Barcelona
“Sin el parque nos cortan la vida”: vecinos de Gràcia critican el cierre de un área infantil por las obras de la L8
La ampliación del vallado de las obras en la plaza Gal·la Placídia de Barcelona ha cogido por sorpresa a algunos residentes y comerciantes
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El parque de la plaza Gal·la Placídia, cerrado al público por las obras de la L8 / P.L.
Los vecinos y transeúntes habituales de la plaza de Gal·la Placídia, situada entre los distritos de Sarrià-Sant Gervasi y Gràcia, despertaron este lunes con una noticia que ha cogido a algunos por sorpresa: el cierre del parque infantil de la plaza. Se trata de una nueva afectación por las obras en la estación de FGC de Gràcia, que se prepara para convertirse en el nodo donde las líneas de Baix Llobregat y Vallès converjan en un futuro gracias a la ampliación de la L8.
Hasta ahora, las obras afectaban gran parte del centro de la plaza, que quedaba cerrada al público mediante una alta valla que algunos grafiteros ya se han entretenido en pintarrajear. En concreto, el cerco abarcaba hasta ahora el espacio de la plaza pegado a la Via Augusta, a la altura de las calles Oreneta y Milton. Desde este lunes, sin embargo, los operarios están extendiendo esta barrera metálica hasta la Travessera de Gràcia.
La afectación ha cogido desprevenidos a vecinos y usuarios, como ha podido constatar este miércoles EL PERIÓDICO. Muchos, como Justine, se encontraron con la valla cuando se acercaban con su perro al pequeño promontorio de tierra que se encuentra justo al lado del parque infantil. “Me lo encontré de golpe”, asegura esta vecina de la zona, que considera que perder este espacio es “una lástima” porque “no hay muchos más sitios para los perros en Gràcia”.
Lo mismo piensa, Cristina, que está muy enfadada con la medida. “Me parece fatal, está todo mal”, afirma. “No hay ningún otro parque en Gràcia, y por poco que fuera me gustaba que mi perro tocara algo de monte cuando lo saco a pasear”, se lamenta esta residente en la Vila de Gràcia.
Otros, como Roger y Pilar, alcanzaron a leer la semana pasada uno de los carteles informativos que el Ayuntamiento de Barcelona pegó en los postes que delimitan el área de juego. Aún así, la decisión les impacta de lleno. "Veníamos cada día con mi hijo porque está muy cerca de su escuela", asegura Roger. La plaza es un punto de encuentro tras las clases de alumnos de colegios como la Escola Pia, la Nostra Senyora de Lourdes o la Josep Maria Jujol.

El parque de la plaza de Gal·la Placídia, actualmente cerrado al público / P.L.
Quejas de los comerciantes
Para Silvia, empleada en una de las panaderías de la plaza, cerrar el área de juegos es el último de los errores que se cometen desde que empezaron las obras. “La gente se está quejando mucho, lo que hace falta en Gal·la Placídia es un parque grande y no tanto ferrocarril”, asegura Silvia, que cree que la zona ya está lo suficientemente bien conectada con “el tren, los buses y las bicis”, aunque ahora ganará una conexión directa inédita con tres comarcas catalanas. “Sin el parque nos cortan la vida a todos: a los comercios, a los niños, a la gente mayor… A todos”, se lamenta.
La dependienta, además, asegura que desde que comenzaron las obras han surgido grietas en diferentes edificios de la zona. “Yo en la entrada tengo una grieta”, asegura señalando una parte de la rampa de acceso al local, que tiene varios adoquines levantados. “Y desde que salió, cuando avisamos al Ayuntamiento, se ha hecho más grande”, afirma. La dependienta añade que, desde el inicio de los trabajos, se han percibido temblores "hasta en las oficinas" del final de la plaza.
Sandra, en cambio, que es dependienta de una tienda de joyería en la esquina de la plaza con Travessera de Gràcia, es más optimista con las obras y no cree que las afectaciones sean tan graves. “Nos han ido avisando con bastante tiempo y se han convocado varias reuniones con el ayuntamiento”, aclara, aunque admite no conocer todos los detalles de esta nueva afectación. “No sabía si las iban a acercar todavía más a los escaparates, así que estoy contenta con cómo lo han dejado”, asegura.
La comerciante asegura haberse visto más perjudicada cuando los operarios abrieron la Travessera de Gràcia y tuvieron que ocultar dos de los escaparates de su local. Ahora confía que los cinco años de obras darán fruto: “En teoría aumentará mucho el número de gente que pase por aquí cuando llegue la L8”, afirma.
Para Sandra, los temblores y grietas que denuncia Silvia no han sido tan notables. "De hecho, mi puerta rozaba con el suelo durante un tiempo y cuando lo comenté instalaron unas piezas de metal con las que los ingenieros podían ver directamente qué temblaba", explica.
De momento, el cierre del área infantil de Gal·la Placídia deja como alternativas otras áreas infantiles como la de la plaza de la Revolució de Setembre de 1868, la de Cardona o la d'Enric Sagnier. Esta última es la preferida de Roger, ya que, a pesar de no quedar tan de paso, "es bastante más verde y no está tan cerca de una calle tan transitada como la Via Augusta". La Generalitat no ha anunciado, por el momento, la fecha de finalización de estas actuaciones puntuales.
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