170 socios
Un singular taller de 'coworking' a punto de ser derribado busca fondos para seguir en Barcelona
La cooperativa TMDC rastrea dónde reubicar el vivero que ofrece a artesanos, artistas y pequeñas empresas, ante el inicio del derribo de las naves donde se aloja en La Verneda y sin opción rápida de mudarse a Can Ricart
Un singular ‘coworking’ industrial amenazado de derribo en Barcelona se ofrece para rescatar a Can Ricart
Jordi Ribalaygue
Jordi RibalayguePeriodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.
Como avisó meses atrás, el Ayuntamiento de Barcelona empezará la semana que viene a derribar las primeras naves de la antigua lavandería del hospital de Sant Pau, en el barrio de La Verneda. El complejo se degradó al quedar abandonado hasta que, en 2018, la cooperativa TMDC alquiló 13 edificios para revitalizarlos, con unos talleres para carpinteros, ceramistas, arquitectos, artistas, herreros, vidrieros, expertos en robótica y profesionales de otros oficios de manufactura. Pero el trasiego que ha revivificado el inmueble está condenado a apagarse por un proyecto urbanístico, ya en perspectiva cuando se instaló el 'coworking'.
Las demoliciones anteceden a la construcción de una subestación eléctrica y la futura zona residencial del llamado Sector Prim, en las inmediaciones de la nueva estación de la Sagrera. Además, trastocan el proyecto industrial de TMDC, que busca trasladar su actividad en bloque, a ser posible dentro de Barcelona.
Ante las incertidumbres del traslado obligado por las circunstancias, la cooperativa ha respondido iniciando una campaña de micromecenazgo para recaudar fondos con los que acondicionar la nave que busca para mudarse. TMDC se ha marcado el reto de reunir al menos 115.300 euros, con aspiración de elevarlos a 200.000 euros en el mejor de los supuestos. A cambio, los mecenas obtendrán recompensas; según el importe con el que colaboren a través de la plataforma Goteo, recibirán una piezas talladas con trozos de pared recuperados de los derribos -es una acción inspirada en los pedazos del muro de Berlín, habitual 'souvenir' de la capital alemana- o artículos diseñados y confeccionados en la cooperativa, como unos jarrones, un colgador de bicicletas, un taburete, un juego de ajedrez, una parrilla, una mecedora, una silla o una mesa.
Lejos de achantarse, la cooperativa quiere crecer y ocupar 7.000 metros cuadrados -ahora cuenta con unos 5.000-, dotándose de más maquinaria industrial para producir con madera, metal, plástico, componentes electrónicos, tejidos y cerámica. "Nos permitirá trabajar mejor, con menos peligro, de forma más efectiva y, definitivamente, realizar proyectos más avanzados y de mejor calidad", confía la firma.
No es la primera vez que TMDC se ve en la tesitura de reubicarse, tras haber nacido en Gràcia y haber pasado por el Poblenou antes de afincarse en La Verneda. "Y ahora quién sabe. Tal vez podamos volver a Poblenou, pero lo que queremos seguro es quedarnos en Barcelona, que es nuestro hogar", expresa.
Traslado de 30 talleres
La firma ha hallado unos espacios provisionales donde reubicar unos 30 pequeños talleres que ha albergado en los almacenes condenados de La Verneda, afectados por las obras que empezarán este lunes para echar abajo la antigua lavandería. Se empezará tirando seis almacenes, incluidos cuatro de los 13 que TMDC ocupa. "Tenemos a todo el mundo relocalizado entre nuestras naves en la calle Prim y otra que hemos cogido en Santander, 83, pero seguimos a la búsqueda de naves", explica Pedro Pineda, cofundador de la cooperativa.
TMDC es particular por la maquinaria que presta a 170 socios, a los que ofrece compartir techo y equipos para fabricar intercambiando conocimiento y combinando distintas disciplinas. Sin destino aún claro donde recalar, Pineda cuenta que la cooperativa negocia la opción de desplazarse a Cornellà de Llobregat. También presentó un plan al Ayuntamiento de Barcelona para reindustrializar el núcleo de Can Ricart, icono fabril del Poblenou y donde la propuesta de asentar un campus de Bellas Artes liderado por la Universitat de Barcelona permanece encallada.
Pineda comenta que ha recibido buenas impresiones de responsables del consistorio. "Pero Can Ricart sería para dentro de mucho tiempo, y creo que nosotros no podemos esperar", resuelve. Por otro lado, las alegaciones de la cooperativa para salvar al menos parte del conjunto de La Verneda no prosperaron. Antes de que la piqueta empiece a derrumbar el recinto, TMDC ha abierto puertas este sábado al público para mostrar el trabajo de 60 pequeños talleres que acoge.
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