Plan Director Urbanístico Metropolitano

Las alegaciones empujan al AMB a volver a aprobar inicialmente el PDU de la BCN metropolitana

El ente busca garantizar su seguridad jurídica ante los cambios sustanciales que implican las aportaciones municipales

CONTEXTO | Una nueva aprobación inicial sobrevuela el PDU de la BCN metropolitana una década después de iniciarse su redacción

Panorámica metropolitana desde Santa Coloma de Gramenet.

Panorámica metropolitana desde Santa Coloma de Gramenet. / Zowy Voeten

Manuel Arenas

Manuel Arenas

Barcelona
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Los augurios se confirman. La hoja de ruta urbanística de la Barcelona metropolitana, el Plan Director Urbanístico Metropolitano (PDUM), se tendrá que volver a aprobar inicialmente para garantizar su seguridad jurídica tras las contundentes alegaciones de los ayuntamientos del área de Barcelona, tal y como adelantó EL PERIÓDICO. La primera aprobación se produjo en marzo del 2023, justo antes de las elecciones municipales, como gesto político del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) que en ese momento lideraba Ada Colau (Comuns) para cumplir con el plan del mandato pasado. Esta segunda aprobación inicial se prevé para marzo del 2027, antes de las elecciones municipales, lo que lleva al PDUM a la misma casilla de salida cuatro años y un mandato después.

La decisión se ha tomado recientemente en un Consejo Ejecutivo del AMB a partir de un informe urbanístico que analiza las aportaciones de los consistorios, confirma el vicepresidente de Urbanismo y Espacios Naturales del AMB, Damià Calvet (Junts), también concejal del Ayuntamiento de Barcelona y 'exconseller' de Territori de la Generalitat. Aunque la segunda aprobación inicial es una fórmula anómala e imprevista, las sólidas alegaciones municipales han empujado al AMB a aplicarla para garantizar la seguridad jurídica del plan. En palabras de Calvet, "el AMB se debe a sus ayuntamientos". El movimiento coincide precisamente con el fin de la suspensión de licencias del PDUM a raíz de su primera luz verde hace exactamente dos años.

Lo que implica que se deba proceder a una segunda aprobación inicial es que, de las alegaciones e informes recibidos durante la fase de exposición pública, se desprenden cambios que implican modificacions sustanciales del texto inicial, en términos de la legislación urbanística. Es decir, no ajustes puntuales sino cambios de modelo urbanístico. El vicepresidente Calvet ya corroboró a este diario que el informe del AMB detecta que, efectivamente, entre las aportaciones de los ayuntamientos metropolitanos "se detectan algunas potenciales modificaciones sustanciales".

El procedimiento administrativo habitual en los planes urbanísticos pasa por una primera aprobación inicial, una posterior aprobación provisional y, por último, una aprobación definitiva. El AMB trabaja con el horizonte de que el PDUM obtenga el beneplácito definitivo durante la segunda mitad del 2027. Tal y como ocurrió en la primera aprobación inicial, volverá a abrirse un periodo de exposición pública, en este caso más reducido. En él podrán volver a alegar tanto ciudadanos a título particular como ayuntamientos y sectores implicados. El AMB recibió unas 3.000 alegaciones durante la primera fase, que se alargó hasta diciembre de 2023 para la ciudadanía y hasta abril de este 2024 para los ayuntamientos.

Las infraestructuras, en el centro del debate

Pese a que desde el AMB no precisan en qué cuestiones concretas surgen tensiones entre la actual redacción del PDUM y los consistorios, Calvet admite que el debate urbanístico está en cómo el plan impacta en áreas locales contempladas en ámbitos de centralidad metropolitana, especialmente en lo que se refiere al contacto con las infraestructuras próximas al Baix Llobregat y el Vallès. El PDU estipula dos tipos de ámbitos de centralidad metropolitana: los ordenados —por ejemplo, el sector Porta Diagonal, La Torrassa o el Besòs— y los no ordenados, todavía por desarrollar —Baricentro, el sector Porta Delta o el eje entre el Besòs y la C-31 que divide Badalona—.

Paralelamente a la tramitación del PDUM, el AMB se halla en un diálogo permanente tanto con el Ayuntamiento de Barcelona como muy especialmente con la Generalitat. Dos de sus comisiones de urbanismo, la metropolitana y la de Catalunya, deberán dar el visto bueno definitivo al plan. Calvet asume que el PDUM aprovecha "cada pequeña posibilidad de la legislación urbanística". Y serán los órganos urbanísticos de la administración catalana los que concluyan si el PDUM se adecúa a la legalidad vigente y si se alinea con otros instrumentos como el Plan Territorial Metropolitano de Barcelona o el Plan Director de Infraestructuras.

Entre los hitos que incorpora el PDUM destacan la construcción de 217.142 nuevas viviendas (120.000 de ellas a precio asequible) o la reducción a la mitad del uso del coche antes del 2050. Otra novedad del plan es la sensibilidad medioambiental a través de la ordenación de la denominada 'infraestructura verde' metropolitana —identifica 870 km de ejes verdes— como base estructural del desarrollo urbano. El PDU propone también diez avenidas metropolitanas que suman unos 240 km, como por ejemplo una Gran Via Metropolitana entre Castelldefels y Montgat.