Experto en comida

Esta pastelería tiene unos croissants de mantequilla que triunfan en Barcelona

Cuatro de cada diez empleos en España están relacionados con la gastronomía, según un estudio

La alternativa de Ferran Adrià a la harina y huevo para que los empanados queden muy crujientes

Croissants en una bandeja.

Croissants en una bandeja. / Elisenda Pons

Neus Castellet

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Empezar el día con buen pie es muy importante, ya que, en ocasiones, va a determinar cómo va a irte el resto de la jornada. El trabajo y el tiempo libre de aquel día puede que dependa de cómo te levantas y de los primeros acontecimientos después de salir de la cama.

Una de las maneras para que puedas empezar el día de la mejor forma después de que suene el despertador es desayunar bien.

Aunque existen muchas opciones y todas las personas tengan gustos distintos, hay desayunos que son un acierto asegurado.

O, al menos, eso es lo que la gente cree de esta pastelería de Barcelona donde, desde hace más de 100 años, los barceloneses compran sus dulces: la Pastelería Escribà.

Croissant infalible

Precisamente en esta pastelería, de la mano de Christian Escribà (cuarta generación de pasteleros al frente de este negocio), podemos comer uno de los mejores croissants de mantequilla de Barcelona y, probablemente, del mundo entero.

La pastelería vende unas 50.000 unidades al año en el cómputo global de sus 3 tiendas, todas situadas en Barcelona, que convierten su croissant en una pieza estrella. Normales, de chocolate negro o de chocolate blanco, este croissant no te dejará indiferente.

Pastelería histórica

Con el lema actual de "ilusionar, sorprender y crear momentos únicos e irrepetibles", la Pastelería Escribà fue fundada por Mateu Serra i Capell, con el nombre de Forn Serra, el 25 de julio de 1906. No fue hasta la tercera generación Escribà, con Antoni Escribà i Serra al frente del negocio, cuando cambió el nombre por el que se mantiene hasta la fecha: Pastelería Escribà.

Christian Escribà la dirige ahora, ya no como pastelero, sino como un autor creativo transversal y global que utiliza el mundo dulce como un lenguaje para expresarse, como explica Ferran Adrià para describir a su compañero de profesión.