Conflicto

El Ayuntamiento de Barcelona ve un "señor negocio" en los pisos turísticos y cuestiona su aportación económica a la ciudad

El comisionado municipal de Vivienda prefiere el impacto que generarían los 25.000 vecinos que podrían vivir en las 10.000 viviendas en juego

El sector de los pisos turísticos de Barcelona contrataca y afirma generar más de 1.900 millones de impacto económico local

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Un grupo de turistas entra en una finca de apartamentos turísticos, en una imagen de archivo.

Un grupo de turistas entra en una finca de apartamentos turísticos, en una imagen de archivo. / JORDI COTRINA

Patricia Castán

Patricia Castán

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Lejos de suavizarse, la pugna entre el sector de los pisos turísticos y el Ayuntamiento de Barcelona se ha recrudecido este miércoles después de que la patronal Apartur presentase los datos de impacto económico de la actividad, que estiman en más de 1.900 millones de euros anuales (un 1,9% del PIB local) según el informe que han encargado a la consultora PwC. El colectivo ha reivindicado que generán más de 40.000 empleos, lo que el comisionado de Vivienda, Joan Ramon Riera, ha replicado diciendo que de ser cierto ese volumen significa que se trata de "un señor negocio" para los propietarios de las 10.000 licencias que el consistorio quiere erradicar para devolverlas al mercado de vivienda tradicional.

El portavoz municipal ha apostado por echar por tierra los argumentos del estudio, que defienden que cada alojado en un piso turístico tiene un impacto económico de 665 euros en la ciudad, mientras que cada euro gastado genera otros 3,5 en el conjunto de la economía barcelonesa. A juicio de Riera, que ha "negado la mayor", con la eliminación de los pisos de uso turísticos el ayuntamiento no pone "en riesgo la actividad económica" local. Todo lo contrario, defiende que destinar los 10.000 pisos turísticos a vivienda habitual generaría también "actividad económica", así como la que aportarían los hasta 25.000 vecinos que podrían residir en ellos cuando ya no sean para viajeros. Un propósito que Barcelona se marca para 2028, de la mano de la Generalitat.

El relato de los 40.000 puestos de trabajo vinculados al sector, unos 9.140 directos y el resto indirectos e inducidos lleva al comisionado a decir que si las cifras son reales serían "un señor negocio" para sus titulares, que en su día abonaron solo 257 euros por las licencias, ha dicho.

Hechas para residir

Ha subrayado también que las viviendas fueron construidas y vendidas en su día para ser residenciales y que lo "razonable" es que vuelvan a los vecinos, en un marco de "grave crisis habitacional". "La vivienda es una infraestructura básica", ha insistido, desoyendo la tesis de que los pisos turísticos suponen solo un 1,2% del parque de vivienda local.

Porque Riera, que también ningunea los razonamientos del sector sobre el disparado aumento del precio del alquiler en la ciudad (que vinculan a la falta de estoc y la mayor demanda), mantiene que erradicar esa actividad turística significará también acabar con "conflictos vecinales y de convivencia" y favorecer la diversidad del comercio de proximidad, en lugar de la enfocada en los visitantes.

Pese a que las posiciones de ambas partes están de momento a años luz, el ayuntamiento cree que en la "balanza" tiene "más peso" el derecho a la vivienda.