Movilidad

El 'bicisharing' privado en Barcelona, territorio turista: "Hay un montón de bicis disponibles y es muy barato"

Algunos usuarios de las bicicletas de uso compartido no saben que solo pueden aparcarlas en los anclajes con forma de 'u' invertida

El 'bicisharing' privado de Barcelona inicia el nuevo contrato con retraso y un octavo operador en suspense

Barcelona adjudica 3.478 licencias de bicicletas de uso compartido y exige un mayor control sobre su aparcamiento

Bicicletas de empresas de 'bicisharing' en un aparcamiento del paseo Marítimo

Bicicletas de empresas de 'bicisharing' en un aparcamiento del paseo Marítimo / Marc Asensio Clupés

Pau Lizana Manuel

Pau Lizana Manuel

Barcelona
Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las bicicletas de empresas de 'bicisharing' tienen un cliente predilecto en Barcelona: el turista. Cuesta mucho toparse con algún barcelonés haciendo uso de este servicio. No obstante, ver visitantes a pedales también es un poco exótico aún, porque solo una pequeña porción de los miles que recorren la ciudad cada día optan por una bicicleta de alquiler como medio de transporte. Es una cuota de mercado pequeña, pero estable: según el Observatorio del Turismo en Barcelona, en 2023 el 2,4% de los visitantes habían usado bicis de alquiler para moverse por la ciudad. En 2020 fueron el 2,8%, cifra influida por partida doble por la pandemia, que redujo el volumen de llegadas y disparó el uso de transportes individuales.

El reparto de públicos entre el 'bicisharing' municipal y la oferta privada está muy asentado. El propio Bicing lo sugiere en el apartado de preguntas frecuentes de su página web, donde explica que darse de alta en la red pública requiere presentar un DNI y una dirección postal, por lo que no está pensado "para el turismo". "Para los visitantes eventuales de la ciudad hay una amplia oferta de empresas de 'renting' de bicicletas", asegura. Y aunque es cierto que la respuesta alude más a empresas que alquilan bicicletas a granel para jornadas enteras, las flotas de uso compartido también encajan bien en la definición y en las preferencias turísticas.

Bicicletas de empresas de bikesharing en distintos puntos de la ciudad de Barcelona

Una de las bicis de Bird, una de las nuevas empresas con licencia en Barcelona, anclada correctamente en el paseo Marítimo, este martes / Marc Asensio Clupés

Una de esas marcas es Ride, la escogida por Clair y Jordan, una pareja de turistas del Reino Unido, para circular por el paseo Marítimo. Estos británicos, de hecho, han cogido las bicicletas en la plaza del Mar para hacer un viaje de ida y vuelta a su hotel de la zona del Port Olímpic, donde han olvidado una bolsa. "Volvemos a casa esta misma tarde y hemos tenido que pensar algo para movernos rápido", explica Clair. Ante la urgencia, la pareja se ha fijado en las bicis naranjas de esta empresa que había frente a la playa y se han apresurado a crear un perfil.

Aunque no ha sido un gran desafío para esta pareja, admiten que pensaban que el proceso de instalación y uso de la app sería todavía más sencillo. "Debemos haber tardado unos cinco minutos, sobre todo para decidirnos si nos convenía más una tarifa grupal o dos individuales", explica Clair.

También con un cierto apuro circula Emyl, otro visitante que espera impacientemente a que el semáforo de la calle Marina le permita cruzar la avenida Diagonal en dirección mar. "Tengo que ir rápido hacia el otro lado de la ciudad, he encontrado esta bicicleta y como ya tenía la app instalada de otro viaje la he cogido en un momento", se ha apresurado a explicar justo antes de ponerse a pedalear.

Usuario de una de las bicicletas de empresas de bikesharing que operan en Barcelona

Emyl, circulando con su bicicleta de Bolt / Marc Asensio Clupés

Los anclajes, un problema

Emyl ha cogido su bicicleta en uno de los anclajes en forma de 'u' invertida que hay en el cruce de las calles Marina y Aragó. En total hay 42.962 de estos aparcamientos en superficie, según el Ayuntamiento de Barcelona, y son los únicos puntos en los que el consistorio autoriza que se estacionen las bicicletas de uso compartido.

Esta obligación trata de evitar que se aparquen bicis en cualquier lado, lo que puede entorpecer el paso de los transeúntes, pero a su vez genera problemas de disponibilidad en los anclajes públicos para las bicicletas de uso personal. De hecho, una de las principales exigencias que impuso el consistorio a las empresas que se han presentado a este segundo concurso público fue que demostraran como iban a garantizar que las personas usuarias estacionaran correctamente las bicicletas en este tipo de anclajes.

Bicicletas de empresas de bikesharing en distintos puntos de la ciudad de Barcelona

Un aparcamiento lleno de bicicletas de uso compartido / Marc Asensio Clupés

Sea como fuere, ambas situaciones, aparcamientos de bicicletas completamente acaparados por empresas de 'bicisharing' y bicis de uso compartido estacionadas de cualquier manera y en cualquier lugar, son frecuentes en gran parte de la ciudad. En un paseo por alguno de los puntos de la capital catalana más transitados, como el parque de la Ciutadella, el paseo Sant Joan o la Sagrada Família, es fácil ver bicis de colores llamativos y ataviadas con códigos QR tanto en los anclajes como en lugares donde, en principio, no está autorizado aparcarlas.

Bicicletas de empresas de bikesharing aparcadas en Barcelona

Bicicletas de empresas de 'bicisharing' privado aparcadas en el parque de la Ciutadella / Marc Asensio

Quizá esto suceda porque algunos de los usuarios de estas plataformas no son conscientes de la normativa o de la problemática local que pueden generar estos ciclos. Es el caso de Yro y Chara, dos amigas de Atenas que han venido a pasar unos días de Barcelona aprovechando los precios más razonables de vuelos y estancias durante la temporada baja. Estas dos turistas han optado por alquilar dos de las bicicletas naranjas de Donkey Republic, la marca comercial de Smart Cycles, para dar una vuelta por el frente marítimo de Barcelona. "Vimos a mucha gente con las bicis naranjas por la calle y decidimos probar", explica Chara.

Bicicletas de Donkey Republic, junto al mar, este martes

Yro y Chara, con sus bicicletas de Donkey Republic frente a la plaza del Mar de Barcelona, este martes / Marc Asensio Clupés

Para estas dos turistas, que se instalaron la app de la empresa en su hotel y fueron directamente a coger una de sus bicis cerca de L'Aquàrium, todo son ventajas. "Hay un montón de bicis disponibles y es muy barato", asegura Chara. "Además, las podemos dejar donde sea, creo", añade equivocadamente la griega.