Abierta en 1901
Cierra Casa Jornet, tienda de muebles centenaria de Barcelona que frecuentaba Antoni Gaudí
El establecimiento de la calle de la Palla liquida existencias y bajará la persiana en los próximas días ante la inviabilidad de su negocio en el Gòtic más turístico
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Liquidación por cierre en la tienda de muebles centenaria Casa Jornet / Marc Asensio


Patricia Castán
Patricia CastánPeriodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
Abrió en 1901 en la calle de la Palla, en pleno corazón del Gòtic, tuvo visitantes ilustres como el mismísimo Antoni Gaudí y adaptó al mercado su oferta de mobiliario y ebanistería hasta el último momento, pero 124 años después Casa Jornet anuncia su cierre, que se hará efectivo en los próximos días. La saga familiar, con cuatro generaciones tras el mostrador y el taller, se despide con una liquidación y el reto de vaciar un enorme archivo que retrata mucho más que un siglo de ventas. La centenaria y reconocida tienda no ha podido sobrevivir a la evolución del barrio, donde el turismo marca el ritmo comercial. "Los barceloneses ya no bajan a comprar aquí, era imposible continuar", resuelve con resignación Ferran Gómez Jornet, que en los últimos años había llevado en negocio en solitario y con colaboradores. "El barrio se ha ido a hacer puñetas", concluye.

Ferran, cuarta generación al frente de la tienda de muebles centenaria Casa Jornet / Marc Asensio
El hombre anda trajinando cajas de documentos que tenían en el altillo. Lo primera que abrió hace unos días databa de 1930, así que la obligada tarea de hacer limpieza será ardua. De momento está trasladando el material a la calle de Traginers, donde mantendrá su almacén y taller para encargos puntuales. Entre facturas y pedidos abundan los planos de piezas y muebles que hicieron a medida, y también del "arte religioso" que en la primera etapa centró buena parte de su actividad, cuando hacían capillas y trabajaban incluso con la Catedral. De hecho, el local es propiedad del Oratorio de Sant Felip Neri, y el alquiler no ha sido el motivo del cierre, enfatiza a EL PERIÓDICO.

Liquidación por cierre en la tienda de muebles centenaria Casa Jornet, en el Gòtic / Marc Asensio
El negocio lo fundó su bisabuelo Miquel Jornet Estivill, artífice de pupitres, estanterías y muchas creaciones para iglesias, hasta que murió en 1920 y fue relevado por su hija Joaquima Jornet i Artigas, que se casaría con Joaquim Gómez i Gómez, pero se mantendría al mando del establecimiento --sacando adelante a cuatro hijos-- cuando su marido fue fusilado durante la Guerra Civil. Fueron tiempos en que Gaudí, que acudía diariamente a rezar a Sant Felip Neri, visitaba la tienda de los Jornet, rezaba al Sant Josep --patrón de los carpinteros-- que conservan en la trastienda y tomaba un café con la familia. Después, la etapa bélica cambió el enfoque del comercio, que pasó a centrarse en la ebanistería.

Capilla en la trastienda de la Casa Jornet, a la que acudía a diario Antoni Gaudí / Marc Asensio
Los mejores tiempos
Y contó con la suerte con que dos hijos siguieran el negocio familiar y en concreto Miguel, tío del actual titular, estudiase en La Llotja e introdujese más diseño en Casa Jornet. La firma llegó a contar con tres tiendas. Ferran relata que los años 60 y 70 fueron los mejores para esta empresa de artesanos, que creaban muebles a medida, colecciones propias y las distribuían en conocidas tiendas y hasta en El Corte Inglés. También tapizaban y decoraban hogares completos.

Liquidación por cierre en la tienda de muebles centenaria Casa Jornet / Marc Asensio
A principios de los años 90 entró en escena Ferran como cuarta generación, y en 2002 se alió con su hermano Eduard, aunque este tomó otro camino profesional tras la pandemia. Con el tiempo, a sabiendas de que el mueble a medida perdía mercado en la misma medida en que Ikea arrasaba, los Gómez Jornet impulsaron diferentes líneas de negocio y para distintos bolsillos, en los años en que les agasajaron con placas y diplomas por su centenario. La última etapa había profundizado en el mercado de las sillas y de oficina. Pero la realidad es que "ya no llegaban clientes del resto de la ciudad más que para reparaciones, no para compras". Y los encargos de arquitectos o para oficinas los atendía directamente por mail o whatsapp.
"Ya no llegan clientes del resto de la ciudad más que para reparaciones"
Así que Ferran, que actualmente trabajaba como autónomo y contrataba colaboradores para los montajes, llegó a la conclusión de que no merecía la pena mantener abierto el histórico local. Seguirá con peticiones profesionales con cita previa en el almacén de 200 metros cuadrados cercano, donde habilitará un 'showroom'. Pero se marcha a trabajar a un taller de Girona donde completará los siete años de cotización que aún necesita para poder jubilarse.

Liquidación por cierre en la tienda de muebles centenaria Casa Jornet / Marc Asensio
Deja claro que en este caso no ha habido una subida de alquiler que haya propulsado el cierre de la tienda, como suele ser habitual en la zona. Al contrario, admite que tenía un alquiler bajo "para la zona", aunque había sido actualizado en diferentes ocasiones. Pero el negocio ya era inviable con el actual modelo.
"Solo hay turistas, y tiendas para ellos", afirma. Una nueva realidad incompatible con propuestas comerciales como la suya. Lleva semanas de liquidación, preparando la salida, que ahora se ha despejado con su nuevo puesto de trabajo. A pocos días de bajar la persiana, aún pueden comprarse algunos muebles y muchas sillas al 50%, aunque sobre todo hay piezas sueltas, advierte, porque los juegos completos han volado.
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