A la espera de cierre

La perrera de Barcelona contrata a paseadores de perros y etólogos en medio de otro conflicto laboral

Los problemas del centro municipal de animales reflotan con las quejas por el despido de ocho educadores caninos y el veto del TSJC a que las obras del nuevo equipamiento con aumento de plazas empiecen en una zona forestal

La falta de espacio obliga a trasladar más de 100 perros fuera del centro de animales de Barcelona

Perros paseados en torno al Centro de Acogida de Animales de Compañía de Barcelona, en una imagen de archivo.

Perros paseados en torno al Centro de Acogida de Animales de Compañía de Barcelona, en una imagen de archivo. / ÁLVARO MONGE

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

Barcelona
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La perrera de Barcelona arrastra dificultades desde hace tiempo. El Centro de Acogida de Animales de Compañía de Barcelona (CAACB), abierto desde 1972 en la carretera de la Arrebassada, ha envejecido sin plazas suficientes para todas las mascotas que requieren amparo en la capital, lo que ha derivado en traslados habituales de perros a albergues de fuera de la ciudad. Al mismo tiempo, ha encallado la mudanza a unas instalaciones más amplias en un terreno de Collserola perteneciente a Montcada i Reixac. Una denuncia de la organización ecologista DEPANA llevó a un juzgado a paralizar de forma cautelar el inicio de la construcción del nuevo equipamiento sobre suelo forestal en 2023, una orden que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) ratificó este enero. En paralelo, un nuevo conflicto laboral ha reavivado tensiones en las dependencias ubicadas en el parque natural.  

El Ayuntamiento de Barcelona -titular de la perrera- ha anunciado la contratación de ocho etólogos y cinco paseadores de perros para el centro. Esta última figura -inexistente hasta ahora en el CAACB- responde a uno de los compromisos acordados hace más de un año para poner fin a una huelga que se alargó en el centro de animales durante 59 días entre 2023 y 2024. Un tercio del personal se declaró en paro y puso de manifiesto que había canes que se pasaban tres o cuatro días enjaulados por falta de plantilla, a riesgo de que las mascotas se angustiasen y mordieran y atacaran a empleados y voluntarios.

El reverso de las incorporaciones es que ocho educadores caninos denuncian que han sido despedidos por lo que consideran una represalia. Todos ellos, afiliados al sindicato CGT, denunciaron por presunto acoso laboral al ayuntamiento y la empresa que los subcontrataba, Help Guau. Aseguran que se les presionó y se les relegó tras difundir que el centro sufría de “masificación”, cuestionar una eutanasia practicada a un perro y oponerse a que 11 mascotas fueran reubicadas de centro sin su visto bueno, lo que acabó suspendiéndose. El juicio se celebró en febrero y está pendiente de sentencia.

Reorientar el servicio

Los miembros del equipo de comportamiento canino dejarán de trabajar en el CAACB a partir del viernes. El gobierno municipal comenta que se ha optado por “reorientar el servicio” para sustituir a los educadores por etólogos y paseadores, coincidiendo con la finalización del contrato adjudicado a Help Guau.

Siempre hemos pedido que haya paseadores, porque sigue siendo muy complicado que los perros salgan cada día de las jaulas, ¿pero quién se los presentará y les explicará sus necesidades? ¿Los voluntarios, cuando no es su trabajo? No entendemos el cambio”, manifiesta Tania Schioppa, una de las empleadas de las que se prescinde. Expresa que los ocho destituidos reclaman conservar sus puestos y planean impugnar los despidos. Defienden que las funciones que los etólogos pasarán a cubrir son las mismas que ellos desempeñan y que la nueva empresa que se haga cargo de los cuidados de las mascotas tendría que subrogarlos. 

Schioppa sostiene que el relevo se está haciendo de tal forma que amenaza con perjudicar y estresar a los animales que han tratado para reconducir el mal comportamiento que mostraban. Destaca que los profesionales cesados han solicitado una reunión con la teniente de alcalde Laia Bonet para exponerle sus inquietudes. 

Empleados del Centro de Atención de Animales de Compañía de Barcelona.

Empleados del Centro de Atención de Animales de Compañía de Barcelona. / ÁLVARO MONGE

¿Qué será de esos perros si no podemos hacer un traspaso de información a los nuevos trabajadores? El ayuntamiento demuestra que no piensa en los animales ni en los trabajadores, porque quienes entren deberán volver a tomar confianza con los perros desde cero”, se responde. “Ahora están equilibrados, salen a pasear y están bien y, aunque son de baja adoptabilidad, no es imposible -subraya-. Nos preocupa mucho el destino de esos perros. El proceso para reorientar el servicio se está haciendo a escondidas y sin darnos explicaciones”.

Aumento de ingresos

El ejecutivo municipal responde que las variaciones responden a la necesidad de contar con “un equipo cualificado de Etología, dada la naturaleza compleja de los perros acogidos de larga estancia”. Añade que se ha producido un “incremento notable de las entradas de perros con problemas de comportamiento, que dificultan su adopción”

A su vez, el ayuntamiento señala que, con las nuevas contrataciones, pretende “aumentar las adopciones y reducir la cabaña de perros actualmente existente en el CAACB”. La media estable es de 160 canes y 150 gatos. Agrega que se persigue “mejorar las condiciones de estancia de los perros en el centro, a través del incremento de los paseos de refuerzo a los que ya hace el voluntariado”. Remacha que los paseadores “serán un recurso adicional” a los voluntarios y que “no habrá ningún cambio” en los proyectos en los que quienes acuden desinteresadamente a la perrera están involucrados.

Schioppa afirma que, a diferencia de meses atrás, ahora solo hay dos perros que comparten una misma jaula. En su caso, conviven porque llegaron juntos al centro. “Durante una temporada hemos conseguido que se vacíen jaulas porque hubo bastantes adopciones, pero sigue habiendo muchos perros, porque no paran de entrar y los hay que están retenidos, porque se busca al dueño o están hospitalizados, y las estancias se alargan muchísimo”, precisa la educadora.

Al margen, el ayuntamiento anuló en marzo cinco contratos vinculados a las obras del centro de animales proyectado en Montcada, incluido el de construcción, que se llegó a conceder por 13,39 millones de euros sin IVA incluido. Las cancelaciones son fruto de una sentencia reciente del TSJC, que reafirma que edificar el CAACB “en un espacio forestal protegido puede producir efectos irreversibles” y daños “de difícil reparación” en el paraje, donde DEPANA advierte que hasta 283 árboles podrían verse afectados. La suerte de la nueva perrera permanece en el aire hasta que el TSJC resuelva el contencioso contra el plan especial que ampara levantarla en zona boscosa.