Balance
Barcelona suma casi 5.600 bares y restaurantes traspasados y 761 nuevas licencias en cinco años
El año pasado cambiaron de manos 1.264 negocios, según datos municipales, mientras que se incorporaron 224 establecimientos, casi como en la prepandemia
Catalunya pierde siete bares al día, en pleno furor por la restauración de alto nivel
Cuatro de cada diez bares y restaurantes en Barcelona tienen propietarios extranjeros
Kresala, mejor restaurante abierto en Barcelona en 2024, según los lectores de El Periódico

Comida en el restarante Eldelmar-Hermanos Torres, una de las aperturas más sonadas de 2024 en Barcelona, en el Port Olímpic. / ELISENDA PONS. EPC


Patricia Castán
Patricia CastánPeriodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
Cada vez son menos los clientes fieles que acuden regularmente a un restaurante en Barcelona, como antaño. No solo porque la oferta es tan enorme que la tentación común es probar cada vez más novedades, sino también porque es fácil que cuando traten de repetir en algún descubrimiento reciente se encuentren con un nuevo relevo. Tal es la vertiginosa renovación de la oferta hostelera en la ciudad. Desde la pandemia (2020) un total de 5.589 bares y restaurantes de la ciudad han sido traspasados, mientras que aparte en esos cinco años se han abierto 761 donde antes no los había, con nuevas licencias para esta actividad. En concreto, el pasado 2024 un total de 1.264 operadores cerraron el negocio y otros tantos les dieron el relevo para probar fortuna. A esa cifra hay que añadir los 224 que estrenaron permiso, el doble que un año antes y casi al nivel de la prepandemia. Como siempre con el distrito del Eixample (42) a la cabeza.
La alta rotación sigue marcando el ritmo de la hostelería en Barcelona, en un contexto en el que muchos empresarios se estrellan, pero otros muchos están dispuestos a subir persianas. Los datos municipales a los que ha tenido acceso el PERIÓDICO no distinguen el cómputo entre bares y restaurantes, pero en ambos casos la tendencia es a un menor peso de operadores locales, frente a la entrada en acción de muchos emprendedores foráneos. Ya la encuesta sobre la actividad reveló el año pasado que cuatro de cada 10 establecimientos están regentados por extranjeros, tanto en la versión más modesta con microinversiones en los barrios para ganarse la vida tras llegar a la ciudad, como en gran formato a través de empresas internacionales que entran a golpe de talonario en un destino turístico de primer orden.
A resultas de tanto cierre y apertura encadenados, Barcelona acumula 5.589 operaciones de traspaso en cinco años. El pasado mantuvo la línea de 2023, y se acerca a los datos de antes de la pandemia. Pero sobre todo en el caso de nuevas licencias (224), más del doble de las 109 del año anterior. Aunque los planes de usos de las zonas más solicitadas limitan las opciones de abrir negocios de hostelería si no tenían licencia previa, siempre hay calles donde cumplir las restricciones de densidad y distancia. De ahí que incluso Ciutat Vella haya sumado una docena de novedades, mientras que el Eixample engorda su cuota con 42 propuestas más, tras dos años en mínimos.

El comedor del restaurante Maymanta, otra apertura sonada en 2024. / Jordi Otix
"Vitalidad" en todas las zonas
El movimiento del año pasado de traspasos ha estado liderado por el Eixample (el distrito con más establecimientos y residentes), con 301, que sin embargo es su cifra más baja en siete años, salvo 2020 cuando la actividad estuvo medio paralizada. Le sigue Sant Martí, con 186, a cierta distancia de los 149 de Sants-Montjuïc, los 146 de Ciutat Vella y los 107 de Sant Andreu. Otros distritos se sitúan ya por debajo del centenar, con Horta-Guinardó a la cola con 60.
En el caso de nuevas aperturas en locales que antes tuvieron otra actividad, la segunda posición de 2024 es también para Sant Martí (34), con la particularidad de que ese año por primera vez Nou Barris sube al podio con 29 estrenos (triplicando su dato de 2023), por delante de Sants-Montjuïc (26) y de Sarrià-Sant Gervasi (21, doblando sus cifras de los últimos años). Los distritos con más restricciones por planes de usos, Ciutat Vella y Gràcia, están en las últimas posiciones con 12 y 11, respectivamente.
La concejala de Promoción Económica, Raquel Gil, destaca que "las cifras de 2024 evidencian que Barcelona ya ha recuperado el ritmo de antes de la pandemia y que la salud de la restauración es buena en el conjunto de la ciudad. El sector mantiene el dinamismo en todos los distritos, con mucho movimiento de profesionales, una buena muestra de la vitalidad de la ciudad".

Cocina de Público, el nuevo y premiado 'wine bar' de la calle de Enric Granados.las michelin del vino), del creciente grupo de restauracion Pantea. Pia Pishkoohani i el sumiller Xavi Nolla dueños. FOTO de ZOWY VOETEN / Zowy Voeten. EPC
En la primera fila de observación de esta carrera de relevos que vive la capital catalana se sitúan agencias y consultoras inmobiliarias especializadas. Desde DHB asesoría inmobiliaria para el sector de restauración y hotelería, su director Francisco del Haro señala que el año pasado estuvo marcado por la consolidación de la recuperación que vivió 2023, con precios de alquileres estables o al alza en algunas zonas, pero con una tendencia a pagar menos por los traspasos. Las operaciones se cierran por debajo de los anuncios, porque en general los operadores que cogen los relevos --salvo en pequeños bares donde se perpetúa un mismo modelo de negocio-- hacen fuertes inversiones en reformas y rediseños.
Los traspasos siguen siendo altos en las zonas 'top' del centro, puntos del Eixample y litoral, así como en ubicaciones destacadas en cruces, calles peatonales o de alta facturación, precisa el experto. Destaca la recuperación del Gòtic, tras una dura pospandemia, aunque los recortes en las terrazas han hecho perder interés a muchos operadores por el epicentro turístico de la ciudad. No obstante, Del Haro mantiene que tres cuartas partes de la facturación local se concentran en los dos distritos centrales.
Bares de barrio revalorizados
Como tendencia, pone de relieve el peso creciente de empresarios o emprendedores foráneos. "Más del 70% de operaciones se están cerrando con extranjeros que quieren un proyecto propio en Barcelona", mantiene. Según su experiencia, la población autóctona ha perdido el interés en el sector, en términos de iniciar un negocio particular, por los riesgos, dificultades, estrechos márgenes, sacrificios horarios que comporta y dificultad para encontrar personal.
Por contra, en la ciudad ganan músculo las estructuras empresariales en forma de grupos que se expanden y suman más y más establecimientos. De ese modo, tienen estructuras más profesionalizadas, economías de escala, recursos humanos y modelos de negocio que aseguran su viabilidad. "Crean un concepto y lo protocolarizan y replican", señala. Algunos de estos están apostando incluso por bares de barrio con solera, que resucitan con una oferta de tapas y platillos asequibles y relanzan como establecimientos de proximidad.
Desde Inmo Olaya, especializada en el sector, su CEO Manuel Olaya atribuye el "dinamismo" del sector a que está muy "marcado por las tendencias", lo que hace que siempre esté impulsado por cambios hacia nuevos formatos o tipos de cocina en boga. En estos momentos precisa que "las cadenas o grupos quieren estar en Barcelona porque es una ciudad cosmopolita y está de moda", pero también aprecia --en otro nivel del sector-- que la hostelería "sigue generando autoempleo" para población que llega de fuera y quiere establecer su negocio, así como un tercer pilar que es la irrupción de nuevos chefs y propuestas innovadoras. También él lo contrapone a la población local que "no quiere tener que trabajar 14 horas si tiene un bar".

Kresala, mejor restaurante abierto en 2024 en Barcelona según los lectores de El Periódico. / Irene Vilà Capafons. EPC
Su director comercial, Manuel Sorroche, destaca el Poblenou, el Clot y Sant Andreu como algunos de los puntos alternativos al centro con más demanda en los últimos tiempos. Suponen una alternativa a los precios de las zonas más calientes, donde incluso se pagan alquileres de 18.000 o 20.000 euros, añaden. Olaya hace un llamamiento a un control de la calidad, a la vista de algunas apuestas meramente económicas en ejes como la Rambla o la Barceloneta, que desvirtúan la oferta gastronómica local pero dan alas al auge de arrendamientos a precio de oro.
En medio de las cifras con varios ceros, sobresale la resiliencia de los bares de la periferia, y la potencia de las nuevas propuestas creativas y talentos, que brillaron en 2024. Buena muestra es el disputado premio que este diario, desde la sección Cata Mayor, concede al mejor del año, que recayó en Kresala, fruto de la alianza entre Mikel e Iñaki López de Viñaspre, de Sagardi, y Gregorio Tolosa, de Bidea 2. Precisamente se ubica en el Balcón Gastronómico del Port Olímpic, que ha sido la apuesta gastronómica más importante de la ciudad, con alquileres que superan los 40.000 euros y unos interiorismos espectaculares.
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