Molestia a debate

Barcelona avisa a otro colegio que deberá cerrarle el patio si no toma más medidas contra el ruido

El ayuntamiento requiere un plan para corregir las superaciones de los límites de sonido en horario diurno en una escuela de Gràcia, pendiente de juicio por la denuncia de un vecino por contaminación acústica

Barcelona aboga por que los patios escolares estén libres de castigo por ruido hasta las nueve de la noche

El patio de la escuela Kostka, en el distrito de Gràcia, en Barcelona.

El patio de la escuela Kostka, en el distrito de Gràcia, en Barcelona. / JORDI COTRINA

Jordi Ribalaygue

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Barcelona
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Sobre los patios y pistas deportivas escolares se dirime el último debate en torno al ruido en Barcelona, una molestia que despierta una sensibilidad creciente en la ciudad. Al menos una decena de denuncias interpuestas por vecinos de domicilios adyacentes a colegios e institutos se ha trasladado a los juzgados en los últimos cursos. La mitad se ha resuelto antes de llegar a juicio recortando aforos, horarios y usos de instalaciones para eludir una posible orden de cierre por superar los niveles de contaminación acústica. A la vez que se encarrila un cambio de la ley en Catalunya para eximir de castigo a centros educativos por exceso de bullicio, un colegio de Barcelona ha recibido un requerimiento del ayuntamiento que le apercibe de que uno de sus espacios podría clausurarse si no toma medidas.

La advertencia es fruto de un expediente abierto por “molestias por ruido en actividades diurnas” en el patio de colegio Kostka, situado en el barrio de La Salut y perteneciente a la congregación de los Jesuitas. El documento, al que EL PERIÓDICO ha tenido acceso, está datado el pasado 17 de diciembre. Pocos días antes, el Ayuntamiento de Barcelona se había pronunciado por unanimidad a favor de que la algarabía que se arme en pistas escolares quede excluida de sanción. 

El consistorio reiteró el posicionamiento la semana pasada, cuando apremió al Parlament a cambiar la normativa, como varios centros de la ciudad reivindicaron en una reciente concentración. La cámara catalana decide esta semana si tramita por urgencia el debate de una proposición de ley de Junts, ERC, la CUP, Comuns y el PP para que las actividades en los patios entre las 07:00 y las 21:00 horas queden exentas de cumplir los valores límite de contaminación acústica. Los proponentes suman mayoría para aprobar la modificación, que podría someterse a votación en el pleno dentro de dos semanas.

Juicio inminente

El aviso sellado por el distrito de Gràcia insta a la fundación Jesuïtes Educació a “presentar un proyecto de tratamiento acústico” del colegio Kostka. El plan exigido tiene que subsanar las "deficiencias” que el consistorio detectó mediante aparatos de sonometría y a instancias de una comunidad de vecinos colindante a la escuela. “En caso de incumplimiento de esta resolución, se ordenará el cese de la actividad”, previene la notificación.

El patio de la escuela Kostka, en el distrito de Gràcia, en Barcelona.

El patio de la escuela Kostka, en el distrito de Gràcia, en Barcelona. / JORDI COTRINA

“Nos dijeron que, si no hacíamos este proyecto, se cerraría el patio”, corrobora la directora del colegio Kostka, Anna Segura. Manifiesta que es “la primera vez” que el ayuntamiento se ha dirigido “en esos términos” al centro. “Hasta ahora, siempre había sido de otra manera, con la voluntad de recobrar el diálogo -comenta la docente-. Íbamos explicando los cambios que habíamos hecho al ayuntamiento y supongo que pensaba que serían suficientes pero, en cuanto ha habido un requerimiento judicial, la cosa ha ido a mayores”. 

El pulso a cuenta del ruido en la pista de Kostka está pendiente de juicio. La vista se prevé para mediados de marzo y se originó por la denuncia de un particular de la zona. “Estamos donde estamos por la actitud del colegio, que no obra de buena fe y no ha tenido empatía en más de 10 años”, reprocha el denunciante, que acusa a la escuela de ignorar la mediación ofrecida por el ayuntamiento y de que sus remedios frente al guirigay han quedado en "papel mojado".  

Cinco decibelios

La inspección que dio pie a la advertencia de un eventual decreto de clausura constató que el patio de los jesuitas de Gràcia “supera los límites de inmisión hasta en cinco decibelios” en horario diurno. El límite que no se debe superar se fija en 65 decibelios. “El ruido proveniente de los patios de escuela, en horario lectivo y de las actividades extraescolares hasta las 21:00 horas, supera los valores límite de inmisión para una zona acústica patio tipo B”, concluye el informe.

Los primeros análisis se efectuaron en 2023, a raíz de la reclamación de una comunidad de vecinos que expresó “molestias por el impacto acústico que generan las actividades extraescolares y de recreo de la escuela Kostka”. Los sondeos revelaron que los umbrales de sonido se sobrepasaron en "los días que hay actividades extraescolares". En concreto, se rebasaron en 13 de los 20 días analizados entre abril y mayo de 2023. En junio pasado, el colegio presentó un escrito con las medidas implementadas al ayuntamiento, que le concedió margen para que reorganizara entradas y salidas al patio, partidos y actividades extraescolares.

Sin embargo, los inspectores municipales volvieron a instalar los aparatos de medición en enero de 2024 y apreciaron infracciones de nuevo. “En uno de los puntos de motorización, se superan los valores límite de inmisión en 13 de los 18 días posibles. En otro punto, se superan en 14 de 18 días”, precisa el estudio. 

Bloques de viviendas junto al patio del colegio Kostka, en el distrito de Gràcia, en Barcelona.

Bloques de viviendas junto al patio del colegio Kostka, en el distrito de Gràcia, en Barcelona. / JORDI COTRINA

Un mes de margen

El requerimiento de diciembre pasado da un mes a la escuela para presentar un plan corrector del ruido, que el ayuntamiento tendrá que validar. El denunciante señala que el plazo se ha incumplido. El colegio responde que la notificación tardó en llegar y que ha acreditado al consistorio que un ingeniero elabora un estudio previo a la redacción del proyecto.

En enero, los jesuitas pidieron permiso a la comunidad denunciante para colocar unos sensores en la terraza. Los vecinos consideran que el lugar es inadecuado porque absorbería otras fuentes de sonido. Sostienen que las sonometrías del ayuntamiento son suficientes para definir las soluciones exigidas, que solicitan conocer.

La directora del colegio explica que, tiempo atrás, ya desplazaron actividades del patio en disputa a otros puntos del centro. “Queremos convivir con los vecinos y creíamos que las medidas eran buenas, pero es evidente que para el denunciante no lo son”, lamenta Segura. Opina que es “inverosímil que se vaya contra los derechos de la educación, la infancia y el ocio”.

“No queremos afectar a la docencia; pedimos un poco de empatía para bajar los decibelios y llegar a un acuerdo”, sostiene el denunciante, que pide “aplicar la ley actual”. La directora confía en que la normativa se revise por la vía rápida y que “el juicio no llegue a ser necesario”.

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