A la espera desde 2022
Barcelona saca a concurso las obras del mercado que derruirá el lago del Baix Guinardó
El ayuntamiento pone a subasta la construcción, más de dos años después de frenar el proyecto por las protestas y con una demanda para tratar de paralizarlas a la vista
Los opositores a la carpa del mercado de la Estrella demandarán en febrero al gobierno de Collboni

El lago de los jardines del Baix Guinardó, que se vaciará para construir encima la carpa del mercado de la Estrella, en Barcelona. / MANU MITRU


Jordi Ribalaygue
Jordi RibalayguePeriodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.
Más de dos años después de paralizarse el proyecto por las protestas vecinales, el Ayuntamiento de Barcelona ha sacado a concurso las obras para instalar una carpa sobre el lago de los jardines del Baix Guinardó mientras se levanta el nuevo mercado de la Estrella. Los comerciantes abandonarán las dependencias de la calle Pi i Margall, que se derribarán para construir unas nuevas en su lugar. Se espera que la reforma empiece en 2026 y los vendedores han de ser trasladados hacia finales de 2025 al parque, a unos 500 metros de distancia del mercado. El edificio provisional busca una empresa que lo construya por un presupuesto de salida de 7,29 millones de euros. Es el precio máximo que el Instituto Municipal de Mercados de Barcelona está dispuesto a pagar por el inmueble, que obligará a desmantelar el estanque.
El proyecto ejecutivo señala que “el cambio principal” que las obras provocarán en los jardines del Baix Guinardó será el “derribo de la lámina de agua”. Sobre la construcción, que parte de los vecinos de la zona discuten, defiende que se fundamenta en la “rapidez” con la que confía que se alce el mercado, la “ligereza” del edificio y los “costes razonables” que considera que implica.
El diseño contempla el “relleno” de la balsa “con tierras compactadas sobre las cuales poder realizar la fundamentación”. Agrega que “es necesario eliminar completamente toda la lámina de agua, incluidas las instalaciones” para erigir el equipamiento encima. “Previo a su construcción, se rellenará el hoyo de la lámina mediante tierras seleccionadas y debidamente compactadas”, concreta.
De no mediar más retrasos, la carpa empezará a edificarse en primavera y debe estar acabada en seis meses. La asociación Salvem el Parc, opuesta a que el mercado transitorio se erija en una zona verde, prevé interponer un contencioso en febrero para tratar de impedir las obras. La entidad alerta que el lago y, por extensión, el aspecto actual de los jardines se esfumarán.
El proyecto reza que se trata de una “construcción temporal” y pronostica “una permanencia aproximada de tres años”. El Instituto de Mercados responde que la intención es que, “una vez que se ponga en marcha el nuevo mercado” en Pi i Margall, “se puedan restablecer todos los elementos” del parque y “vaya ligado a una mejora integral del espacio”. Añade que la fecha de cuándo se recuperará el embalse se precisará más adelante.
Árboles a talar
El mercado provisional de la Estrella ocupará 1.850 metros cuadrados dentro de los jardines del Baix Guinardó. El plan justifica que se ubique encima del lago para “afectar el mínimo de elementos posibles y, en especial, el arbolado y el mobiliario existente”.

Croquis del aspecto que tendrá el mercado provisional de la Estrella. / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA
La memoria del proyecto señala que “hay una serie de árboles que quedan afectados y que se deberán trasplantar, eliminar o proteger”. Por un lado, afirma que cinco plátanos y una palmera se ven damnificados por la carpa, igual que un banco, cuatro rótulos indicadores e instalaciones como arquetas e imbornales.
No obstante, un plano incluido en los documentos de la licitación brinda otra versión. Apunta que se podarán cinco árboles, se retirarán tres y se trasladarán dos, así como un par de palmeras que también serán reubicadas. Salvem el Parc teme que las obras obliguen a prescindir de más vegetación, mobiliario y espacios.
Carga y descarga
La zona de carga y descarga ocupará una franja de la calle Marina en la que existen 10 plazas de aparcamiento de coches y 12 de motos. Se comunicará con el edificio “mediante un nuevo acceso independiente y casi plano”, dice la memoria. Apostilla que “los espacios exteriores al mercado deberán adaptarse a las nuevas necesidades”.
El inmueble contará con un aforo de 372 personas, vendedores incluidos. Se elevará 48 centímetros sobre la cota natural del terreno y alcanzará una altura máxima de 10,93 centímetros, a tenor de los croquis. Se izará sobre cimientos de hormigón armado tras cubrirse el lago, “de dimensiones variables y encastados en el terreno”, detalla la documentación.
La estructura de la carpa se creará con celosías de acero y el techo se formará con una doble lona tensada. El mercado tendrá cuatro accesos abiertos al público y las puertas se formarán con estructuras metálicas.
Edificios anexos
En paralelo, se construirán dos edificios anexos, uno para que funcione como área logística y otro para ampliar el espacio de puestos de venta. Las negocios ocuparán 1.141,69 metros cuadrados útiles de la planta baja, mientras que el altillo se reserva a zona técnica.

El lago de los jardines del Baix Guinardó, que se secará para edificar la carpa del mercado provisional de la Estrella, en Barcelona. / MANU MITRU
El diseño aboga por que los tenderetes se monten con “la máxima estandarización” en cuanto a los rótulos, las vitrinas, la iluminación o los acabados, “dado el carácter temporal” del equipamiento, alega el plan. En la misma línea, agrega que las instalaciones de servicios y suministros “serán las mínimas necesarias para un buen funcionamiento del mercado”.
El proyecto concede que el futuro mercado transitorio “se puede considerar actividad molesta por ruido y vibraciones” por el uso de motores para frigoríficos, pero puntualiza que “se han aplicado las medidas correctoras necesarias para evitar posibles molestias a la vecindad”. Concluye que “la actividad no afectará, de ningún modo, a la sanidad ambiental de la zona”. Salvem el Parc sí alerta de un potencial riesgo para la biodiversidad de los jardines, incluida su fauna. Augura que las ratas sustituirán a los patos que merodean de vez en cuando en el estanque.
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