Peste a abono
La empresa Plastiverd niega ser el origen de los malos olores en El Prat
CONTEXTO | Por qué huele a abono en buena parte del área de Barcelona
Àlex Rebollo
Àlex RebolloPeriodista
Gisela Macedo
Gisela MacedoPeriodista
Un fuerte olor a abono invadió las calles de El Prat de Llobregat (Baix Llobregat) los días 7 y 8 de enero. Una peste que llevó a varios vecinos a comprobar que sus suelas estuvieran limpias. Efectivamente, no habían pisado nada que pudiera provocar ese olor. El Ayuntamiento de El Prat explicó entonces que, a raíz de las quejas recibidas, una patrulla de la Policía Local se desplazó el pasado miércoles 8 para tratar de averiguar de dónde provienen los olores. Así, según el consistorio, el foco se ubicaba en un depósito de la empresa Plastiverd. Sin embargo, en un comunicado, la empresa niega que el olor que estorbó a los vecinos del Prat provenga de su ubicación.
“Plastiverd asegura que el olor detectado no proviene de sus instalaciones y que no se está realizando ningún vertido tóxico ni de ningún otro producto peligroso para la salud ni el medioambiente”, dice la compañía.
Visita del ayuntamiento
Plastiverd, empresa perteneciente a CL Grupo Industrial, sí que apunta que recibió el pasado 8 de enero la visita de un técnico de Medioambiente del ayuntamiento de El Prat “motivada por publicaciones en las redes sociales que recogían quejas por malos olores” y que, por su parte, “se prestó la máxima colaboración y transparencia en la información por parte de la empresa durante la visita”.
Durante la visita, sigue el comunicado, “el técnico se interesó por el sistema de tratamiento de aguas de Plastiverd que, entre otros equipos, dispone de un depósito de almacenaje de un metro cúbico de hipoclorito sódico (lejía) diluido, usado para la cloración del agua y de esta forma reducir su contenido orgánico”. Aquí sí, en la misma línea que comentó el consistorio, Plastiverd recuerda que esta ampliación se ejecutó en 2023 a raíz de una propuesta por parte del Área Metropolitana de Barcelona (AMB)”.
Sin embargo, la empresa asevera que tanto el tamaño del depósito como la composición del producto dosificado “imposibilita que sea el origen de supuestos olores que se extiende en toda la área de Barcelona”. El fuerte olor a estiércol del que el día 7 ya se notaba en El Prat, se reprodujo también el día 8 en las ciudades vecinas de L’Hospitalet y Barcelona. Pero ningún aviso les llegó a los Bombers de la Generalitat o a Protecció Civil. Ninguna empresa les ha alertado de fuga o incendio alguno por el que hiciera falta preocuparse o que apuntara a un posible foco.
En el texto, Plastiverd insiste también en que, tras una inversión en la mejora del sistema de depuración de aguas en 2022, la compañía “encargó a una empresa especializada un informe de olores, presentado a petición del Ayuntamiento de El Prat de Llobregat y que certifica la ausencia de contaminación odorífera”. “Hasta el momento, Plastiverd no ha recibido ninguna notificación administrativa o formal con la denuncia”, defiende la empresa, que reitera también su disposición para colaborar con las autoridades y proporcionar “cualquier información o documentación adicional”.
Tras este comunicado y consultado de nuevo por este diario, este viernes el Ayuntamiento de El Prat se ha limitado a apuntar que, como ya explicó también este diario, "la instalación cuenta con la licencia pertinente de vertidos" y que "no se trata de productos peligrosos", unas afirmaciones que respondían a unas publicaciones en redes sociales sobre unos supuestos productos químicos en una fábrica abandonada de la ciudad. Sobre los olores, el consistorio afirmó el miércoles la Policía Local se desplazó a la zona para averiguar "de donde provenían los olores" y apuntó que se trataba de un depósito de la mencionada empresa "que pude generar sulfitos (olores)". Igualmente, el consistorio no confirma que el olor que se extendía hasta el centro de Barcelona fuera el de esta empresa.
El episodio de malos olores de este 8 de enero recordó a uno parecido ocurrido en noviembre de 2015. Entonces, el olor a estiércol también invadió buena parte de municipios como Barcelona, L'Hospitalet, El Prat o Cornellà. Entonces se habló de que el origen del olor a abono podía estar en el Parc Agrari de El Prat, aunque posteriormente el Departament d'Agricultura negó que ese fuera el origen.
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