En Sarrià-Sant Gervasi
El botellón de Navidad vuelve a la calle Mandri de Barcelona con las terrazas cerradas toda la tarde
El distrito y los restauradores de la calle han llegado a un acuerdo para evitar las sanciones de más de 4.000 euros que fueron impuestas el año pasado
EL AÑO PASADO| Una multitudinaria fiesta en la calle Mandri de Barcelona indigna a sus vecinos en Navidad
VÍDEO| Desalojo policial de jóvenes en la calle Mandri de Barcelona

Una terraza de la calle Mandri este martes / ZOWY VOETEN
Ya hace cuatro años que la calle Mandri acoge una de las últimas tradiciones navideñas de Barcelona. Se trata de un multitudinario botellón que comenzó de manera casi improvisada la tarde de la Navidad del 2021, cuando las restricciones por la pandemia todavía dificultaban estas aglomeraciones, y que el año pasado congregó a cerca de mil personas en este eje del distrito de Sarrià-Sant Gervasi.
“La gente entraba con empujones”, recuerda una restauradora de esta calle, que añade que tenía a “cuatro camareras que no daban abasto”. Como otros tantos establecimientos de la calle, esta hostelera, que asegura no querer identificarse para “evitar posibles represalias de la policía secreta”, fue multada con 4.000 euros. "Cuando se fue todo el mundo vino un hombre a la puerta y me preguntó con sorna: '¿sabes quién soy?' Y me enseñó la placa de policía", denuncia.
Esta camarera asegura sentirse señalada pese a que, como el resto de negocios de la zona, afirma que no juega ningún papel en la convocatoria de este macrobotellón. “Los bares y restaurantes no tenemos nada que ver, somos un daño colateral con sanciones descomunales por conceptos que no son nuestra responsabilidad”, se queja otro de los restauradores de la calle.
Otro de los hechos que denuncian los establecimientos del área es que en ningún momento la policía pareció tener intención de desalojar a los congregados en Mandri la pasada Navidad. La Guardia Urbana se limitó entonces a cortar este eje, entre las calles de Bertrand i Serra y la de Maó, y no expulsó a los jóvenes del botellón hasta la 1 de la mañana, algo que también indignó a los vecinos, que explotaron en redes sociales.
Tanto es el revuelo formado cada 25 de diciembre desde 2021 que algunos locales decidieron ya a partir de 2022 no abrir durante la tarde de Navidad. “Nos ahorramos problemas, y además podemos demostrar que no hemos abierto durante todo el día”, asegura un camarero de la calle que recibió una multa el año pasado a pesar de estar cerrado durante el botellón. “La recurrimos y supongo que no se tendrá que pagar”, espera el camarero.

Un cartel en uno de los bares de Mandri explicando que permanecerán cerrados en Navidad "en favor de una buena convivencia" / ZOWY VOETEN
Acuerdo con el ayuntamiento
De hecho, el Distrito de Sarrià - Sant Gervasi y los restauradores de la calle Mandri han llegado a un acuerdo este año para especificar qué pueden hacer los establecimientos hosteleros en caso de que haya un nuevo botellón y evitar las escenas y las sanciones del año pasado. Nada apunta, sin embargo, que esta tradición en este punto de la parte alta de Barcelona no vaya a repetirse esta Navidad. “Tengo clientes que me preguntan que qué tenemos pensado hacer este año, si volverá a haber fiesta…”, explica la primera restauradora.
El acuerdo con el consistorio implica, según cuenta esta camarera y confirman fuentes municipales, cerrar todas las terrazas a las 17 h de la tarde, además de asegurarse de que en ningún momento se rebase el aforo interior de los locales abiertos y de cerciorarse que ninguno de los clientes salga a la calle con bebidas.

La calle Mandri, un día antes de Navidad / zowy VOETEN
Aun así, según informan fuentes municipales, cualquier incumplimiento de este acuerdo acarreará multas para los establecimientos. Además, la Guardia Urbana ha preparado un dispositivo para garantizar “el civismo, la convivencia y la seguridad viaria” y anuncian que habrá agentes desplegados que “velarán por el cumplimiento de las ordenanzas municipales y para evitar problemas de orden público” ante la “elevada afluencia a los locales de la calle Mandri” que se prevé.
De momento, no se sabe si, como sucedió el año pasado, la Guardia Urbana cortará el tráfico para que los jóvenes de la zona noble de Barcelona disfruten de la fiesta, o si de lo contrario optarán por cortar las alas del que sería el cuarto macrobotellón consecutivo de Mandri. Sea como fuere, una de las camareras consultadas por este diario lo tiene claro. “Yo me cogí fiesta en cuánto pude porque no vuelvo a pasar por lo del año pasado”, asegura.
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