AUGE LATINOAMERICANO

El 'boom' latino en el padrón de Barcelona, en seis gráficos

Cruzar los datos de nacionalidad y lugar de nacimiento permite hacer aflorar la composición real de la inmigración en la ciudad

La nueva Barcelona latina: el 52% de los empadronados nacidos en el extranjero son latinoamericanos

Los latinos escogen Barcelona por trabajo, familia y seguridad: “Aquí puedo entrar en mi portal sin mirar atrás"

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. / FERRAN NADEU

Meritxell M. Pauné
Francisco José Moya
Barcelona
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La internacionalización de Barcelona evoluciona según la geopolítica y la coyuntura económica mundiales. El padrón de la ciudad refleja estos cambios y la creciente porción de vecinos con orígenes lejanos. La inmigración que llega es cada vez más diversa, tanto en procedencias como en los niveles socioculturales. La población nacida en el extranjero supera hoy el medio millón (572.467 personas) y, como adelantó EL PERIÓDICO la semana pasada, ha dado un giro en su composición desde la pandemia. El 52% de los inmigrantes en Barcelona son latinoamericanos: 300.000 empadronados provienen de países de habla hispana o portuguesa.

El equipo de Infografía de este diario ha plasmado en seis gráficos la nueva composición real de la ciudad. Los datos proceden de un informe reciente de la Oficina Municipal de Datos, que arroja luz al separar nacionalidad de lugar de nacimiento, con datos actualizados a 1 de enero de 2024.

La nacionalidad ya no permite un retrato fidedigno de la realidad. El 9,6% de los residentes son oficialmente españoles que nacieron en el extranjero. El año pasado la nacionalidad foránea subió un 10% y por primera vez supone una cuarta parte de los empadronados, aunque los nacidos fuera de España son en realidad un tercio.

El secreto es que gran parte de la ciudadanía llegada de América Latina ya tenía o ha tramitado la nacionalidad española o la de otro país europeo, en virtud de acuerdos bilaterales entre los Estados. El ranking por lugar de nacimiento sí es revelador: seis de los diez primeros países son latinoamericanos

La actual mayoría latina es tan indiscutible como heterogénea, por la variedad de situaciones políticas y económicas del continente. Esta nueva hegemonía empequeñe otras procedencias como Marruecos, que lideraba la estadística a finales de los años 90 y actualmente ocupa el séptimo lugar.

Un total de 180 nacionalidades conviven en Barcelona. Descontando la española, Italia lidera en solitario el ranking con 50.000 cartillas, aunque en muchos casos vayan a nombre de ciudadanos latinoamericanos. Son prácticamente las mismas que suman la segunda y la tercera nacionalidad más presentes: Colombia (28.500) y Pakistán (24.700).

De las 572.969 personas nacidas en otro país y ahora residentes en la capital catalana, el 28,5% tiene nacionalidad española. La obtención de este estatus presenta un claro sesgo latinoamericano: por ejemplo, tienen pasaporte español el 72% de los ecuatorianos de origen, el 64% de los dominicanos, el 62% de los bolivianos y el 59% de los cubanos. Y un 32% en el caso de los argentinos, al que hay que sumar el 37% con pasaporte de otro país europeo, básicamente Italia. De modo similar, el 50% de los brasileños inscritos en Barcelona tiene un pasaporte europeo, normalmente español o portugués. Nada que ver con la situación de los ciudadanos asiáticos y africanos. Solo tienen papeles ibéricos el 28% de los marroquíes, el 18% de los pakistaníes, el 12% de los bangladesíes, el 12% de los rusos y el 8% de los chinos.

Otro aspecto clave en la diversidad es su reflejo en el mercado de trabajo. La población empadronada en Barcelona que ha nacido en el extranjero tiene cada vez mayor nivel educativo. Las causas son varias, desde la llegada de más licenciados de países en desarrollo hasta el fenómeno ‘expat’ europeo, pasando por los criados aquí con estudios superiores posmigración. Este cóctel de factores ha aliviado un poco la gran brecha salarial entre autóctonos y foráneos en Barcelona, aunque la diferencia todavía es de cinco cifras.

El mismo informe municipal constata que en 2023 la brecha salarial anual entre un hombre de nacionalidad española y uno con pasaporte extranjero era de más de 12.000 euros anuales: de 41.595 euros de media a 29.177. En el caso de las mujeres la distancia es mucho menor, alrededor de 5.000 euros al año, aunque se debe básicamente al ‘gap’ de género preexistente: 33.509 euros versus 28.210. El salto entre las nóminas de unos y otros era aun mayor en 2010, cuando la brecha masculina llegaba a los 15.000 euros. La femenina eran de 10.000, el doble que la actual.