando le dice que coja el timón.

Nirvana, al timón del 'Ría de Ferrol'.

Nirvana, al timón del 'Ría de Ferrol'. / Zowy Voeten

Lo de avistar ballenas no es lo más insólito que ha hecho Nirvana en su vida. Hasta ha criado a un gato callejero. Goku, se llama. "Es la parte más tierna del documental", destaca Sergi. "Nirvana se hizo madre de un gatito. Le salió la vena maternal". Incluso lo amamantó.

¿El momento más lacrimógeno? “La perdimos un día”, responde Sergi aún con nudo en el estómago. Lo han tenido que recortar en el documental, pero se puso a llorar al recordarlo ante las cámaras. Ocurrió hace cuatro o cinco años, en la Barcelona postpandemia. “Una mujer se la llevó a su casa –explica-. Estaba un poco loca y me dijo que se la quería quedar. Me llamó al cabo de 24 horas”. “Dime dónde estás –le suplicó- por favor, por favor”. Al final se lo dijo, quedaron y recuperó a Nirvana tras 24 horas de angustia. “Es familia –resopla Sergi-. Más casi que un familiar. Estamos pegados”. 

La perrita marinera no reacciona a los sentimentalismos. Se pasea por cubierta con su chubasquero chillón a lo Capitán Pescanova. “¿¿Qué es eso??”. Nirvana se pone en guardia al segundo con la lengua fuera. Sergi acaba de coger los prismáticos. “¡Guauuu!”. En este barco toda la tripulación acaba hablando perruno.