Crisis hídrica

Termina la sequía en Barcelona, ¿podremos volver a llenar piscinas y funcionarán las fuentes?

El alcalde Collboni asegura que la ciudad seguirá adelante con las inversiones ya iniciadas para paliar la falta de agua, con las que se aumenta en un 20% el uso de aguas freáticas para riego de jardines y limpieza de calles

Catalunya declara el fin de la sequía: se levantan todas las restricciones en Barcelona

Una piscina vacía en obras, a la derecha, junto a otra llena, en Barcelona.

Una piscina vacía en obras, a la derecha, junto a otra llena, en Barcelona. / EPC

María Jesús Ibáñez

María Jesús Ibáñez

Barcelona
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El fin de la crisis hídrica en Catalunya, declarado este sábado por la Generalitat, permite que la ciudad de Barcelona, su área metropolitana y el resto de los 202 municipios que beben del sistema de los ríos Ter y Llobregat pasen a la denominada fase de prealerta y recuperen la normalidad tras dos años de restricciones. El levantamiento de las limitaciones, que se aprobará definitivamente este martes en Consell Executiu y que entrará en vigor en los próximos días, una vez se publique en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGC), implica que, por ejemplo, se puedan volver a usar mangueras para regar las calles, que las piscinas que carecen de mecanismos de recirculación del agua puedan volverse a llenar y que espacios verdes y jardines se puedan regar sin tener que mirar el calendario.

El alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, que ha celebrado la decisión del Govern, ha anunciado que, pese a todo, "Barcelona seguirá adelante con todas las actuaciones previstas en el Plan Clima que engloba todas las medidas de adaptación al nuevo escenario de ausencia de lluvias". Collboni recuerda que se han habilitado 14,4 millones de euros para financiar el Plan de Recursos Hídricos Alternativos, que prevé, entre otras cosas, un mejor aprovechamiento de las aguas freáticas. Son inversiones, ha subrayado el alcalde, que permitirán aumentar, por ejemplo, en un 20% el agua procedente del subsuelo para limpiar y regar los parques y jardines.

Más allá de las inversiones y regulaciones que adopte a partir de ahora cada ayuntamiento, estas son las medidas que se aplicaban con el anterior estado de alerta y que ahora quedan derogadas, según prevé el plan especial de sequía. Eso sí, las autoridades (y el sentido común) recomiendan que se eviten los excesos y los usos innecesarios.

Se pueden volver a llenar las piscinas, aunque estas no tengan un sistema de recirculación del agua.

Hasta ahora, se podían rellenar parcialmente todas las piscinas (públicas o privadas) siempre que dispusieran de estos mecanismos, pero solo en las cantidades indispensables para garantizar la calidad sanitaria del agua. También estaba permitido el primer llenado de piscinas de nueva construcción y de aquellas que hubieran sufrido obras de rehabilitación o modificación del vaso. Las de centros de juventud y las de uso terapéutico o educativo también estaban previstas antes. Estas limitaciones no se aplicaban a las piscinas de agua de mar que se llenen y vacíen sin conexión a las redes de abastecimiento.

El riego de jardines y zonas verdes, que hasta ahora estaba restringido al horario nocturno, de 20.00 a 8.00 horas, se extiende ahora a todo el día. Los jardines particulares también pueden normalizar las jornadas de riego, que hasta ahora estaban limitadas a dos días por semana.

Se aconseja, no obstante, que la dotación de agua sea la mínima indispensable y que se evite el riego en momentos de lluvia. Se levanta también la limitación de no se supere un volumen de 450 m³/hectárea/mes.

Las fuentes ornamentales, lagos artificiales y otros elementos de uso estético del agua volverán a llenarse. Hasta ahora han estado secos, excepto aquellos lagos artificiales que sirven como soporte vital a animales y plantas acuáticos.

Los particulares que lo consideren necesario podrán volver a regar calles, pavimentos, fachadas y similares utilizando mangueras de agua. En anteriores fases del plan de sequía, ya se podían realizar estas tareas con fregona, cubo y esponja, o con sistemas de limpieza de alta presión.

Los servicios municipales sí han podido realizar la limpieza de calles estos últimos meses, pero con el mínimo gasto de agua indispensable, priorizando, siempre que era posible, el uso de agua regenerada.

Solo los establecimientos comerciales que contaban con sistemas de recirculación de agua han podido seguir prestando el servicio de lavado durante la sequía. A partir de ahora, se incorporan otra vez aquellos que no disponían de este mecanismo de ahorro de agua. Y aunque se recomienda que la limpieza de cristales, espejos, retrovisores, luces y matrículas se sigan haciendo con esponja y cubo, ahora ya no es una obligación, como sí lo era antes.

Fuera de estos establecimientos comerciales únicamente podían lavarse con mangueras aquellos vehículos en los que hay que garantizar la seguridad y salud de las personas y los animales que transportan, es decir, los camiones o furgonetas que trasladan de animales (vivos o muertos), ambulancias, vehículos médicos y de transporte de medicamentos y residuos.

Hasta ahora, las explotaciones ganaderas de la zona del Ter-Llobregat solo podían limpiar sus instalaciones con sistemas de limpieza a presión o con otros métodos de eficacia equivalente. Esta restricción se levanta ahora, así como la del abastecimiento limitado a un cupo de agua potable para dar de beber y limpiar a los animales. Para esta última función, solo se podían utilizar las cantidades imprescindibles para mantener las condiciones sanitarias y únicamente en caso de no disponer de una fuente alternativa.