Movilidad

Un vecino de Sant Andreu exige el traslado de una parada del bus H6 porque los conductores no apagan los motores

Los vehículos pasan más de seis minutos encendidos en el fin de ruta de la línea, en Pare Manyanet, y el Síndic Bondia insta a TMB a que no superen los dos minutos que fija la normativa

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La parada de la línea H6 en Pare Manyanet donde los vecinos se quejan por el ruido y la contaminación que causan.

Toni Sust

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Barcelona
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Manuel Redondo es vecino del número 46 de la calle del Pare Manyanet, en Sant Andreu. Vive justo delante de una de las paradas de fin e inicio de la línea H6 del bus, Onze de Setembre (el otro extremo está en Zona Universitaria), y denuncia molestias insufribles que tienen su origen en el hecho de que cuando los vehículos se detienen allí, tras acabar su trayecto y antes de iniciarlo de nuevo, están un largo rato sin apagar el motor.

Él reside a tres metros de donde los autobuses –a veces varios a la vez- generan ruido y humos y ante esta situación, que sostiene que a menudo impide a los vecinos tener las ventanas abiertas, lleva protestando por lo menos tres años. Desde 2022, ha denunciado la situación en audiencias públicas del Ayuntamiento de Barcelona y ha presentado varias quejas al consistorio y a Transports Metropolitans de Barcelona (TMB).

Trasladar la parada

Solicita que los conductores apaguen el motor, lo que de hecho afirma que ya hace de viva voz desde su ventana, sin lograrlo salvo alguna excepción, asegura. También ha propuesto un remedio más definitivo, que la parada sea trasladada. Pero por ahora no ha tenido éxito, y su mosqueo ha ido en aumento. Por ello en diciembre pasado acudió al Síndic de Greuges de Barcelona, David Bondia, que este viernes ha emitido una resolución sobre el caso.

Como prueba de lo que considera un calvario, Redondo, de 61 años, ha aportado al Síndic un vídeo grabado el 6 de enero pasado en los que aparecen autobuses parados y con el motor encendido durante seis minutos, lo que supone una vulneración del artículo 44-3.7 de la Ordenanza del Medio Ambiente, que, subraya la resolución de Bondia sobre el caso, indica que un vehículo –no un autobús, cualquier vehículo- no puede estar encendido más de dos minutos si está parado.

Un autobús frente a los edificios de los vecinos que sufren las molestias, el pasado martes.

Un autobús frente a los edificios de los vecinos que sufren las molestias, el pasado martes. / Macarena Pérez

El aire acondicionado

“Hay autobuses que tienen 20 años, y les pegan unas acelerones. Lo peor de todo es el aire acondicionado, es increíble el ruido. En verano la gente sale a los balcones chillando para que apaguen los motores. Pero pasan de todo, se van al bar y lo dejan abierto”, relata Redondo.

En verano el problema es mayor, porque apagar el autobús supone, en efecto, apagar el aire acondicionado, y a la vista del calor vivido en los meses más cálidos de los últimos años en Barcelona la situación es límite. El problema es que el ruido también lo es para los vecinos.

El vado y los horarios

Redondo también ha experimentado otras molestias: “Me encontré el vado tapado por un autobús que me impedía sacar el coche. No siempre lo tapan, pero es que a veces se juntan aquí tres autobuses parados. Depende de la hora del día, pero normalmente siempre hay dos parados, menos en al franja de las dos a las cuatro de la tarde”.

Según los horarios que indica TMB, el H6 circula los días laborables de las 06.09 a las 21.35, los sábados de las 07.40 a las 21.35 y los domingos y festivos de las 8.40 a las 21.35. Eso supone que durante gran parte de la noche no se dé el problema, aunque eso no es garantía para todos. Redondo, que trabaja en el Aeropuerto de El Prat como operario de rampa en la pista, se levanta a menudo a las tres de la madrugada para entrar a trabajar a las seis. A las dos de la tarde acaba y a las tres y media está en casa. Y ni siesta ni niño muerto: “No puedes echar una cabezadilla”.

Traslado

El vecino considera que no sería ningún problema trasladar la parada al punto de Pare Manyanet que se encuentra unos 90 metros antes, entre el Pavelló del Camp del Ferro y el campo del Sant Andreu: “Allí no hay vecinos”. Pero TMB ha rechazado esa posibilidad.

Redondo ha documentado en un vídeo otro problema generado por los autobuses estacionados en la parada, que refleja otro de sus vídeos: cuando viene el camión de la basura y se detiene junto a los contenedores, los coches que vienen detrás no pueden adelantarlo porque los autobuses se lo impiden, y se genera un tapón que incrementa el número de vehículos encendidos hasta convertir la acera del 46 de Pare Manyanet en algo así como la grada del Circuito de Montmeló.

Detalle de la señal que indica la parada de fin de ruta del H6.

Detalle de la señal que indica la parada de fin de ruta del H6. / Macarena Pérez

La segunda queja

Un conductor de autobús que prefiere reservar su identidad comenta los argumentos del vecino, al tiempo que confirma que es frecuente que no se apague el motor: “Si es un modelo viejo y lo apagas, puede que ya no puedas encenderlo”. Pero el caso es que la ordenanza es clara, y así lo subraya la resolución del Síndic de Greuges de Barcelona, que considera acreditado que los autobuses de Pare Manyanet incumplen la norma.

La sindicatura ya recibió una queja similar de un vecino de la Gran Via de Carles III, en este caso sobre la línea 59 del bus, pero entonces el denunciante aportó un video que no superaba los dos minutos. En este caso, el organismo pidió en diciembre información sobre el caso denunciado a TMB, que la aportó ese mismo mes. En enero, el síndico envió a la empresa las imágenes del vecino que demostraban el incumplimiento de la ordenanza.

Según la resolución de Bondia, TMB ha argumentado que cuando le llegaron las quejas insistió a los conductores sobre la obligación de apagar los motores para no incumplir la ordenanza, si bien no ha tramitado ningún expediente sancionador, algo que justificó por la falta de una “prueba fehaciente que acredite la infracción”.

El síndico constata que las “acciones preventivas” de TMB “no han sido eficaces” y recomienda a TMB un “plan de acción” para que los conductores paren los motores y valore “una acción coordinada con la Guardia Urbana para denunciar estos comportamientos”. Ahora está por ver si los agentes acudirán o no a controlar que los autobuses que se detienen ante la vivienda de Redondo se pongan de una vez en modo silencioso. 

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