Aún sin detenciones
Los Mossos se centran en el tráfico de droga para buscar a los autores del tiroteo de La Mina
Los mandos policiales proclaman que los autores del altercado caerán "tarde o temprano", mientras la alcaldesa de Sant Adrià reconoce un problema de seguridad en el barrio "cronificado por el narcotráfico"
La violencia erosiona los esfuerzos de La Mina contra los estigmas: “Hay cansancio y enfado”

Autoridades y mandos policiales durante la junta de seguridad extraordinaria tras el tiroteo en el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs. / VICTÒRIA ROVIRA


Jordi Ribalaygue
Jordi RibalayguePeriodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.
Los Mossos d’Esquadra sitúan el mercadeo de droga en el centro de la investigación del gran tiroteo que conmocionó el pasado 7 de enero a La Mina, en Sant Adrià de Besòs, cuando miembros de dos familias del barrio se enfrentaron cruzándose más de 150 disparos. El incidente se originó por un encontronazo entre jóvenes de ambas estirpes, pero la posesión de estupefacientes para su venta subyace bajo el detonante del conflicto. “Tenemos un problema de seguridad en La Mina y reconocemos que tenemos un problema cronificado por el narcotráfico”, ha admitido la alcaldesa de Sant Adrià de Besòs, Filo Cañete, tras la junta local de seguridad convocada de forma extraordinaria, a raíz de la reciente pelea con armas de fuego.
Más de dos semanas después del altercado, sigue sin haber detenidos por la reyerta y las pesquisas continúan abiertas. No obstante, los mandos policiales se han mostrado convencidos de que los causantes de los disturbios acabarán cayendo. “¿Los cogeremos? Sí. ¿Cuándo? Ya veremos, pero los cogeremos tarde o temprano”, ha sentenciado el jefe de los Mossos en la región metropolitana norte, Sergi Pla.
El comisario ha comentado que la prioridad de las indagaciones se focaliza en incautar los estupefacientes, “aparte de las armas con las que se defienden” grupos dedicados al menudeo en el barrio. “El objetivo de la investigación es obtener la droga que tienen y, con los registros, decomisar también las armas que poseen”, ha precisado Pla.
El comisario ha añadido que la policía ha acumulado “mucha información” sobre la refriega. En ese sentido, se están examinando las vainas recogidas tras el intercambio de tiros para tratar de confirmar con qué armas se efectuaron, si están registradas y procurar identificar de ese modo a los participantes en la disputa. Pla ha dicho que en la trifulca se emplearon "tres o cuatro armas", una de ellas larga, que ha equiparado con una "escopeta".
La Guardia Civil está colaborando en las comprobaciones del armamento empleado. En todo caso, los 63 vecinos de Sant Adrià que disponen de licencias de armas -sobre todo, para caza y práctica deportiva- carecen de antecedentes policiales, ha comentado el delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto, presente en la cumbre. "Estamos tranquilos en cuanto a las armas regladas, tendremos que mirar el resto", ha apuntado.
Tensión "pacificada"
La consellera de Interior, Núria Parlon, también ha acudido a la junta de seguridad, en la que han participado mandos de los Mossos d’Esquadra, la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Policía Local. Le acompañaban los principales responsables del departamento, con el director general de la Policía, Josep Lluís Trapero, a la cabeza. Parlon ha afirmado que el refuerzo policial durante las 24 horas desplegado después del tiroteo, con presencia de antidisturbios de la BRIMO y la ARRO, ha servido para practicar 691 identificaciones que han “pacificado” la tensión y han permitido “normalizar” La Mina.

El director general de la Policía, Josep Lluís Trapero; la alcaldesa de Sant Adrià, Filo Cañete; el delegado del Gobierno, Carlos Prieto, y la delegada de la Generalitat en Barcelona, Pilar Díaz, antes de la junta local de seguridad extraordinaria. / VICTÒRIA ROVIRA
La consellera se ha comprometido a estudiar que se asigne un "refuerzo" de los agentes destinados a la comisaría del barrio. No ha concretado cuántos efectivos podrían ser desplazados de forma permanente. Sí ha indicado que se examinará cuando se licencien parte de los 800 agentes de la próxima promoción en la Escuela de Policía de Catalunya, durante el verano que viene.
En cuanto a que aún no haya ningún arrestado, Parlon ha insistido en que los Mossos "trabajan con conocimiento de causa" para dar el golpe oportuno. En ese sentido, ha pedido confianza a los vecinos del barrio, entre los que han surgido voces críticas por la actuación de los Mossos. “Han trabajado sobre todo para recuperar la normalidad y evitar situaciones de mayor riesgo, que se podrían haber replicado con la posibilidad de que hubiese víctimas”, ha remarcado.
La consellera ha preferido no pronunciarse sobre el pacto entre las dos familias contendientes, que han acordado que un participante de cada familia no pise La Mina durante seis meses a cambio de poner fin a las hostilidades. "No distorsionará la investigación", ha resuelto.
Combatir el estigma
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, se desplazó al barrio 48 horas después de la refriega y proclamó que “no hay impunidad en Catalunya” frente a la delincuencia, la violencia mediante las armas de fuego y el narcotráfico. Las autoridades han querido abundar ahora en la misma idea. "Actuaremos de forma contundente", ha reiterado la alcaldesa de Sant Adrià. Aún más, Cañete ha asegurado que, "por primera vez", ve una "predisposición clara y contundente" de la Generalitat para intervenir en la zona, también más allá de los dispositivos policiales.
"No nos podemos quedar exclusivamente en los aspectos de seguridad en La Mina", ha alertado la edila, que ha prevenido contra la "estigmatización" que el vecindario ha arrastrado a lo largo de su historia y que sucesos violentos como el último retroalimentan. En La Mina viven casi 11.000 personas, que sufren el estereotipo de la marginalidad, el mismo que traba los esfuerzos de entidades, servicios y personas a título particular, entregadas en defender la dignidad de un barrio que concentra algunas de las calles donde menos renta se declara en Catalunya.
Cañete ha expresado que ha mantenido contactos con diferentes conselleries para abordar mejoras en el vecindario, "poniendo el acento en el ámbito social". La alcaldesa ha postulado que "La Mina es un barrio que tiene futuro". En la misma línea, Parlon ha verbalizado que la Generalitat tiene el compromiso de atender también cuestiones de vivienda y servicios sociales en la zona. "Los problemas no se resuelven solo con policía, sino con políticas integrales", ha esgrimido.
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