Conflicto político

Dónde estaría la terminal de minicruceros de lujo que ahora enfrenta a PSC y Comuns

El Port de Barcelona no se pronunciará hasta conocer una propuesta municipal y se aferra al pacto de 2018 con Ada Colau

Los Comuns rompen el acuerdo con el PSC para las ordenanzas municipales por una eventual terminal de minicruceros

El silencioso crecimiento de los cruceros 'top'en Barcelona: ya serán el 38% en 2024

Barcelona agrupará los cruceros en el muelle Adossat y liberará espacio para uso ciudadano

Cruceros en el muelle Adossat del puerto de Barcelona, este año.

Cruceros en el muelle Adossat del puerto de Barcelona, este año. / FERRAN NADEU

Patricia Castán

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En enero de 2018 la entonces alcaldesa de Barcelona Ada Colau y la primera teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, se congratulaban de un acuerdo histórico con el Port de Barcelona para reducir y concentrar la operativa de cruceros en el muelle Adossat de Barcelona, estableciendo un máximo de siete terminales y eliminando progresivamente las tres ubicadas en los muelles de Barcelona y España, que albergaban a barcos más pequeños. El puerto ha seguido este guion y en breve habrá erradicado toda la operativa cercana al centro de la ciudad. Barcelona en Comú, actualmente en la oposición, reniega desde el año pasado de ese acuerdo y exige al gobierno de Jaume Collboni recortar de siete a cinco las terminales para reducir cruceristas.

Los socialistas recogían el guante, pero esta semana ha surgido un nuevo elemento de discordia: una hipotética nueva terminal para atender a pequeños cruceros premium y de lujo es ahora el principal escollo para aprobar las ordenanzas fiscales de 2025. En este contexto, el puerto asegura que hasta que no tenga una propuesta concreta del consistorio no se pronunciará al respecto, dando por hecho que solo podría tener cabida en el Adossat.

La crisis abierta este miércoles por el supuesto acercamiento entre ayuntamiento y puerto para albergar una terminal de cruceros de hasta mil pasajeros y de lujo ha sorprendido al Port de Barcelona. Fuentes de la infraestructura dicen no ser los promotores del proyecto, e insisten en que esperarán a conocer cualquier propuesta en firme para valorarla y estudiar su viabilidad. Los planes de 2018 no lo contemplaban, pero la realidad es que el recorte de otras terminales ha acabado afectando a este segmento, cada vez más preciado.

Ubicación y tendencia

La portavoz de los Comuns, Janet Sanz, rechaza que Barcelona tenga una terminal extra para los barcos más selectos y tilda el proyecto (que nadie confirma ni se atribuye) de clasista.

El sector ve contradictorio que la eventual miniterminal genere rechazo si el consistorio aboga desde hace tiempo por reducir el volumen de cruceristas en escala en favor de los de puerto base (que inician o acaban ruta en Barcelona), dado su mayor impacto económico y sus pernoctaciones en la ciudad. La estación de lujo atendería a un segmento en alza, caracterizado por cruceristas que suelen gastar más de 5.000 euros por persona y viaje, y que llegan en naves pequeñas (el lujo se mide en calidad de servicio y no de dimensiones) y con poco impacto en términos de afluencia.

Como avanzó este diario, se trata de una parte del mercado en crecimiento y que rompe con años de dinámicas de barcos cada vez mayores. Se considera un sector estratégico por su impacto económico y porque sus dinámicas no pasan por desembarcar y concentrarse en el centro de la ciudad, sino por las excursiones más exclusivas, y casi siempre personalizadas y descentralizadas. Pese a ello, se ha convertido en caballo de batalla para la negociación de las ordenanzas fiscales y el presupuesto 2025. Un conflicto que el sector ve "oportunista".

De materializarse un acuerdo sobre una nueva terminal de cruceros de lujo, el puerto solo reconoce que necesariamente debería ubicarse en el Adossat. No hay marcha atrás en la ubicación de terminales en otros muelles más cercanos al centro de la ciudad. A estas alturas de la reordenación, hay pocas ubicaciones plausibles. Si se eliminan, quedaría libre el espacio de las terminales A y B, cuyas concesiones finalizan en 2027 y 2030 respectivamente. Sin embargo, nadie confirma este punto, ya que se trata de grandes infraestructuras, y la eventual terminal de lujo estaría pensada para un máximo de 1.000 cruceristas, con lo cual serían demasiado grandes. Además parte de la zona podría verse afectada por el desdoblamiento futuro del Pont d'Europa colindante.

El Adossat está en fase de obras y licitaciones para albergar nuevas terminales concesionadas a grandes navieras (como MSC y el grupo Royal Caribbean en la G), pero también para desarrollar una terminal para ferris, otra ventana de oportunidad.

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