Plan de regeneración
La Mina albergará la sede de una conselleria de la Generalitat dentro de cinco años
Drets Socials se mudará a un nuevo edificio pendiente de construir en el barrio y se convertirá en el primer departamento alojado fuera de Barcelona
El derribo del bloque Venus para simbolizar el cambio en La Mina se retrasa a 2030

Un jardinero frente al bloque de la calle Saturn, en el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs, en el límite con Barcelona. / MARC ASENSIO CLUPÉS


Jordi Ribalaygue
Jordi RibalayguePeriodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.
Hace 23 años, las instituciones catalanas promovieron un proyecto de transformación para La Mina. Aquella hoja de ruta fue discutida por priorizar la construcción al comenzar a aplicarse. Además, no proporcionó todos los equipamientos prometidos y topó con enormes obstáculos para demoler el bloque degradado de la calle Venus, aún por acometerse y con nuevo retraso a la vista. Dos décadas más tarde, las administraciones vuelven a trazar otro plan para tratar de dignificar La Mina. Condensa varias nuevas edificaciones -algunas pendientes de hace años, como una guardería y un complejo de atención a la tercera edad- y se quiere revestir con medidas sociales. El horizonte para el cambio al menos simbólico en el vecindario se marca ahora en 2030, cuando se estima que Venus vaya al suelo y, además, la sede de una conselleria de la Generalitat se mude a La Mina. El traslado se pretende cargado de mensaje para contrarrestar la estigmatización que la zona y sus vecinos aún padecen.
Al presentarse el paquete de medidas en abril pasado, el Govern avanzó que edificaría un “complejo administrativo” en el barrio, que pertenece a Sant Adrià de Besòs. Lo que no concretó entonces es lo que ahora admite a las claras: ese centro del ejecutivo autonómico será la nueva sede del Departament de Drets Socials. Se convertirá así en la primera conselleria en afincarse fuera de Barcelona.
En todo caso, se situará en un municipio del área metropolitana y a escasa distancia del límite con la capital. El terreno donde se proyecta alzar las oficinas de Drets Socials se halla a solo 200 metros de la linde de Sant Adrià con Barcelona. La parcela es ahora un descampado donde aparcan vehículos, rodeado por bloques antiguos y nuevos de La Mina, el instituto del barrio y una residencia de universitarios del cercano campus de la UPC.
“La nueva conselleria se va a La Mina como forma de revitalizar el barrio”, sostiene el secretario de Drets Socials i Inclusió, Raúl Moreno. Ahora la sede se aloja en un rascacielos de 21 plantas en Diagonal Mar, cerca de La Mina. El inmueble no es propiedad de la Generalitat. "Saldremos de aquí, estamos de alquiler y no es barato", alega el alto cargo.
Domicilios públicos
Aunque la decisión está tomada, el realojo de la conselleria es todavía embrionario. La futura sede aún no se ha diseñado. Por ahora, la Generalitat trabaja en un plan funcional del próximo inmueble, explica el Consorcio de La Mina, encargado de las reformas en el lugar.
Las dependencias de Drets Socials compartirán el solar con un bloque por edificar de viviendas dotacionales. También se augura que esté acabado en 2030 y allí se piensa reubicar a habitantes de Venus a los que se conceda un realojo social. Es la opción prevista para los hogares que acrediten condiciones vulnerables, no estén empadronados desde al menos diciembre de 2001 en la finca a derribar o carezcan de títulos de propiedad o contrato de alquiler.

La rambla de Camarón, en el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs. / MARC ASENSIO CLUPÉS
El Consorcio de La Mina afirma que el Ayuntamiento de Sant Adrià "está realizando los primeros pasos para cambiar el planeamiento que permita modificar el uso de la parcela" y que el complejo administrativo cohabite con la promoción de pisos. En paralelo, el ente gestor de la remodelación del barrio ha efectuado un encargo al organismo de vivienda pública de la Generalitat, el Incasòl, para que redacte el pliego técnico que "permita la modificación, el proyecto constructivo y la contratación del edificio".
Antes de llenar esa parcela, otra situada en frente de Venus se ocupará con otro bloque para trasladar realojados en 2028. El Consorcio de La Mina señala que, a partir de ese momento, “nadie descarta iniciar un proceso de derribo parcial” de Venus, a la espera del desalojo completo en 2030.
Litigios y recursos
La larga agonía de Venus está envuelta en litigios. Se contabilizan 35 familias embarcadas en un contencioso en que reclaman que se les resarza con 10.000 euros anuales por daños patrimoniales por cada año en que la operación para tirar el bloque se ha demorado desde 2010. En las últimas semanas, han recibido un pago único de 5.226 euros, la compensación que el consorcio admite por el retraso. Cerca de medio centenar de hogares ha emprendido la vía administrativa para reclamar la misma reparación que exigen quienes han acudido al juzgado.
La administración insta a los vecinos a dejar de litigar para no quedar relegados en el proceso de expropiación. Por ahora, dos familias han quitado las demandas, aunque hay más en trámites de retirarlas y percibir ya la indemnización o conseguir pronto el traslado.
Además, se han presentado 78 recursos de reposición contra el proyecto de expropiación, que se resolverán en febrero. También se han interpuesto 103 disconformidades por los importes de indemnización por la pérdida de la vivienda.
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