Polémica tras el desfile
Barcelona prescinde de la empresa acusada de descuidar la seguridad en la Cabalgata de Reyes
El ayuntamiento suspende el contrato con Wakeful, planea rescindir el acuerdo por un incumplimiento grave y propondrá que la compañía sea vetada por las demás administraciones públicas
Barcelona estudia acciones legales contra la empresa de seguridad que contrató por la Cabalgata de Reyes

La cabalgata de reyes magos en Barcelona / ZOWY VOETEN


Jordi Ribalaygue
Jordi RibalayguePeriodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.
El Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado el proceso para rescindir el contrato de seguridad privada en grandes eventos culturales en manos de la empresa Wakeful, a la que acusa de haber cometido un “abandono de servicio” al haber desatendido la vigilancia a lo largo del recorrido de la cabalgata de Reyes de pasado 5 de enero. Por ahora, el gobierno del alcalde Jaume Collboni ha dejado el acuerdo en suspenso. Además, el ejecutivo local ha expresado que pretende vetar a Wakeful para que no pueda aspirar a obtener contratos de ninguna administración pública. “Los hemos pillado y los sacaremos del mapa”, ha espetado el concejal de Cultura, Xavier Marcé, en la comisión de servicios sociales y cultura, donde ha comparecido a instancias del PP.
La compañía Wakeful fue objeto de una inspección de trabajo el día antes del desfile, al que acudieron 750.000 personas. Los inspectores detectaron presuntas vulneraciones de los derechos de los trabajadores, que no figuraban dados de alta en la Seguridad Social y estaban contratados por menos horas de las que prestaban. Además, la empresa acumula una deuda de en torno a un millón de euros con Hacienda.
La oposición ha apretado a Marcé para que respondiera si el gobierno municipal sabía de las denuncias de las anomalías laborales en la compañía y el débito que mantiene con la Agencia Tributaria. El Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB) contrató a la firma en 2023 por dos años, con opción de renovar por un bienio más, para que se encargara de la seguridad privada de 14 eventos. A cambio, el consistorio comprometió el pago de unos 691.000 euros.
Suspensión cautelar
Marcé ha explicado que Wakeful solo cubrió nueve de las 274 posiciones en que el consistorio le reclamó que apostara personal de seguridad en el trayecto de la cabalgata. El concejal ha comentado que el ayuntamiento achaca un “incumplimiento de una obligación principal del contrato” a la concesionaria, que “faculta al ICUB para iniciar el proceso de resolución contractual culpable”. De momento, el acuerdo con Wakeful ha sido suspendido de forma cautelar “como medida de prevención”.
En paralelo, Marcé ha anticipado que el ayuntamiento estudia proponer “la prohibición total de contratación durante un período” de Wakeful en “cualquier licitación de contratación pública”. “A instancias de este ayuntamiento, no se podrá presentar a concursos de Mataró, Cerdanyola o de cualquier otra administración”, ha resaltado.
El edil ha revelado que la empresa ya incurrió en “incumplimientos parciales” durante la última edición de la Mercè, cuando algunos de sus agentes “llegaron tarde” y en algunos actos no aportaron todos los efectivos exigidos. Por las “deficiencias leves” durante la fiesta mayor, se impuso una multa de 10.000 euros, pero no permitía revocar el acuerdo con la empresa.
“Nos gustaría haberlos sacado de nuestro mapa tras la Mercè, pero los servicios jurídicos nos dijeron que no había suficiente”, ha indicado el concejal del PSC. Marcé ha considerado que las faltas que Wakeful cometió el 5 de enero son “mucho más graves”. Ante la incapacidad de la empresa para ocupar los puestos de vigilancia dispuestos a lo largo del recorrido de la cabalgata, el ayuntamiento tuvo que contratar de urgencia a otras empresas para que parte de las posiciones no quedasen vacías y recurrir a agentes de la Guardia Urbana para acabar de rellenar huecos en “posiciones críticas” de seguridad. “Los problemas se pudieron solucionar y la cabalgata se hizo con normalidad”, ha evaluado Marcé.
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