Barcelona planifica cómo desplegar contenedores de basura inteligentes para cumplir con la UE

El Ayuntamiento de Barcelona ha empezado a estudiar cómo desplegar contenedores de basura inteligentes para mejorar el reciclaje en la ciudad. Si la capital catalana quiere cumplir con la normativa europea de llegar a una tasa de reciclaje del 65% en 2035, debe evolucionar su sistema de recogida selectiva. En otras palabras: necesita que se recicle más y mejor. La tasa de recogida de residuos se sitúa actualmente en el 41%, todavía a un buen margen de distancia de lo que marcan los objetivos europeos.

El primer paso que ha decidido dar el consistorio ha sido la creación de un grupo de trabajo que analice cómo implementar los contenedores de basura inteligentes. Se trata de depósitos cerrados, que solo se abren con una tarjeta o un llavero personalizados para que el sistema sepa quién está depositando residuos. Para abrir el contenedor basta con acercar el llavero a un lector situado en la parte frontal. La puerta se desmagnetiza y la tapa se puede elevar sin problema accionando el pedal o la manopla. 

El cambio de modelo no implica comprar nuevos contenedores para Barcelona, puesto que los instalados con el nuevo contrato de limpieza en 2022 ya tienen un diseño preparado para la incorporación del lector. El mayor reto es administrativo: la apertura individualizada de los contenedores está vinculada a un modelo de tasa justa de recogida de residuos, es decir, que quién más recicle obtenga un descuento en la tasa anual ordinaria.

Prueba piloto en cuatro zonas

Según ha podido saber EL PERIÓDICO, el planeamiento municipal es empezar con una prueba piloto en cuatro zonas de la ciudad, una para cada adjudicatario del nuevo contrato de limpieza municipal, y una vez consolidada ir extendiendo el nuevo sistema progresivamente. Estas cuatro zonas, todavía por decidir, albergarían unos 50.000 vecinos. Decisiones como las ubicaciones y el calendario se tomarán en el marco de la mesa de trabajo, donde primero se evaluará la metodología a seguir.

El gobierno municipal de Jaume Collboni impulsó este grupo de trabajo fruto del compromiso que adquirió en la comisión de Urbanismo del pasado noviembre, a petición de Junts. El ejecutivo y los grupos de la oposición, junto al equipo técnico del ayuntamiento, ya han iniciado la deliberación. Entre todos compartirán y harán el seguimiento de los trabajos necesarios para estudiar su despliegue. Propiciar un acuerdo transversal es una vía más lenta pero mucho más segura que impulsar en solitario la medida, que tiene elevados costes políticos porque obliga a la población a cambiar de hábitos.

La intención es "tomar decisiones de la manera más consensuada posible", confirman fuentes municipales a EL PERIÓDICO. De momento este grupo sólo se ha reunido una vez, cuando se constituyó el 21 de enero. Según ha podido saber este diario, en él se acordó establecer un calendario para visitar cuatro experiencias de otros municipios.

Tres de ellas ya tienen fecha para las tres próximas semanas: en Sant Just Desvern el 12 de marzo, en Manresa el 18 de marzo y en la Seu d'Urgell el 24 de marzo. En Sant Just y en la de la Seu d'Urgell (que será telemática) participará el alcalde de la población junto a técnicos y a los concejales de la oposición que lo requieran. El gobierno también ha enviado a los grupos municipales un estudio de experiencias en contenedores inteligentes de otros municipios y se han comprometido a concretar esta semana la segunda sesión del grupo de trabajo.

La experiencia en otros municipios

De forma previa, el ayuntamiento ha evaluado los resultados obtenidos en otros municipios catalanes que han desplegado los contenedores inteligentes. "Técnicos de residuos de Barcelona ya nos han llamado para conocer el modelo de Manresa con detalle y estamos en contacto con ellos para facilitarles toda la información que necesiten", explica el alcalde de la capital del Bages, Marc Aloy. Manresa se ha convertido en una de las ciudades más importantes en la apuesta por este modelo de reciclaje.

El consistorio barcelonés también se ha fijado en ciudades como Sant Just Desvern, Montgat, Tarragona y Montmeló, además de Pamplona, Palma de Mallorca y Bilbao. E incluso ha comprobado el sistema de Verona y Pisa. Con esta evaluación, ha constatado que este modelo que puede ser clave para lograr los objetivos marcados en la normativa vigente.

Las dudas de la oposición

De momento, gobierno y oposición tienen trabajo por delante. Desde Junts, la concejal Francina Vila ha explicado a EL PERIÓDICO que, aunque ven “favorable este paso”, no comparten que los contenedores tengan “solo la función identificadora del usuario y el permiso de acceso para depositar la basura”. “Se puede aspirar a introducir más funcionalidades”, como por ejemplo el porcentaje de reciclaje.

Para el concejal de los Comuns, Guille López, establecer estas cuatro zonas con 50.000 habitantes “se queda un poco corto” y recuerda que todos los municipios metropolitanos están impulsando mejoras en la recogida de residuos. “Barcelona, que normalmente es quién lidera las políticas ambientales, se está quedando un poco atrás”, lamentan fuentes del grupo a este diario.

Por el contrario, la concejal de ERC, Rosa Suriñach, celebra que se parta de una prueba piloto y no de una implementación masiva. Incluso le parece “excesivo” incluir 50.000 vecinos en un inicio. Lamenta la falta de información por ahora, pide concreción al gobierno y le recuerda que no pueden volverse a repetir “errores del pasado con sistemas que generan rechazo por mala información o mala gestión”.

Del mismo modo, el PP asegura que está dispuesto a “escuchar y ver cómo se materializa” el cambio, pero de momento no concreta su postura. “Tenemos poca información”, asegura.

Empezar de cero

La experiencia del puerta a puerta de Sant Andreu sirvió para que el Ayuntamiento de Barcelona desplegara los primeros contenedores inteligentes. Este otro sistema fue diana de numerosas críticas, tanto vecinales como políticas, que forzaron la introducción de mejoras necesarias. El fuerte rechazo social frenó los planes del ayuntamiento, que estaba decidido a expandir el puerta a puerta a Horta y Sant Antoni, barrios a los que finalmente nunca llegó. Fuentes municipales aclaran a EL PERIÓDICO que el sistema que ahora se quiere empezar a implementar no tiene nada que ver con el puerta a puerta. La idea en este caso es empezar de cero.

En el puerta a puerta, las personas que hagan 40 aportaciones de orgánica anuales reciben una bonificación del 30% en la tasa municipal de recogida de residuos. El consistorio asegura que este sistema contribuye a lograr buenos resultados de recogida selectiva, dado que en este ámbito se alcanzan unos resultados de más de un 70%. En este nuevo modelo para toda la ciudad, está por ver cómo se aplicarán las bonificaciones, ya que puede presentar cierta dificultad en casos como los de inquilinos y turistas.

La Generalitat lo aplaude

Desde la Generalitat, a través de la Agència Catalana de Residus (ARC), se incentiva a municipios importantes como Barcelona a estudiar la puesta en marcha de métodos de recogida selectiva como el de los contenedores inteligentes. Teresa Guerrero, jefa de recogida selectiva de la ARC, asegura en conversación con este diario que los resultados suelen ser "positivos" y que se pueden constatar "en poco tiempo".

Además, aplaude que Barcelona estudie ya cómo desarrollar los contenedores inteligentes: "Es una buena noticia y si Barcelona da este paso adelante seguro que otras ciudades grandes tratarán de seguir sus pasos". En caso de que esto ocurra y los sistemas de recogida selectiva avanzados se expandan por las localidades con más habitantes, los datos de reciclaje, que aún no alcanzan las exigencias de la UE, mejorarán seguro, garantizan desde la ARC.

Guerrero pone el ejemplo de la aplicación del sistema puerta a puerta en el distrito de Sant Andreu y en una parte de Sarrià. "En estos dos barrios el puerta a puerta está funcionando bien, es verdad que al principio hubo quejas y que siempre se requiere un tiempo para que los vecinos se adapten y resolver pequeños inconvenientes, pero en general podemos afirmar que son dos casos de éxito", defiende.

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