Insomnio creciente en la urbe
El mal dormir de Barcelona: un tercio de la ciudad duerme menos de siete horas
Desde los años 80 hasta la actualidad, las mujeres han pasado de dedicar 7,32 horas diarias al sueño a siete horas en la capital, mientras que ha caído de 7,36 a 6,9 horas al día en los hombres, por debajo de lo aconsejado
Insomnes por el estrés y las pantallas en Barcelona: “Hago un esfuerzo salvaje para dormir 6 horas y media”

Un joven mira el móvil acostado en la cama, en un piso de Barcelona. / MANU MITRU


Jordi Ribalaygue
Jordi RibalayguePeriodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.
Hay una Barcelona cada vez más numerosa que, cuando cae la noche, duerme demasiado poco y mal. La ciudad a la que le cuesta pegar ojo crece de forma paulatina, a tenor de las encuestas de la Agència de Salut Pública de Barcelona. En las últimas cuatro décadas, el órgano municipal que chequea las constantes de la urbe detecta que, de promedio, los barceloneses mayores de 20 años no han dejado de restar minutos al sueño: las mujeres dormían 7,32 horas de media en los años 80 y han bajado a siete horas peladas en la segunda década del siglo XXI, mientras que en los hombres descendió de 7,36 a 6,9 horas en el mismo período.
De los datos se desprende que una multitud anda muy justa de descanso o le dedica algo menos de lo recomendado, entre siete y nueve horas diarias como pauta general para los adultos. La agencia afirma que un tercio de la capital duerme menos de siete horas. En concreto, el 34,6% de las mujeres y el 31,5% de los hombres van cortos de sueño.
“Es un inconveniente que recibe muy poca atención”, detecta Lucía Artazcoz, jefa del departamento del observatorio de salud pública de la Agència de Salut de Barcelona. “Que haya un 20% de la población que duerme menos horas de las que toca y que, según el grupo de edad, pueda llegar a ser el 40% es un problema de salud pública”, advierte.
Los resultados son algo peores en Barcelona que en el conjunto de España. De promedio, los españoles duermen 7,17 horas al día y las mujeres, 7,07 horas, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Artazcoz enmarca el mal dormir en la capital catalana en una anomalía propia “de todo el mundo desarrollado”.
Las barcelonesas que admitían en 1986 dormir menos de siete horas al día abarcaban entre el 18,2% y el 25,1% de la población femenina de la ciudad, mientras que el mismo déficit se extendía entre el 25,5% y el 31,1% en el último estudio, elaborado en 2021 y basado en 4.000 entrevistas. En los hombres, se estimaba que entre el 14,9% y el 20,6% arrastraba un sueño insuficiente hace 39 años, una franja que ha crecido a una horquilla entre el 23% y el 39,2% en la actualidad.
Motivos del insomnio
Asumir que no se duerme bien obliga a menudo a desnudar la intimidad en la consulta del médico. “Es una tendencia que vamos viendo”, reconoce Jordi Mestres, vocal de Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària. “En muchas personas encontramos los problemas de sueño integrados con otros síntomas -desmenuza-. Se somatizan con dolores de cabeza, cefalea tensional, piernas inquietas, mal humor, cansancio, astenia... Refieren problemas heterógeneos y, cuando se pregunta, salen conflictos de padres que lo están pasando mal con hijos adolescentes, historias vitales duras, relacionadas con la vivienda y el trabajo, violencia machista... Muchas veces afloran así”.
Mestres atestigua que atienden cada vez a más adolescentes y, sobre todo, mujeres de mediana edad, abonadas al ‘multitasking’ y con hijos o padres ancianos a cargo. Artazcoz corrobora que “las horas de sueño son menos entre las mujeres”. “Tiene que ver con la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados. Nos queda poco tiempo y lo robamos de nuestro tiempo de ocio o de sueño”, constata.
La Agència de Salut calcula que el 23,5% de los varones y el 31,6% de las mujeres de Barcelona sufren una mala calidad del sueño. El organismo sanitario apunta que las causas probables de la progresiva reducción de horas de sueño son el abuso de las pantallas, la precariedad en el trabajo y los apuros para conciliar la vida laboral y la familiar.
“Se relaciona con la pobreza de tiempo, que es no tener tiempo suficiente para asuntos personales”, explica Artazcoz. “Vivimos en una sociedad estresante y acelerada, que cambia constantemente, con mucha tecnología que nos da experiencias infinitas que no nos queremos perder… Y después hay una cuestión cultural, porque descansar, el no hacer nada, está mal visto y hemos convertido el ocio en estresante”, observa.
El ajetreo y la vida social de la metrópoli también contribuyen a desvelarse. Mestres enumera adversidades como la contaminación, el efecto isla de calor, el ruido o un aislamiento deficiente en las viviendas que no resguarde del barullo y un clima adverso. Artazcoz añade la pérdida de tiempo de descanso por tener que cubrir largos desplazamientos para trabajar o estudiar. “Y, obviamente, el ritmo de la ciudad es frenético -apostilla-. En la cultura en que vivimos, con tantas posibilidades de acumular experiencias para las que antes se requerían cinco vidas, los ‘inputs’ para disfrutarlas aún son más grandes en Barcelona”.
A la ecuación, la doctora suma el “exceso de trabajo, las labores rutinarias, los horarios nocturnos y cambiantes que no se pueden predecir, estar disponible a cualquier hora y la precariedad, por tener más de un trabajo o no llegar a fin de mes”. Las mujeres con menos ingresos que declaran dormir pocas horas son un 5,6% más que las que poseen un poder adquisitivo elevado. En los hombres, el mismo desfase por renta asciende a un 16,4%.
Paliativo a la enfermedad
Ser aplicado con las horas en que uno permanece acostado es tan sano como adoptar una buena nutrición, equipara Gerard Mayà, neurólogo de la unidad de sueño del Hospital Clínic de Barcelona. “Tiene mucha importancia en la prevención de enfermedades que son las causas principales de muerte”, destaca. “Son el cáncer, que aumenta si no dormimos; enfermedades cardiovasculares, como el ictus o el infarto, que aumentan si no dormimos, y las enfermedades degenerativas, como el alzhéimer o el párkinson”, menciona.
“Hay poca percepción de la importancia del sueño”, opina Artazcoz, que agrega que dilapidarlo se asocia al “sobrepeso, la diabetes de tipo dos, problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión, y problemas cardiovasculares, como la hipertensión”. La doctora comenta que una de las fórmulas “más efectivas” contra esas enfermedades y trastornos “es actuar sobre los problemas de sueño y sus causas”.
“Muchas veces pasa por un cambio de hábitos”, abunda Mestres, que aboga por “sacar las pantallas y el estrés de la cama”. “En casos de personas que hace mucho que no duermen adecuadamente, tenemos que poner una medicación para que vuelvan a descansar, pero es un parche hasta que establezcan una rutina y sean conscientes de qué les pasa para que irse a dormir no sea una tortura”, postula.
Suscríbete para seguir leyendo
- El ritual con canela para atraer abundancia en la noche de Sant Joan
- El tranquilo pueblo a tan solo 15 minutos de Santa Coloma de Gramenet: espectacular
- Expedientado un restaurante del Vallès por organizar 'tardeos' tras una queja del sector del ocio nocturno
- Muere un hombre al caer a las vías del metro en la estación de Diagonal en Barcelona
- Dos altos cargos del Govern y Renfe reciben a David Pujol, el joven 'tuitero' que viraliza las incidencias de Rodalies
- El tardeo se expande por locales de todo tipo con (y sin) permisos de Interior y con quejas del ocio en Catalunya
- Barcelona restaura el palacio del Marquès d'Alfarràs en el laberinto de Horta y lo abre por primera vez al público
- VÍDEO | Un conductor de un bus de Barcelona sorprende a los escolares con 'deberes' en el último día de curso