Relevo en la zona alta

El antiguo club de 'striptease' Bacarrá de Barcelona renacerá en otoño como discoteca exclusiva del grupo Costa Este

Han comenzado las obras, que incluyen una reinsonorización total y darán paso al nuevo Boris, de pequeño aforo y para treintañeros

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Obras en Bacarrá, para convertirlo en una nueva discoteca.

Obras en Bacarrá, para convertirlo en una nueva discoteca. / JORDIOTIX

Patricia Castán

Patricia Castán

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El sector del ocio nocturno, que en los últimos años ha vivido una sangría de locales que han ido desapareciendo, ganará dentro de unos meses una nueva pista en la zona alta. Nada menos que en el antiguo Bacarrá, que el pasado marzo bajó su persiana tras casi tres décadas como 'strip club' en la zona del Turó Park. La nueva etapa lo convertirá en una discoteca muy 'top' para un público sobre todo treintañero, que se llamará Boris, de la mano del grupo Costa Este, de la familia Bordas.

El establecimiento de la calle de Borí i Fontestà ya nació como discoteca en 1986, aunque desde mitad de los años 90 se convirtó en una sala para adultos, que llegó a alinear a 70 'strippers' de la mano del grupo Veiga, que lideró la mayor parte de su trayectoria. En los últimos años fue yendo a menos, con fuerte competencia de otro local del mismo estilo en la zona. Finalmente cerró hace casi un año, desatando todo tipo de rumores desde entonces, dado que su licencia permite actividades de ocio nocturno.

Inicialmente se planteó una nueva etapa como 'disco latina', que los vecinos rechazaban de plano; luego ya se habló de un posible proyecto de la mano de Costa Este (artífice de grandes salas como Opium y Bling Bling, y del super 'beach club' Bastian Beach en la Barceloneta, entre otros negocios). Pero el proyecto quedó aparcado y en los últimos tiempos se había especulado en el sector con la posible conversión del local en una sauna gay. Finalmente, la propiedad ha llegado a un acuerdo con los hermanos Bordas, que han iniciado las obras.

Aforo para 250 personas

Fuentes del grupo confirman a EL PERIÓDICO que abrirán una nueva discoteca, de pequeño tamaño, con aforo para unas 250 personas, tras una renovación integral del espacio. Serán unas obras largas, con el horizonte de otoño para la apertura. Explican que han elegido el nombre de Boris como guiño al nombre de la calle y por que se inspira un poco en la sala Rasputín de París, que también está en otras grandes ciudades. El diseño será sofisticado, con sofás altos y muchas mesas, donde la pista de baile será secundaria. Será un concepto muy exclusivo, para público de más de 30 años, y acorde con el ambiente de la zona alta de la ciudad.

De momento han demolido la obsoleta estructura de la sala para iniciar una reinsonorización total que evite cualquier molestia en el entorno, lo que ha prolongado las obras y aumentado la inversión. Está previsto en los próximos meses instalar los más modernos equipos de sonido e iluminación. La 'disco' aprovechará el tirón de la zona, que ha dejado atrás un pasado de gran agitación nocturna, para enfocarse en los últimos tiempos en una creciente oferta gastronómica de calidad que gusta a los residentes, y con unos pocos bares de copas. De hecho, también el antiguo Pippermint, justo enfrente, reabrirá en breve con un nuevo proyecto como whiskería.

Los vecinos siguen de cerca las evoluciones de las obras, de donde han salido ya numerosas sacas de escombros. Bartolomé Criado, presidente de la asociación de vecinos y comerciantes del Turó Park, destaca la reciente mejora de la calidad de las iniciativas económicas en la zona, pero puntualiza que los residentes rechazarán cualquier negocio que genere descontrol o botellón en la vía pública. Algo que según el proyecto en marcha y su target parece improbable. Fuentes de Costa Este añaden que contarán con seguridad y vigilantes a pie de calle para evitar concentraciones de gente o molestias.

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