Comunicado insuficiente

Nou Barris detiene las obras de la discoteca proyectada en Porta y exige una licencia de obras a sus promotores

Los vecinos se reúnen para abordar la apertura del establecimiento, que con el nuevo trámite se retrasará por lo menos unos meses

La discoteca que subleva a los vecinos de Porta supera los primeros trámites para la apertura

La posible apertura de una discoteca enciende a los vecinos del barrio de Porta

Un comunicado de obras confirma el temor vecinal a la apertura de una discoteca en el barrio de Porta

Vecinos de Porta reunidos este lunes en la sede de su asociación muestran una pancarta contraria a la discoteca.

Vecinos de Porta reunidos este lunes en la sede de su asociación muestran una pancarta contraria a la discoteca. / Elisenda Pons

Toni Sust

Toni Sust

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Los promotores de la discoteca prevista en Pintor Alsamora 75-81, en el barrio de Porta, tendrán que esperar por lo menos unos meses a abrir sus puertas a la vista de una decisión que el distrito de Nou Barris ha tomado este mismo lunes, y que afecta al recorrido administrativo imprescindible para que empiecen los trabajos. En principio, parecía que con un comunicado de obras se podría remodelar el local, que antes albergó un supermercado Dia, pero finalmente no bastará.

El local tenía estos días los cristales tapados con papel colocado por dentro, de manera que no se puede ver lo que se hace dentro. Consta que ha habido ya trabajos, porque cuando los promotores del negocio presentaron un comunicado de obras, quedaron facultados para iniciarlas. Pero el proceso de reforma se detendrá esta semana de forma abrupta, a la vista de que el distrito ha detectado que hay motivo para desestimar el comunicado de obras y exigir una licencia de obras mayores.

El local donde abrirá la discoteca, este jueves.

El local donde abrirá la discoteca, el pasado jueves. / Elisenda Pons

Comunicado sin efecto

De esta manera, el distrito dejará sin efecto el comunicado de obras, que fue presentado por los promotores de la discoteca el pasado 16 de diciembre. Como informó este diario, el distrito estudió el caso mientras empezaban los trabajos, de forma legal y prevista, para determinar si con el comunicado bastaba para las obras prevista. Es algo que depende, según fuentes del consistorio, del porcentaje de metros cuadrados afectados por la reforma. El local tiene cerca de mil metros cuadrados.

Este lunes, Nou Barris ha determinado que esa reforma precisa de la tramitación de una licencia de obras mayores. Y eso implica detener los trabajos en curso para tramitar  esa licencia. Es algo que el distrito tenía previsto notificar estos días al promotor, que quizá todavía no esté en conocimiento de la novedad, ciertamente relevante.

De semanas a meses

Porque en el caso de que el comunicado de obras hubiera resultado suficiente, se calculaba que la discoteca podría abrir en unas semanas. Ahora, con la licencia como obligación, el calendario previo a la apertura es más largo, y se cifra en por lo menos unos meses.

Eso no significa que el ayuntamiento cuente con algún elemento que impida abrir la sala de fiestas, como quisieran tantos vecinos: 1.200 han firmado en contra de su obertura, y durante las últimas semanas se podían ver carteles en protesta en las fincas cercanas a Pintor Alsamora 75-81, si bien alguien se ha dedicado a arrancarlas.  Este lunes, ha habido una reunión en la sede de la Asociación de Vecinos de Porta para abordar la cuestión.

Encuentro vecinal

Residentes en la zona, tranquila y poblada en un porcentaje relevante por gente mayor, ya mostraron su rechazo a la discoteca el pasado 13 de diciembre, en el consejo de barrio que tuvo lugar en el Ateneu la Bòbila. Entonces, todavía no había constatación de que el proyecto prosperaría, porque el distrito informó de que solo había recibido consultas, no una petición concreta.

Según Gabriel Duarte, gerente de Nou Barris, la petición, en forma de comunicado de obras, llegó tres días después, y el concejal del distrito, Xavier Marcé, lo confirmó el día 19. El 23 se pidió a los promotores que resolvieran cuestiones que no cumplían con las normas previstas y finalmente se ha llegado a la conclusión de que tendrán que pedir una licencia de obras.

Este lunes, en la sede de la AAVV de Porta, no había representantes del ayuntamiento, el encuentro era solo vecinal. Los reunidos han debatido cómo actuar. Algunos de los presentes llamaban a hacerlo de inmediato para tratar de impedir la apertura de la sala de fiestas, en tanto que otros advertían de que solo será posible protestar cuando se detecten molestias en el barrio, es decir, cuando ya esté funcionando la discoteca. Ha habido coincidencia en que las molestias en el exterior serán inevitables. Una pancarta presidía el encuentro: ‘Un barrio tranquilo. No a la sala de fiestas’

Encabezados por el presidente de la asociación, Agustín Martínez, los vecinos han acordado pedir por escrito toda la información vinculada con el proyecto, lo que hará el propio Martínez, y solicitar también una reunión con el distrito. Entre los presentes se han levantado voces que pedían actuaciones contundentes para rechazar la iniciativa, como cortes de calle.

Un comerciante que trabaja junto al local de Pintor Alsamora ha explicado que desde el 9 de enero no ha visto movimiento en el local. Finalmente, el presidente de la asociación de vecinos ha convocado una nueva reunión para dentro de dos semanas y ha pedido que la gente se movilice y dé apoyo a la “presión social” necesaria para combatir el proyecto.

Los precedentes

Dos precedentes influyen en este caso. Los vecinos de Porta los recuerdan con preocupación, por la posibilidad de que se repitan algunas de las molestias vecinales que causaron. Uno es considerablemente lejano en el tiempo, el de la discoteca Coconut, cerrada hace 40 años. El otro, más reciente, es el caso de las discotecas y bares de Heron City.

Algunos de estos locales fueron conflictivos hace década y media, antes del cambio de nombre y reorientación del centro comercial. En estos momentos, informa el consistorio, no hay discotecas en Nou Barris, como tampoco en Sant Andreu, algo visto como el resultado de la concentración de ocio nocturno en otras zonas de Barcelona.

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